TERRORISMO EMPRESARIAL, OTRA AMENAZA LATENTE

¿Qué es terrorismo empresarial? Es igual al terrorismo político pero legal, esto es, es un terrorismo que hace pasar por “correcto” sus actuaciones reforzado por el visto bueno de alguna entidad de control estatal.

Existen las acciones terroristas de grandes multinacionales que son demandadas y llaman la atención de los medios de comunicación por la magnitud del monto de multas que deben pagar, es el caso de Bayer que en varias ocasiones ha protagonizado escándalos por enfermedades o contaminación, es tal el grado de cinismo de esta empresa que previo a la compra de la otra multinacional Monsanto, líder mundial de productos pesticidas, calculó el pago de futuras demandas y entendieron que con pagos de multas y todo sus ganancias seguirían siendo multimillonarias.

Existe otro tipo de terrorismo empresarial que no es tan mencionado por los medios pero que es igual de peligroso para la sociedad, son aquellas empresas que atentan contra el pequeño consumidor.

Y es que últimamente se ha hecho recurrente los cobros fantasmas del que los clientes no tienen ni idea pero que las empresas salen con el cuento de que aún se tienen deudas pendientes que hay que pagar, esto, a meses de haberse hecho una transacción comercial de bienes y servicios, entonces proceden con abogados a amenazar a las personas a que paguen por algo de no tienen ni idea de qué se trata y que si no lo hacen a la brevedad posible entonces las cifras aumentarán, los clientes, temerosos de lo que está pasando pagan sin poder protestar o decir nada para que los dejen tranquilos, es entonces que la empresa criminal le pasa un comprobante y listo, el robo mediante amenaza previa ha sido efectuado exitosamente.

Esto sucede con todo tipo de empresas, cuando se compra un artículo a crédito, cuando se contrata un seguro o cuando se adquiere un servicio, el cliente paga y todo va bien hasta que en algunos meses le llega notificación de la empresa diciendo que aún falta por pagar un saldo que tenía pendiente.

Por ello es importante llamar la atención a las personas que en alguna manera se ven afectadas por este tipo de terrorismo empresarial y enfrentarlo frente a los tribunales, medios de comunicación y redes sociales.

¿ES EL INSTITUTO COLOMBIANO DE BIENESTAR FAMILIAR (ICBF) UN CAMPO DE CONCENTRACIÓN?

Recuerdo la terrible noticia que escuché de un amigo mío, empresario, joven, con esposa y una estabilidad económica sólida, decir que el ICBF (Instituto Colombiano de Bienestar Familiar), esa entidad a la que tanto había depositado las esperanzas de conseguir un hijo para darle la oportunidad de una educación excelente y una familia estable le había negado la oportunidad de ser padre, ¿por qué?

Los requisitos que exige el ICBF son básicos, pero en detalle me llama la atención dos aspectos que son la declaración de renta y algo que denominan ser plenamente capaz.

Respecto a la declaración de renta la entidad no exige una cantidad mínima de dinero que sería lo ideal, y en cuanto a ser plenamente capaz la entidad no especifica a qué se refiere exactamente con este requisito, es decir, mentalmente qué característica debería tener el futuro padre o si la personalidad debe tener ciertas cualidades específicas, esto es, no existe una certeza de que una familia en óptimas condiciones psicológicas, sociales y económicas pueda calificar para la adopción de niños.

Ahora, los burócratas se defenderán como siempre, mencionando leyes y explicando la estructura del funcionamiento de la entidad, pero el hecho de que sea prácticamente imposible adoptar un niño o una niña indica que se presentan dos posibilidades, o el ICBF es la entidad más inepta e ineficaz en la historia republicana de Colombia o hay intereses oscuros que impiden que los niños y niñas tengan el derecho humano de tener una familia.

Lo primero es factible que pase, y lo segundo lo es más. Entonces, viene la publicidad estatal “suplicando” que las familias colombianas se acuerden de esos pobres niños y niñas que necesitan de cuidado y protección, eso ya me suena a cortina de humo.

¡Ah! Pero esperen, están las familias sustitutas, resulta que no es una solución definitiva y me parece que es otra cortina humo.

Las cifras no mienten, miles de niños y niñas crecen en el ICBF hasta llegar a la mayoría de edad, desorientados en la vida sin más apoyo del Estado, por qué, la realidad hay que decirla, porque el ICBF se ha convertido en un campo de concentración, cual si de una economía de guerra se tratara, necesita de los niños huérfanos para mantener unos oscuros intereses de los señores de la orfandad.