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POR LA DEFENSA DE LOS REFUGIADOS DEL CAMBIO CLIMÁTICO

¿Qué hacer frente a la indiferencia política hacia los refugiados medioambientales? ¿Es posible alguna alternativa política para solucionar la complejidad que representa la migración masiva por causa del cambio climático? ¿Por qué no existen políticas de libre circulación humana?

Por una parte, las organizaciones sociales pueden ejercer presiones tanto desde los países receptores como los emisores de población migrante.

Entendiendo que los países emisores de población migrante son pobres y con escasa posibilidad de ofrecer mejores garantías para sus habitantes afectados por el cambio climático. Es importante promover políticas no solo de mejoramiento social en su propio territorio, sino que ayuden a los migrantes que llegan a los países de destino.

Respecto a los países receptores, es importante señalarlos como los causantes del cambio climático, que entregarles dinero a los países pobres no son garantía de nada por la condición de corrupción estructural que tienen.

Es necesario exigir libre circulación, ya que las políticas económicas neoliberales sólo permiten la libre circulación monetaria pero restringe la humana, esto es sencillamente discriminación y explotación de los recursos de países pobres a cambio de un exiguo dinero que le ponen por eufemismo ayuda, cuando realmente no compensa ni siquiera, los daños causados a la población afectada ni mucho menos a la destrucción de los recursos naturales.

Son las sociedades las que deben actuar, sea por medio de organizaciones civiles, sociales o culturales, pero es importante que se haga una reflexión profunda y un cambio sustancial para que se tomen iniciativas desde Naciones Unidas.


GUERRA GEOPOLÍTICA DE LA POST PANDEMIA - parte II

       El detalle está en cuál potencia económica podrá ser capaz  de reemplazar al envejecido Estados Unidos, y si esa nueva potencia mundial logrará vencer en el terreno político, económico y tecnológico.

       Imaginemos un escenario en el que los Estados Unidos no logren obtener una vacuna a tiempo, sino que sean los chinos quienes lo logren primero. Imaginemos a un Donald Trump reacio a aceptar la ayuda china, y que la población norteamericana presione para que la acepte porque siguen aumentando las muertes.

       Pues el día en que los Estados Unidos reciban una ayuda de una vacuna proveniente de China, significará, en términos políticos, una derrota norteamericana frente a China, tan terrible como la que sufrió en Vietnam, dejaría de ser, por lo menos en el imaginario social, la primera potencia económica y militar.

       Entonces la preocupación será quién ganará la batalla por la obtención de la vacuna efectiva contra el coronavirus. Pues, derrotar el COVID – 19 será derrotar al resto de países competidores.

       Hay que tener en cuenta que las características de una guerra geopolítica van desde los conflictos bélicos librados en el Oriente Medio en el que tienen metidas las narices los rusos y norteamericanos, hasta la adquisición de tierras en África, en el que tienen metidas las narices los chinos y algunos otros países como India y Brasil, de modo que el coronavirus lo que ha hecho es darle un golpe al tablero geopolítico mundial, en una especie de reacomodamiento de las potencias.

       En una entrevista hecha a un exfuncionario de la antigua URSS, le preguntaron por qué los rusos se habían tomado tan en serio el juego de ajedrez, a lo que éste respondió que, como debían estar a la altura de los grandes, buscaron algún deporte donde pudieran hacerlo, ya que en el fútbol y otros deportes tenían escasas posibilidades, así que vieron en el ajedrez una oportunidad de vencer a los grandes, no a los grandes jugadores de ajedrez, sino vencer a las otras grandes potencias.

       Sólo en el detalle del ajedrez es un fiel reflejo de que una guerra geopolítica tiene que ver con todo. Con los recursos naturales, con el desarrollo de armas de guerra, con las posiciones militares, con el dominio espacio – territorial, con la influencia cultural, mejor dicho, una guerra geopolítica es en el fondo una guerra de guerras.

       Habrá vencedores, vencidos y víctimas. ¿Quiénes serán los vencedores? ¿Quiénes serán los vencidos? Aunque hay quienes se atreven a pronosticar ciertos actores en la guerra geopolítica, lo que sí es claro, es que las víctimas será la población civil, han sido realmente las únicas víctimas en los conflictos bélicos y económicos a lo largo de la historia capitalista.

       Alguien mencionó que las personas que más mueren son los pobres por el hecho de que no tienen los recursos suficientes para pagar lo suficiente para que puedan ser atendidos debidamente. Y es este sector el que inevitablemente sufrirá los estragos de la guerra geopolítica que se acentuará con la crisis de la pandemia.

       Y es que la pandemia del coronavirus COVID-19 ha servido como una perfecta cortina de humo para cubrir cualquier tipo de problemas internos de los países afectados, y seguirá así por ciertos meses.

       Lo terrible de todo esto es que la manipulación de la opinión pública es una especia de hipnotismo, que cuando la persona entra en razón ya es demasiados tarde, es por ello importante que las sociedades no pierdan de vista los múltiples problemas que azotan a los países afectados por la pandemia, esos otros problemas que son tan terribles como la pandemia misma y que debe ser atendida con la misma urgencia.

       Como mencionara alguien, no es que la población sufra de amnesia, sino que sabe bien cómo mantener desviada la atención sobre problemas que son delicados. Así que es la población civil la que debe entrar en el juego de la guerra geopolítica, pues, el rayado discurso de nacionalismo exacerbado lo que hace es seguir desviando la atención sin producir ningún tipo de solución.

       Los líderes mundiales conocen ese terreno de la guerra geopolítica, y saben cómo actuar. Es por ello fundamental que la sociedad civil debe asumir la responsabilidad de hacer parte activa de esa guerra geopolítica y asumir también la responsabilidad que significa ser un contra poder.

       ¿Ha notado el lector que de la noche a la mañana desapareció del escenario las grandes manifestaciones públicas? ¿Ha notado el lector que no se habla de otra cosa sino de la pandemia del coronavirus COVID-19? ¿Ha notado el lector que mientras medio mundo está en confinamiento, los líderes políticos siguen en sus actividades? ¿Qué se debe o qué se puede hacer frente a la realidad de la guerra geopolítica de alcance mundial?

       Todo esto me recuerda lo sucedido con el continente africano a finales del siglo XIX. La batalla por el dominio territorial de parte de los reinos europeos tenía como objetivo mantener en la medida de lo posible los monopolios comerciales de las materias primas, especialmente en el campo de la minería, esto desató a mediano plazo la Primera Guerra Mundial, ya que los alemanes exigían y reclamaban mayor participación de la torta mundial.

       Y también me recuerda lo sucedido con las colonias asiáticas durante el siglo XX, en éstas competencias no estaban solo las naciones europeas, con ellos también los acompañaban las grandes corporaciones. Las industrias que ponen en la mesa de los hogares los productos de primera necesidad son las más explotadoras, pero las familias no tienen la culpa, como no la tuvieron los habitantes de Alemania cuando fueron interrogados si sabían o no sobre la cuestión del holocausto judío, y por supuesto, dijeron que lo desconocían.

       Las sociedades no son los culpables, los culpables son sus gobiernos. Ahora bien, ¿quién se sienta a pensar de dónde y de qué manera proviene todo lo que llega a la mesa de la cocina? Nadie, y aún no lo quisieran saber. Pero la realidad es que el problema con la competencia en el fondo es bajar precios de los productos a como dé lugar.

       De modo que ignorar el contexto de la compleja producción de los bienes y servicios no significa que desconozcan esa realidad, significa que hay que conocer para comprender esas otras realidades, para sensibilizar a las sociedades, para humanizar los procesos productivos, porque de lo contrario, tendría como consecuencia más conflictos bélicos.

       Por eso se dice que es importante saber sobre el futuro del agua potable, que cada vez escasea más y más, y se especula que pronto se producirán guerras por este recurso natural que es vital para la supervivencia.

       Ahora bien, es raro encontrar personajes como Bill Gates, que ha prometido regalarle al mundo la vacuna si su fundación logra formularla primero que las otras compañías farmacéuticas. Ya que esto bajaría la intensidad social y política alrededor de la guerra geopolítica.

       Todo el mundo está a la expectativa no solo por la carrera de la vacuna contra el coronavirus sino por la carrera farmacéutica, pues ya se dice que la economía del siglo XXI estará determinada por nuevas pandemias y nuevas vacunas. Así que, a la carrera por mantener una sociedad satisfecha de agua, por la competencia de estar adelante con la última tecnología, se le agregará la guerra por la medicina.

       El Washington Post pronosticó que si no se detenía el capitalismo salvaje, la humanidad tenía dos posibilidades, o se acaba la humanidad, o se acaba el capitalismo salvaje. Creo en la hipótesis de las dos posibilidades que le quedan a la humanidad es, o una pax política entre las sociedades o un perfeccionamiento de la guerra.

       De modo que el capitalismo salvaje, o también llamado neoliberalismo o neoconservadurismo, igual, cualquiera de las ideologías es igual de brutal y salvaje. El hecho es que cualquiera de estas vertientes llevará a la humanidad a un perfeccionamiento de la guerra, esto, claro está, si la sociedad no actúa. 

       Por eso algunos apuntan a las organizaciones civiles y sociales como la mejor herramienta para contraatacar políticamente cualquier decisión de los gobernantes, pero para ello debe existir una organización internacional, pero será difícil, muy difícil, casi imposible, ya que las organizaciones sociales están lleno de diversos pensamientos y vertientes ideológicas.

       Así que intentar una alternativa unificada social para revertir las políticas neoliberales es un hecho descartable. En ese caso, ¿Podrá existir alguna solución? Aunque parezca paradójico, es la misma naturaleza la que ha podido unificar, por lo menos momentáneamente, a las sociedades del mundo para combatir los desequilibrios salvajes de la economía actual, el coronavirus es una muestra de ello.

       Pero la memoria colectiva se desvanece como la neblina, todo se olvidará y pasará a la historia como una anécdota más, entonces, ¿la humanidad ha perdido su capacidad de reflexión y de pensarse a sí misma? Existe aún la esperanza de que existan vagos cambios paradigmáticos en el modo de ver la vida, un cambio de cosmovisión.

       ¿En qué radica esa esperanza? En la posibilidad de que las sociedades exijan gobernantes más sensibles a una sociedad y a una economía, no tanto solidaria, porque eso sería una nueva utopía, pero sí sostenible, que se apega más a una posible realidad.

       El hecho es que, lo que está sucediendo con la guerra civil en Yemen, en Siria, en Sudán del sur, o cualquier otra parte del mundo, es pequeño comparado con las circunstancias políticas que vendrán, es pequeño comparado con las futuras guerras entre las potencias, porque en estos momentos, detrás de todos esos conflictos bélicos, están las potencias y las grandes corporaciones, avivando  las divisiones sociales con el único objetivo de consumir los recursos naturales como león a su presa. Pero algún día, serán las potencias las que se enfrenten de manera directa.

       Ahora bien, personajes como Trump en los Estados Unidos, Johnson en el Reino Unido o Bolsonaro en Brasil están al mando de sus países. Y están allí por la sencilla razón de que fueron elegidos por voto popular. Así que, por más estúpidas o absurdas que sean las políticas de estos personajes, no hay que olvidar que tuvieron el respaldo de sus votantes.

       Y las críticas dicen entonces, que los que votan por este tipo de personajes son conscientes de la fatalidad de las políticas que puedan generar, aun así, pareciera que a los votantes, es decir, al pueblo, no le importara las consecuencias nefastas que resulta de estos líderes mundiales. Pero lo que ignoran estos votantes, lo que ignora ese pueblo, es que tarde o temprano también se verán terriblemente afectados por las políticas siniestras de estos personajes.

       De modo que la consciencia va en todos los ámbitos sociales, económicos, políticos y culturales. Es una consciencia que debe ir más allá de las consideraciones de la sostenibilidad, de ayudar de vez en cuando a alguien, de considerar la solidaridad como algo nefasto para los demás. Es importante que los pueblos entiendan que está en sus manos el evitar una hecatombe con una guerra geopolítica sin precedentes.

GUERRA GEOPOLÍTICA DE LA POST PANDEMIA - parte I


        ¿Qué país será el primero en lograr una vacuna contra el coronavirus? ¿Cuál será la compañía que lidere la investigación para una vacuna efectiva? ¿Habrá un cambio de paradigma social, político, cultural y económico después de la pandemia? ¿Qué intereses geopolíticos persiguen las grandes compañías y las potencias mundiales en el proceso de recuperación económica?

       Dicen que entre las mayores preocupaciones de Donald Trump está el hecho de que China se está expandiendo con sus industrias en algunos países árabes, que su participación en la tecnología 5G se está haciendo cada vez más amplia, y que su influencia política en América Latina se está arraigando.
       Esto, además de la situación de la pandemia que se está complicando cada vez más en los EE. UU., a pesar del buen optimismo de las autoridades. Pero, ¿son los halcones norteamericanos con sus grandes empresas los únicos preocupados? Hay otros actores preocupados y ellos son los países europeos con sus corporaciones igualmente preocupadas.

       Si bien la estrategia de la cuarentena tiene paralizado a medio planeta, todos están pensando ya en la estrategia a seguir el día después de la cuarentena. Ya no interesa tanto las advertencias de los expertos mundiales en salud, sobre un muy posible rebrote del coronavirus COVID-19 hacia finales de este mismo año de 2020 que puede ser igualmente peligroso para las poblaciones.


       Ya no importa tanto para los mandatarios de las potencias occidentales y asiáticas  los millones de empleos que se han perdido alrededor del mundo por cuenta de la mencionada crisis económica.

       Ya no importan para los líderes políticos qué tantos muertos pueda resultar de un nuevo rebrote de la pandemia u otras consecuencias que pueda resultar en una verdadera hecatombe de hambruna para los millones de personas en el mundo.

       Después de este panorama, se puede decir entonces que la otra cara del coronavirus será precisamente el de la guerra geopolítica. Todas las potencias económicas ven en esto la oportunidad de oro para obtener ventajas comerciales e influencia política sobre las demás naciones ya que detrás del motivo que es para salvar a la población, estará presente las negociaciones de tipo comercial a mediano y largo plazo.

       Y estas situaciones similares han ocurrido cuando se han presentado guerras bélicas, como cuando los Estados Unidos, en compañía de su inquebrantable aliado los ingleses, invadieron Irak, estaban detrás sectores políticos y las grandes corporaciones esperando la oportunidad de obtener millonarios contratos con el oro negro, conocido también como petróleo.
       
       Ya hay países donde se han presentado corrupción por cuenta de contratos para la obtención de materia prima y de productos comestibles para ayudar a la población, cuando realmente lo que se está haciendo es despilfarrar el dinero público.

       En otras palabras, las malas inversiones del estado y las desviaciones de fondos públicos se están haciendo visibles, y eso que apenas se está iniciando una fase de recuperación económica.

       El hecho es que la guerra geopolítica que ya está en marcha,  y que empezó desde la caída de la antigua URSS con la consecuencia del feroz neoliberalismo que ha arrasado con los recursos naturales de los países pobres asiáticos, africanos y latinoamericanos, se ha acentuado con la pandemia.

       Es importante también mencionar que las organizaciones no gubernamentales y todo tipo de asociaciones y organizaciones sociales que aparentemente buscan ayudar a los más necesitados, han hecho de la contribución y colaboración voluntaria todo un negocio más, en el que la estrategia de mercadeo está a la altura de las grandes corporaciones.

       Estos es, que cuando contribuyes con dinero, en el fondo estás sosteniendo a todo un aparato administrativo en el que se enriquecen los dueños o accionistas y poco o nada les llega a los más necesitados. Es decir, se ha hecho de las donaciones un emporio económico como cualquier otra multinacional.

       Y es que la guerra geopolítica tiene que ver con los factores no sólo económicos, también en el ámbito tecnológico, cultural y social. Pues, el hecho de que las grandes compañías estén haciendo donaciones, que las potencias económicas estén atentas a los problemas de las naciones pobres, y de que instituciones como el Fondo Monetario Internacional o el Banco Mundial estén haciendo previsiones económicas a cada país, debe entenderse siempre como una deuda a pagar.
   
       Y esa deuda tendrá que pagarse no solo con dinero, sino con una subordinación frente a las grandes corporaciones. Pero la preocupación no es tanto la situación de los países pobres. Pues, es conocida la situación de subordinación y colonialismo de las naciones pobres frente a las potencias económicas.

       Lo que importará en adelante es obtener una vacuna en tiempo récord con el fin de hacer un buen uso político de ella, y por efecto, las ventajas geopolíticas que esto pueda tener. Tan sólo un ejemplo se ha presentado en la obtención de las máscaras de protección, se han acusado unos a otros de generar especulación con los precios y de tener ventajas logísticas.



LA OTRA CARA DEL CORONAVIRUS Nacionalismo, racismo y xenofobia


       La realidad política es más cruenta y terrible que la realidad social, y es que la mayor preocupación de los líderes mundiales no es el coronavirus, en ningún momento. Son las consecuencias económicas que trae este virus. Y las medidas de todo tipo de restricciones no son precisamente para proteger la vida, si no para minimizar los riesgos comerciales, todo ello, bajo el paradigma del salvaje, terrible, cruento e insensible modelo neoliberal.

       Los despidos de miles de trabajadores independientes, de prestadores de servicio y muchos otros miles más, es una consecuencia de la pandemia mundial, esto por supuesto, no detendrá el contagio de millones de personas, es imposible el virus, solo el mismo organismo de las personas lo puede lograr, los más capacitados sobrevivirán diría un evolucionista.

       Pero surge un interrogante, ¿será el coronavirus un terremoto contra el neoliberalismo? Por el momento Wall Street muestra síntomas de estabilidad, sin embargo, expertos en la materia aseguran que después de la convulsión de la pandemia se tomarán nuevas políticas, económicas y sociales.

       En este orden de ideas, es una señal fatal cuando Donald Trump tildó el coronavirus como de virus chino, esto causó indignación pero no lo suficiente como para cambiar el racismo implícito en esa declaración, mejor dicho, en ese estigma.

       Sin bien es cierto que el nacionalismo, acompañado del racismo y la xenofobia no es un asunto nuevo en la sociedad norteamericana, recuérdese por ejemplo el genocidio contra los indígenas nativos, es preocupante que resurja con fuerza cuando el siglo XXI supone una transformación de paradigma en relación con la convivencia de todas las culturas en el mundo.

       Ese resurgir es sólo comparable a las ideologías religiosas radicales que no toleran la diversidad de pensamiento. Y es que estos tres factores: nacionalismo, racismo y xenofobia está estrechamente ligado a las relaciones de poder, esto es, considerar al otro como inferior frente a cierta clase o estamento político y social.

       Lo triste es que el coronavirus se ha convertido en la justificación perfecta para que sectores ultraconservadores en varios países están construyendo sus discursos con el propósito de expulsar a inmigrantes asiáticos, pero que comprenden también sectores como los afrodescendientes o latinoamericanos.

       Por parte de los líderes políticos radicales, se entiende que sus acciones tienen como fondo intereses económicos y geopolíticos. Pero lo más preocupante, es que las personas que simpatizan con estas ideologías radicales lo hacen inmersos en la ignorancia, que es en el fondo más peligroso que cualquier otra razón o circunstancia.  

NO MÁS VIOLENCIA PUBLICITARIA FEMINISTA


       Alguna vez un amigo afirmaba que las nociones universales son falsas, y ponía como ejemplo cuando se mencionan enunciados como: “los policías son corruptos”, “los profesores de matemáticas no saben explicar”, y cosas por el estilo. La razón por las que son nociones falsas, es simplemente porque no todos los policías son corruptos y no todos los profesores de matemáticas son antipedagógicos.

       ¿Cómo es posible entonces que algunas instituciones o funcionarios, o personajes o entidades estatales o privadas se atrevan a señalar el problema de la violencia (en términos generales) como un fenómeno de los hombres? Esto puede tener diferentes explicaciones o interpretaciones (de carácter sociológico si se quiere) de la insistencia en incluir el artículo determinista los para señalar a los hombres como los culpables de los conflictos de baja o alta densidad que se presenta en una sociedad.

       Siempre he considerado que un acontecimiento de cualquier índole, sea político, social, económico o cultural es producto de varios elementos pasados y presentes que generan en una o diversos resultados, sean éstos positivos o negativos para un individuo o población.

       Y es que mi preocupación se centra en la cantidad de publicidad feminista que existe en varias ciudades latinoamericanas, especialmente por emanar éstos desde algunas entidades gubernamentales, y cómo ésta publicidad se muestra agresiva en función de acusar al género masculino de toda violencia que ha sufrido y sufren las mujeres como un estado social absoluto y total en términos generales. Y para ello quiero enfocarme en el caso de la Ciudad de México para ilustrar esta cuestión.

       Desde hace algunos años, he podido observar publicidad visual y audible sobre la prevención de la violencia de género, que realmente así es como le denominan la violencia contra las mujeres. Al principio parecía tener un cierto aire de pedagogía con uno que otro mensaje que llevaba a la reflexión sobre esta realidad social.

       Ahora bien, en la medida que se fueron presentando situaciones de violencia contra algunas mujeres, el mensaje institucional se ha concentrado en proyectar una culpabilidad hacia los hombres. Mensajes como “cuidado con los hombres”, “que los hombres son”, “que los hombres aquello”, esto, acompañado de ilustraciones y fotos de los hombres contra las mujeres.

       ¿Cómo pretenden universalizar una culpabilidad de un fenómeno social homogeneizando a un sector de la población? A esto es lo que le llamo violencia publicitaria feminista. Porque más allá del artículo absolutista y determinista los. Las personas que toman la decisión y llevan a cabo este tipo de publicidad, no son, definitivamente, generadores de convivencia social.

La protesta social en Colombia como forma continua de una guerra civil

       La idea de una definición (aproximada) de una democracia es que el poder (entendido ello como todas las instituciones del Estado) emana del pueblo y para el pueblo (entendido ello como la decisión de una mayoría sobre una minoría a la que hay que respetar). Si bien en la antigua Grecia se inventó este sistema en medio de una sociedad elevadamente culta y pensadora, el discurso que sostuvo el sistema se basaba en una especie de acuerdo entre la élite social.

       A todo ello le faltó, como dicen por ahí, una pata a la silla. Y no era de menor importancia, se trataba nada menos que del sector social que sostenía todo el sistema estamental, ¿en dónde estaban los siervos-esclavos, las mujeres y demás sectores sociales? Sin lugar a dudas, y sin adherirme a ningún tipo de ideología historicista totalizante, esta falencia constituyó uno de los principales factores dentro del ritmo de las revoluciones sucesivas desde el siglo XVIII.

       Ahora, después de los cambios estructurales sociales y políticos, hay que reconocer que las relaciones de poder cambiaron un poco, o por decirlo de alguna manera más optimista, el sistema democrático se amplió y se volvió más flexible, precisamente para dar cabida a ese espectro al que se le denomina (las élites del poder lo utilizan de manera peyorativa) pueblo.

       No es que haya faltado pensamiento sobre la noción de democracia, en el que conceptos como nación y república han sido parte de las reflexiones, no es que se haya faltado cierto grado de participación entre la población en general, sino que el solo hecho de mantener ese espectro de pueblo hace imposible, o ha hecho imposible una aplicación plena del sistema democrático, esto es, que la democracia, tanto como otras ideologías como el comunismo, se convirtieron en una especie de utopía política.

       Esto ha significado que después de una revolución social una de las mayores expresiones democráticas como ha sido el voto no ha representado una paz política, sino más bien (en términos de Fernand Braudel) una disminución en la intensidad del conflicto de las revoluciones sociales, es decir, en el fondo, los conflictos sociales y políticos siguen vivos, siempre están presentes. Es por ello, quizás, que algunas sociedades han preferido un sistema totalitarista para evitar el resurgimiento de cualquier inconformidad del pueblo ya que esto supondría un retorno a la inestabilidad.

       En Colombia, las características han sido similares, las causas de las guerras civiles como copias de las revoluciones en que el desarrollo y las consecuencias han supuesto una ampliación democrática y una paz política, realmente, en el fondo, se han mantenido latentes los conflictos que resurgen de vez en cuando, aumentando la intensidad cada vez que se acumulan sentimientos de inconformidad. Esto es, que en la actualidad, las protestas sociales que vive el país son una continuación de esas guerras civiles, ahora bien, ¿la solución? Es tener en cuenta, en la medida de las posibilidades pragmáticas, una amplísima participación de todos los sectores sociales que tenga como único propósito disminuir la intensidad del conflicto

Protestas sociales versus cambio climático

       La triste realidad de las organizaciones civiles, los activistas y las protestas sociales alrededor del mundo a favor del Medio Ambiente, es que enfrentarse contra el cambio climático significa enfrentarse contra los poderes estamentales que representan los gobernantes de las naciones más contaminantes del planeta tierra y es enfrentarse también contra las compañías y las industrias más contaminantes del mundo, en este caso, han ganado el primer round, ¿qué hacer frente a esta situación?

       Se dice que las protestas de antes en comparación con las de ahora, es que las de antes generaban cambios reales, pero las de ahora son sólo gritos en el aire. En este orden de ideas, ¿cuál es la diferencia entre un Martín Luther King y un Mahatma Gandhi respecto a una Greta Thunberg o a una organización internacional como Greenpeace? ¿Por qué los primeros lograron grandes cambios sociales y políticos y los segundos apenas si pueden generar opiniones entre diversos sectores de la sociedad? ¿Qué es lo que le hace falta a las organizaciones sociales en la actualidad?

       Dentro de las conclusiones emitidas por el conocido club de Roma (hace algunas décadas) llama la atención en uno de sus apartes porque menciona aspectos relacionados con la psicología individual y con algunos factores sociológicos, y es el hecho de que las personas no consideran importante, de atención y cuidado ningún asunto en el que se vea afectado más allá de su círculo inmediato como lo es la familia. Esto es, que básicamente a los seres humanos no nos importa nada que nos comprometo de manera directa.

       En ese caso, si no han sido efectivos esos gritos al aire para generar una conciencia que tenga un alcance suficiente para cambiar las actitudes indiferentes de los países más contaminantes, ¿Qué hacer? ¿Hay un plan b? ¿Están los pueblos del mundo frente a una batalla perdida?

       Si bien el panorama es tan aterrador que personajes como Stephen Hawking, que en su momento insistiera en hacer advertencias de la crisis del cambio climático o Mario Vargas Llosa que sugirió una especie de tercera guerra mundial esparcido en pleno desarrollo (coincidiendo con el papa Francisco I) por el aumento de diferentes conflictos bélicos que agravan la delicada situación ambiental en el planeta, hay motivos para no rendirse y revertir estas realidades, a pesar del sonado fracaso de la Cumbre del Clima de Madrid y aunque suene a utopía.

       Se estima que sólo el 25% de los productos son reciclados en el planeta, es muy poco, pero, independientemente de las estadísticas, el objetivo a lograr es presionar a los gobernantes con el propósito de asumir políticas de estado para disminuir el impacto de la contaminación ambiental y con ello el del cambio climático, ahora bien, la prioridad de este objetivo, es, sin lugar a dudas, conseguir que tanto China como los EE.UU. asuman el compromiso político, ¿cómo lograrlo? La mejor manera para este tipo de desafíos es concienciar a las respectivas poblaciones de que sus gobiernos deben cambiar de posición política y por ello es importante masificar las campañas en favor del medio ambiente por un lado, de los riesgos que todos corren con motivo del cambio climático y de la necesidad de cambiar de paradigma de desarrollo económico, por uno que tenga carácter de sostenibilidad, hay que creer que ello es posible.

Independencias, Centenarios y Bicentenarios en Colombia (1810-1814) (1910-1914) Autor: Norberto Molina Guerrero (reseña)


Reseña tomado del portal https://infolibros.org/libros-de-historia-de-colombia/

Independencias, Centenarios y Bicentenarios en Colombia (1810-1814) (1910-1914) hace principalmente una exhaustiva revisión en torno a los acontecimientos suscitados durante el proceso independentista emprendido en 1810 para liberar a Colombia, entonces Nuevo Reino de Granada, del dominio español.

Apoyado en una vívida descripción así como en distinguidas fuentes bibliográficas y valiosas imágenes, el libro describe las campañas realizadas a lo largo de diversos y distintivos puntos de la geografía colombiana, mostrando tanto la progresión como los reveses sufridos a manos de las fuerzas realistas, fieles a la corona española, en un conflicto que duró cerca de una década.

Asimismo luego de la hazaña independentista se señala su conmemoración centenaria, esto a fin de presentar cómo fue recordada a inicios del siglo XX, en una Colombia mayormente rural que no iniciaba aun su camino a la modernidad, así como la conmemoración del bicentenario independentista, fresca en la memoria colectiva y con un país ya adentrado en la era moderna.

EL DÍA QUE COLOMBIA SE DIVIDIÓ ENTRE BOLÍVAR Y SANTANDER


       La sociedad colombiana ha estado dividida entre diferentes ideas e ideologías desde su nacimiento como república, algunos de sus principales divisiones históricas han sido:
1.      Los que deseaban una república federal vs. Los que deseaban una república centralista.
2.      Los que apoyaban la presencia de la iglesia vs. Los que la rechazaban.
3.      Los que apoyaban a Bogotá como capital vs. Los que preferían otras ciudades como capitales.
4.      Los que apoyaban las ideas de Simón Bolívar vs. Los que apoyaban las ideas de Francisco de Paula Santander.
5.      Los del partido liberal vs. Los del partido conservador.
6.      Los de la izquierda vs. Los de la derecha.

       ¿Cuál ha sido la manera de solucionar estas diferencias? La guerra. Colombia, a diferencia de otras naciones en el mundo, nunca ha tenido una guerra civil a gran escala que haya significado una ruptura de antes y después en la historia social y política del país. A cambio, se han generado una serie de pequeñas guerras civiles que de alguna manera han permanecido hasta la actualidad.

       Dentro de las paradojas de la historia política del país está el hecho de que Bolívar y Santander pasaron de ser aliados políticos y militares a ser enemigos acérrimos ¿y esto por qué? A mi modo de ver las realidades históricas (o de interpretarlas) está la siguiente explicación (los diálogos son ficticios).

       Todo marchaba bien, en buenas relaciones entre los dos líderes, hasta que Bolívar se le ocurrió la maravillosa idea de declararse dictador (casi rey) de la Nueva Granada, es entonces que Santander (con todo su derecho y autoridad moral) le preguntó a Bolívar por qué, Bolívar sin titubear (pues era el denominado Libertador y una especie de generalísimo) respondió que la situación social era demasiado inestable, que lo hacía era para evitar una catástrofe dentro de la naciente república (cualquier parecido con la actualidad), entre otras razones para mantener la unidad, y todos los demás etcéteras para justificar su decisión de convertirse en dictador (casi rey).

       ¿Salir de un imperio para entrar a otro reinado? Absurdo, contestó Santander, para eso están las leyes, y agregó, es la constitución política la que le da orden y genera estabilidad a toda nación republicana. Bolívar, sin querer escuchar más razones, se plantó en su capricho y se declaró dictador (casi rey).

       El asunto se tornó tan hostil que Bolívar estuvo a punto de ser asesinado en su casa a no ser por el aviso desesperado de Manuela Sáenz, que a su vez, estuvo a punto de ser asesinada por haber obstruido los planes de los conspiracionistas. Bolívar luego, no dudó en exigir que fusilaran a Santander a quien acusaba de ser autor intelectual de la conspiración, y sólo porque se trataba de Santander no fue asesinado.

        A partir de ese momento la naciente república de Colombia volvió a esa especie de patria boba (cuando se declararon la guerra entre las provincias – estados). Ahora bien, ¿Por qué todo tiene que solucionarse con guerra? Acaso pareciera “necesario” que de vez en cuando el país entre en un escenario de guerra, es una forma de apaciguar las pasiones, o más bien las estúpidas pasiones.

       La pregunta para reflexionar es ¿algún día disminuirá en intensidad la violencia histórica en Colombia? Eric Hobsbawm en uno de sus ensayos califica sorprendentemente a la sociedad colombiana como una sociedad violenta por naturaleza, ¿esa es nuestra naturaleza? ¿Hace parte de nuestros genes? Existen, a mi parecer, dos razones fundamentales para negarme a ese calificativo, la primera, es el hecho de que no haya existido una guerra civil de la dimensiones que ello comprende, y segundo, que ha habido períodos de tiempo en el que ha reinado la paz política.

       En conclusión, puede existir entre la sociedad colombiana una coexistencia de dos ideas o ideologías sin violencia, por lo tanto, podrá seguir existiendo una Colombia dividida pero conviviendo en armonía.

Yanga y los Jacobinos negros - parte I - seminario - Norberto Molina Gue...

DERECHOS HUMANOS - LA INVENCIÓN BURGUESA COMO ANTÍDOTO PARA EVITAR REVOLUCIONES SOCIALES


INTRODUCCIÓN


       La necesidad de plantear otras  concepciones de los Derechos Humanos respecto de otras culturas plantea la necesidad de considerar o no los Derechos Humanos como una invención. Ejemplos se muestra en el caso de las potencias económicas, militares y políticas que  respetan los Derechos Humanos solo cuando les conviene.
       Según John Villiers: “En la literatura, las grandes epopeyas hindúes: el Ramayana, el Mahabharata,  el Harivamsa y los Puranas se convirtieron en importante fuente de inspiración para los múltiples idiomas vernáculos del Asia sudoriental, y hasta la fecha siguen proporcionando temas para los dramas y las danzas de Indochina, Malaya, Java y Balí. La versión javanesa fechada más antigua del Mahabharata se produjo en 996. También fue profunda la influencia del derecho hindú. Los dhamasastras, y especialmente las leyes de Manu dieron a los derechos consuetudinarios de los pueblos de Asia sudoriental un marco codificado, de forma muy parecida a lo que hizo el derecho romano con los derechos de los pueblos europeos, sin anularlos nunca del todo.
Ideas como la opinión de que cuanto más elevada era la persona ofendida mayor era el delito y la utilización del juicio por ordalía son claramente de origen indio. Salvo un código pali del siglo XII, nuestras pruebas de que el derecho indio se adoptó en Asia sudoriental proceden directamente de la epigrafía. Al igual que en la India, parece que los reyes nunca tuvieron un poder legislativo verdadero, sino que gobernaban por medio de leyes o decretos que sus sucesores no consideraban necesariamente vinculatorios.
Los arthasastras o escritos políticos constituyeron la base literaria para los principios en que llegaron a basarse los gobiernos de las monarquías de Asia sudoriental. El establecimiento de Estados de tipo indio en Asia sudoriental se veía a menudo acompañado de la introducción de un culto de la realeza divina, que no sólo se ajustaba a las concepciones indias de las creencias indígenas de jefatura divina y daba al reino tanto la unidad religiosa  como la política.” [1]
       Lo anterior significa que no sólo en las sociedades occidentales existía la noción de justicia y derechos. Este escrito, intenta aproximar una respuesta mediante el cual se pueda orientar algunas reflexiones sobre los Derechos Humanos en la actualidad.

DERECHOS HUMANOS
LA INVENCIÓN BURGUESA COMO ANTÍDOTO PARA EVITAR REVOLUCIONES SOCIALES

       Si bien desde la antigüedad ha existido la percepción de reivindicación de factores como la igualdad y la libertad de parte de los sectores dominados u oprimidos de la sociedad, la noción de Derechos Humanos, como término y concepto, es contemporáneo, esto, específicamente concretado el 10 de diciembre de 1948 en el acto de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
       Es importante identificar e interpretar la noción del término universal, es en este sentido, que la declaración misma de los Derechos Humanos de alguna manera homogeniza las sociedades en el mundo. Esto se puede inferir mediante la observación sociológica de las poblaciones asiáticas y africanas, donde dicho concepto o no existe, o no se concibe en los mismos significados occidentales.
       En mis reflexiones filosóficas me pregunto… ¿Por qué el discurso de los Derechos Humanos ha salido triunfante desde el inicio de la modernidad? ¿Han sido los oprimidos, la clase trabajadora y demás población vulnerable un instrumento o la punta de lanza de la burguesía? Aunque la noción de libertad y desigualdad ha emergido desde la burguesía, es también cierto que a lo largo de la historia ha necesitado del brazo de la clase baja para llevar a cabo, y con éxito, los proyectos del sector de la burguesía.
       Entre ellos el del cambio de régimen de gobierno y de cambio de establecimiento en los diferentes estados – naciones. Un ejemplo de ello, aparte del caso francés, fueron las revoluciones de independencia en las naciones latinoamericanas, en el que los líderes burgueses tuvieron que vender la idea de que las independencias servía y era igualmente beneficioso para toda la sociedad.
       Ahora, ¿Significa ello que los Derechos Humanos representan un factor negativo para las naciones? Pues, si es afirmativa la respuesta, estaríamos hablando de algo similar a los debates sobre los tratados de libre comercio en esta era contemporánea, ya que existen argumentos a favor y en contra de las políticas de Estado.
       Haciendo un análisis hermenéutico al texto de R. C. Pandeya[2], se puede determinar que: para la cultura indiana (perspectiva hinduista), los Derechos Humanos como noción la libertad universal e individual, que se adquiere, se podría decir, de una manera automática e inherente al ser humano, representa una novedad en términos de concepción cultural.
       Esto significa, que las circunstancias históricas no tienen ningún efecto sobre el mundo de las ideas y los imaginarios colectivos, esto es, que los Derechos Humanos occidentales representa una irrupción en el paradigma hindú, ¿esto es positivo o negativo? No podría inferirse ni lo uno ni lo otro, lo que sí es posible es comprender que los significados y conceptos son cambiantes no sólo en términos históricos, sino también culturales.
       Y es allí donde se demuestra la influencia burguesa, ya que a medida que el sistema capitalista adquiere mayores dimensiones, en esa misma medida, los Derechos Humanos  como discurso político sugiere una alternativa como forma de control social.
       Lo mismo ocurrió (sin ser anacrónico) con la Unión Soviética, dado que para estas sociedades, los Derechos Humanos tenían  un carácter colectivo más que individual, no obstante, el derecho de la URSS ha logrado transformar estos cambios de paradigmas, y lo mismo ha sucedido (en cierta medida) con los países árabes.

CONCLUSIONES

       ¿Por qué los Derechos Humanos son una invención de la burguesía? Porque así se puede evitar posibles levantamientos populares. Aunque esto puede sonar a hipótesis, es posible demostrarlo mediante los procesos históricos políticos y sociales, desde la revolución glorioso inglesa, pasando por la Revolución Francesa, donde se concreta la noción de derechos, atravesando la independencia de los EE.UU. y finalizando con los procesos de independencia de las naciones latinoamericanas.
       Es claro el autor Fouad Zakaria cuando afirma que “en el mundo árabe contemporáneo el concepto de Derechos Humanos está íntimamente vinculado al Islam”[3], indicando con ello la cosmovisión de un mundo diametralmente diferente.
       En este orden de ideas… ¿Es válido considerar la noción de Derechos Humanos como cosmovisión cultural de las sociedades occidentales? Si es así, entonces los Derechos Humanos sería el producto de una cultura de larga duración (en palabras de Fernand Braudel) en los procesos históricos.
       Asunto discutible, pues, el concepto mismo de Derechos Humanos en un término de la edad moderna (o contemporánea). En este sentido, se puede concluir (una vez más), que la noción de Derechos Humanos es una invención de un sector dominante de la sociedad para, de alguna manera, ejercer control social y político.
       Finalmente, las características que se desprende de la noción de Derechos Humanos como libertad, tolerancia, respeto, etc, no sólo hace parte de la cosmovisión de las sociedades occidentales, sino también del resto de sociedades en el mundo, entre ellas la cultura africana y asiática.
       Entonces, ¿Son los Derechos Humanos, como concepto, una imposición de las clases dominantes? Si es así ¿Qué tipo de efectos tiene sobre el imaginario social? ¿Existen contradicciones en la noción de los Derechos Humanos?


FUENTES DOCUMENTALES Y BIBLIOGRÁFICAS


Pandeya, R.C., Fundamentos filosóficos de los Derechos Humanos. Perspectiva Hindú.

Villiers, John, Asia sudoriental – antes de la época colonial, siglo XXI editores, México, 1992.

Zakaria, Fouad, Los fundamentos filosóficos de los Derechos Humanos en el árabe.



[1]Villiers, John, Asia sudoriental – antes de la época colonial, siglo XXI editores, México, 1992, pág. 67
[2]Pandeya, R.C., Fundamentos filosóficos de los Derechos Humanos. Perspectiva Hindú, pág.295
[3]Zakaria, Fouad, Los fundamentos filosóficos de los Derechos Humanos en el árabe, pág.251






MANIFIESTO POR LOS DERECHOS DE LOS AFROMEXICANOS


       Este manifiesto por los Derechos de los Afromexicanos es porque el pueblo afromexicano, siendo como sigue siendo históricamente ignorado, invisibilizado y desconocido por el Estado mexicano y por la sociedad misma, ha sido objeto de múltiples violaciones de los Derechos Humanos, entre ellas, flagrantes violaciones a la convención contra la tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanas o degradantes.

       Primero, porque desde el 16 de septiembre de 1810, fecha del llamado Grito de Dolores y que representa a su vez uno de los máximos símbolos en la construcción e identidad de nación de los Estados Unidos Mexicanos, la execrable esclavitud, en todas sus formas físicas, psicológicas, políticas y culturales, se mantuvo aún después de iniciado el siglo XX, teniendo como consecuencia una parcial manera de comprender las realidades políticas en su esencia y forma.

       Esto, a pesar de las tímidas medidas adoptadas por las constituciones a lo largo de historia mexicana como lo fue la constitución de 1814, donde por primera vez se menciona la noción espectral y ambigua de la abolición de la esclavitud. La constitución de 1824, donde a pesar de autoproclamarse los líderes mexicanos como nación y Estado con forma de gobierno republicana, representativa y popular, nada han tenido de representativo ni mucho menos de popular, pues en la actualidad no existe representación afromexicana en ninguno de los congresos estatales de México ni mucho menos en el congreso de la unión.

       La constitución de 1836, donde se cometió el trágico error político de convertir al país con un sistema centralista, ésta constitución limitó abusivamente la participación política de las mujeres y afromexicanos, contribuyendo con ello a una temprana violencia política en términos sociales y culturales, sin escapar de ello, las mujeres de todas las capas sociales.

       Está también la constitución de 1857, donde a pesar de su aparente liberalismo, se constituía la nación mexicana una vez más, en una república en el que predominaban los derechos del hombre, esto es, que se seguía excluyendo a buena parte de la población, y es en este escenario que irrumpe el factor de la educación como sistema gubernamental, gesto más demagógico que real, pues el analfabetismo sobrepasaba cualquier intento de superación de parte de esa otra historia de la república, es decir, a las mujeres marginadas y a la población especialmente rural, entre los que se encuentran los afromexicanos.

       Al fin, con la constitución de 1917, después de luchas revolucionarias, entra el Estado mexicano en un período de transición de apertura en lo que respecta a la participación política de un amplio sector de la sociedad, ya que se presume que producto de la revolución, significaría una participación activa de las mujeres en el ámbito político, y de alguna forma, una abolición de la esclavitud más allá como un símbolo de república liberal.

       ¿Y qué pasó a partir de ahí? ¿Supuso una apertura real a las mujeres en el ámbito político, económico, social y cultural? ¿Significó una visibilización de la población afromexicana? Tuvo que pasar varias décadas hasta que por fin en 1955 las mujeres conquistaron, con mucho esfuerzo y luchas que ello representó, su derecho constitucional al elegir y ser elegidas desde un ámbito federal, y fue sólo hasta el año 2000, con la reforma del artículo 2º de la constitución mexicana, que el Estado se reconoció jurídicamente como un país pluricultural, pero desconociendo flagrantemente la condición jurídica de los afromexicanos.

       No se menciona en la actual constitución política de México, el pueblo afromexicano ni sus derechos, perpetuando una vez más, la invisibilidad histórica, que encierra con ello un atropello político, social, económico y cultural. Hecho que desconoce flagrantemente los Derechos Humanos, toda vez que constituciones como la de Colombia, en su artículo 6º reconoce los derechos de las comunidades afrodescendientes, en la constitución de Brasil, que en su artículo 215º reconoce a los afrobrasileños, en Ecuador en el artículo 83 de su constitución política reconoce los derechos de los afroecuatorianos, y muchos otros países donde hay presencia de esta población se reconocen sus derechos.

       Las consecuencias de este desconocimiento histórico en México han conllevado a un desconocimiento de la sociedad, ya que los afromexicanos hacen parte de la construcción de la nación mexicana. Entre otras cosas, la falta de concienciación cultural de parte de los entes gubernamentales, una invisibilización política que ha significado a su vez en una tortura social, asimismo en esclavitud mental, y el atropello de las autoridades federales y estatales al desconocer la presencia de las personas afrodescendientes como mexicanos y máxime sus derechos y la falta de oportunidades en los diferentes ámbitos sociales.

       Todo ello, caracterizando las políticas de Estado respecto a la educación, el empleo, las actividades agrícolas y comerciales. Entendiendo además, que esos atropellos, han sido además, como lo menciona la convención, tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes.
       Por todo lo anterior, y porque los Estados Unidos Mexicanos hacen parte desde 1986 de la Convención Contra la Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes de la Organización de las Naciones Unidas, considero que es un deber del Estado mexicano, y un deber de mi parte como afrodescendiente que soy, que el gobierno de turno debe prevenir cualquier tipo de tortura en todas sus formas, cualquier tipo de discriminación en todas sus formas y debe además, promover la cultura, derechos e historia de los pueblos afromexicanos.


ARTÍCULOS DEL PACTO O LA CONVENCIÓN QUE SE HAN VIOLADO

Artículo 1 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos: Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros.
Artículo 4 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos: Nadie estará sometido a esclavitud ni a servidumbre; la esclavitud y la trata de esclavos están prohibidas en todas sus formas.
Artículo 5 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos: Nadie será sometido a torturas ni a penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes.
Artículo 6 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos: Todo ser humano tiene derecho, en todas partes, al reconocimiento de su personalidad jurídica.
Artículo 7 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos: Todos son iguales ante la ley y tienen, sin distinción, derecho a igual protección de la ley. Todos tienen derecho a igual protección contra toda discriminación que infrinja esta Declaración y contra toda provocación a tal discriminación.
Artículo 8 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos: Toda persona tiene derecho a un recurso efectivo, ante los tribunales nacionales competentes, que la ampare contra actos que violen sus derechos fundamentales reconocidos por la constitución o por la ley.
Artículo 1 de la Convención contra la Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes: A los efectos de la presente Convención, se entenderá por el término "tortura" todo acto por el cual se inflija intencionadamente a una persona dolores o sufrimientos graves, ya sean físicos o mentales, con el fin de obtener de ella o de un tercero información o una confesión, de castigarla por un acto que haya cometido, o se sospeche que ha cometido, o de intimidar o coaccionar a esa persona o a otras, o por cualquier razón basada en cualquier tipo de discriminación, cuando dichos dolores o sufrimientos sean infligidos por un funcionario público u otra persona en el ejercicio de funciones públicas, a instigación suya, o con su consentimiento o aquiescencia. No se considerarán torturas los dolores o sufrimientos que sean consecuencia únicamente de sanciones legítimas, o que sean inherentes o incidentales a éstas.
Artículo 4 de la Convención contra la Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes: Todo Estado Parte velará por que todos los actos de tortura constituyan delitos conforme a su legislación penal. Lo mismo se aplicará a toda tentativa de cometer tortura y a todo acto de cualquier persona que constituya complicidad o participación en la tortura.
Artículo 10 de la Convención contra la Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes: Todo Estado Parte velará por que se incluyan una educación y una información completas sobre la prohibición de la tortura en la formación profesional del personal encargado de la aplicación de la ley, sea éste civil o militar, del personal médico, de los funcionarios públicos y otras personas que puedan participar en la custodia, el interrogatorio o el tratamiento de cualquier persona sometida a cualquier forma de arresto, detención o prisión.
Artículo 14 de la Convención contra la Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes: Todo Estado Parte velará por que su legislación garantice a la víctima de un acto de tortura la reparación y el derecho a una indemnización justa y adecuada, incluidos los medios para su rehabilitación lo más completa posible. En caso de muerte de la víctima como resultado de un acto de tortura, las personas a su cargo tendrán derecho a indemnización.
Artículo 16 de la Convención contra la Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes: Todo Estado Parte se comprometerá a prohibir en cualquier territorio bajo su jurisdicción otros actos que constituyan tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes y que no lleguen a ser tortura tal como se define en el artículo 1, cuando esos actos sean cometidos por un funcionario público u otra persona que actúe en el ejercicio de funciones oficiales, o por instigación o con el consentimiento o la aquiescencia de tal funcionario o persona. Se aplicarán, en particular, las obligaciones enunciadas en los artículos 10, 11, 12 y 13, sustituyendo las referencias a la tortura por referencias a otras formas de tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes.
Artículo 1 de la convención americana sobre derechos humanos (Pacto de San José): Obligación de Respetar los Derechos. Los Estados Partes en esta Convención se comprometen a respetar los derechos y libertades reconocidos en ella y a garantizar su libre y pleno ejercicio a toda persona que esté sujeta a su jurisdicción, sin discriminación alguna por motivos de raza, color, sexo, idioma, religión, opiniones políticas o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición social.
Artículo 3 de la convención americana sobre derechos humanos (Pacto de San José): Derecho al Reconocimiento de la Personalidad Jurídica Toda persona tiene derecho al reconocimiento de su personalidad jurídica.
Artículo 5 de la convención americana sobre derechos humanos (Pacto de San José): Derecho a la Integridad Personal Toda persona tiene derecho a que se respete su integridad física, psíquica y moral. Nadie debe ser sometido a torturas ni a penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes.  Toda persona privada de libertad será tratada con el respeto debido a la dignidad inherente al ser humano.
Artículo 6 de la convención americana sobre derechos humanos (Pacto de San José): Prohibición de la Esclavitud  y Servidumbre Nadie puede ser sometida a esclavitud o servidumbre, y tanto éstas, como la trata de esclavos y la trata de mujeres están prohibidas en todas sus formas. Nadie debe ser constreñido a ejecutar un trabajo forzoso u obligatorio.  En los países donde ciertos delitos tengan señalada pena privativa de la libertad acompañada de trabajos forzosos, esta disposición no podrá ser interpretada en el sentido de que prohíbe el cumplimiento de dicha pena impuesta por juez o tribunal competente.  El trabajo forzoso no debe afectar a la dignidad ni a la capacidad física e intelectual del recluido.
Artículo 11 de la convención americana sobre derechos humanos (Pacto de San José): Protección de la Honra y de la Dignidad Toda persona tiene derecho al respeto de su honra y al reconocimiento de su dignidad.
Artículo 23 de la convención americana sobre derechos humanos (Pacto de San José): Derechos Políticos
 1. Todos los ciudadanos deben gozar de los siguientes derechos y oportunidades:
 a) de participar en la dirección de los asuntos públicos, directamente o por medio de representantes libremente elegidos;
 b) de votar y ser elegidos en elecciones periódicas auténticas, realizadas por sufragio universal e igual y por voto secreto que garantice la libre expresión de la voluntad de los electores, y
 c) de tener acceso, en condiciones generales de igualdad, a las funciones públicas de su país.
Artículo 26 de la convención americana sobre derechos humanos (Pacto de San José):  Desarrollo Progresivo  Los Estados Partes se comprometen a adoptar providencias, tanto a nivel interno como mediante la cooperación internacional, especialmente económica y técnica, para lograr progresivamente la plena efectividad de los derechos que se derivan de las normas económicas, sociales y sobre educación, ciencia y cultura, contenidas en la Carta de la Organización de los Estados Americanos, reformada por el Protocolo de Buenos Aires, en la medida de los recursos disponibles, por vía legislativa u otros medios apropiados.
Artículo 29 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos: En los decretos que se expidan, no podrá restringirse ni suspenderse el ejercicio de los derechos a la no discriminación, al reconocimiento de la personalidad jurídica, a la vida, a la integridad personal, a la protección a la familia, al nombre, a la nacionalidad; los derechos de la niñez; los derechos políticos; las libertades de pensamiento, conciencia y de profesar creencia religiosa alguna; el principio de legalidad y retroactividad; la prohibición de la pena de muerte; la prohibición de la esclavitud y la servidumbre; la prohibición de la desaparición forzada y la tortura; ni las garantías judiciales indispensables para la protección de tales derechos. La restricción o suspensión del ejercicio de los derechos y garantías debe estar fundada y motivada en los términos establecidos por esta Constitución y ser proporcional al peligro a que se hace frente, observando en todo momento los principios de legalidad, racionalidad, proclamación, publicidad y no discriminación.


 CIRCUNSTANCIA RECIENTE EN EL QUE SE HAN VULNERADO LOS DERECHOS DE LOS AFROMEXICANOS

       El 04 de octubre de 2018 se abrió una sesión de audiencia ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos sobre los derechos de las personas afromexicanas y afrodescendientes en México para el caso de la laguna de Chacagua en la costa de Oaxaca, en la que participaron organizaciones civiles como el Afrodescendencias en Mexico A.C, el Comité Ciudadano en Defensa de los Naturalizados y Afromexicano (CCDNAM), la Asociación de Mujeres de la Costa de Oaxaca (AMCO. A.C), Mexico Negro A.C, la Cooperativa de Mujeres Pescadoras del Manglar, la Red de Mujeres de la Costa Chica (REMCO A.C.), entre otros.

       En la audiencia se denunció formalmente al Estado mexicano porque se afirmó que debido al desconocimiento de los pueblos afrodescendientes de México, es que no han sido escuchados por ninguno de los gobiernos de turno, entendiendo que la laguna de Chacagua se ha deteriorado hasta tal punto que ha afectado a las poblaciones adyacentes, al respecto, se estableció en la audiencia que:
“El caso de la laguna de Chacagua pastoril en la costa de Oaxaca es un ejemplo de cómo la falta de reconocimiento constitucional ha imposibilitado a esas comunidades a defender sus derechos colectivos e individuales ante el racismo ambiental e institucional por parte del Estado mexicano, que durante décadas ha implementado acciones y políticas, actuado de manera negligente y omitido obligaciones que ha afectado desproporcionadamente a las poblaciones afrodescendientes e indígenas que viven en y de la laguna.

El desvío del agua para abastecer el río 110 y otros lugares, junto con la apertura oficial de la bocabarra de Cerro Hermoso en la década de los años `70s, han privado a las localidades azufres, apotalito, el corral, Cerro Hermosa, Chacahua, la grúa, del derecho a acceso de bienes y servicios ambientales como el agua limpia.

Desde 1995 el Estado tiene conocimiento de esta problemática y sin embargo, no ha tomado las medidas necesarias para resolverlas, hace más de dos décadas, la secretaría de medioambiente y recursos naturales ordenó a la Comisión Nacional del agua a restituir el volumen de agua dulce que se desvió hacia el distrito de riego, se construyeron dos canales para hacer este aporte, sin embargo, hasta la fecha esto no se ha logrado argumentando que no existe personas físicas o moral a quien le sea concesionado el volumen de agua, de conformidad con el artículo 82 de la ley de aguas nacionales, atentando contra el derecho humano al agua de los habitantes del sistema lagunar, al despojar de un volumen de al menos 13 metros cúbicos de agua que de manera natural llegaban a la laguna.

El Estado mexicano es responsable de racismo ambiental en la medida que ha priorizado otros intereses sobre el derecho a un ambiente sano de la población afromexicana que depende de la laguna, también ha incurrido en racismo institucional al menospreciar el conocimiento local e ignorar las recomendaciones hechas por las comunidades sobre el uso y manejo de los recursos naturales, locales y excluirlos de la administración en la toma de decisiones, situación que los expone a la imposición de proyectos bajo contratos muy cuestionados que violentan la forma de vida de las comunidades.

En el 2013, la defensoría de los derechos humanos del pueblo de Oaxaca hizo un informe especial evidenciando la responsabilidad  del Estado mexicano en el desvío del agua y omisión en la ejecución, los acuerdos y recomendaciones hechas en múltiples ocasiones, tal desinterés y omisión por más de tres décadas ha ocasionado la concentración de contaminantes en la laguna disminuyendo la productividad y diversidad de peces.

En los últimos 10 años ha habido tres casos de mortalidad masiva de peces amenazando la flora y fauna del lugar y han aumentado los focos de infección y enfermedad derivadas de la contaminación del agua, esta ha afectado de manera exponencial a las cinco localidades afromexicanas  que dependen de la pesca y el turismo en el sistema lagunar trayendo consigo la pérdida de empleo, incrementando la conflictividad social, mayor competencia por área de pesca actividades ilícitas y migración forzada.

Es urgente la reparación y compensación por los daños a las familias y comunidades afectadas, que se realicen las obras necesarias para devolver al sistema lagunar el flujo de agua dulce y marina, así como un estudio que ayude al diseño de un plan de saneamiento y restitución del equilibrio ecológico de la laguna, involucrando y en consulta con las comunidades afectadas.”
       Lo anterior constituye el maltrato institucional, los tratos inhumanos y degradantes, y aún esclavizante que ha sido superado de modo parcial contra la población afromexicana, que comprende además, una violencia sistemática en el ámbito político, social y cultural al considerarse el perfil de afrodescendiente de parte, especialmente, de las autoridades federales y estatales.
       Es por ello que se exige al Estado mexicano, acciones concretas y estructurales en términos constitucionales e institucionales, además de promover a nivel federal, campañas de sensibilización hacia la población afromexicana.