Steve Jobs: El perfecto idiota

       Lo bueno que tiene una persona de ser multimillonaria es que cualquier estupidez que diga es considerado algo sabio. Lo mismo sucede con los artistas reconocidos, los políticos, deportistas, empresarios, profesionales de toda índole... dicen o hacen cualquier cosa y se considera un paradigma. ¿Hay algo negativo en todo esto? No lo creo… ¿y entonces?

       Lo que sucede es que las palabras por más simples que parezcan y por más comunes que sean se convierten en una especie de icono, y aquí si hay algo terrible, lo terrible (y horroroso) es que el idiota multimillonario llega a creerse “sabio” y lo que dice, así sea cualquier frase llega a creer que ha emanado de su “sabiduría”. Y es más espantosa la estupidez que dice porque los demás hasta lo consideran algo “muy sabio” en el cual se “debe aprender” muchas de sus palabras simples y comunes.

      Un ejemplo perfecto (en este caso sí cabe la perfección) es el caso de Steve Jobs: el perfecto idiota, u otro que está de moda en el mundo “científico” de los idiotas el señor Stephen Hawking… ¿Será carisma mediático? ¿Poder de convencimiento? ¿El hermano mayor de los idiotas que logra ser escuchado y atendido por un montón de idiotas menores? El hecho es que sus palabras se llegan a convertir en algo “especial” como si se tratara de una rara especie de “iluminados”.

      Alguna vez cierto periodista le preguntó a cierto artista (no menciono nombres porque simplemente no los recuerdo, ni tiempo ni lugar) que qué consejos le daría a la juventud que sigue sus pasos (desgraciadamente para la humanidad), su respuesta no pudo ser algo más simple que la de un niño (mis respetos para los niños), o que la que hubiese dado cualquier persona que ni si quiere estuviese o fuese parte del medio… pero como salieron del gran idiota entonces llegó a ser calificado como un “gran consejo”.

      Conclusión: la televisión fue concebida para entretener y todos los que aparecen generalmente son para divertir a los televidentes, digo, generalmente, debo admitir que no todo el mundo es idiota (para fortuna de la humanidad). Entonces, que los grandes idiotas que inundan los medios de comunicación se limiten a decir sus estupideces, ok, sus palabras simples y comunes, y por favor (no importa que se lo crean los grandes idiotas) que por ello no se conviertan o no los conviertan en gurús, sacerdotes (o sacerdotisas), o cualquier cosa que se le parezca… porque sino te convertirás en un grandísimo idiota entre los idiotas… que no sería benéfico para la humanidad… simplemente toma las palabras como parte de la vida cotidiana. Gracias.

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