La nueva era del posconflicto en Colombia: Castro-chavismo-santista vs. Hitlerismo-fascista-uribista


       
       Mucho se puede especular sobre la situación política, o mejor dicho, sobre el nuevo escenario político colombiano una vez se concreten los respectivos procesos de paz, uno con las FARC y el otro con el ELN. El fin del conflicto armado supone una transformación social, económica, política y cultural toda vez que bajar a su punto mínimo si se le quiere llamar de alguna manera a la intensidad de los problemas en una sociedad, esto generará cierta tranquilidad y confianza en la población no sólo desde adentro de Colombia sino desde afuera en el exterior.

       La paz negociada significa el fin del conflicto armado pero no el fin de los odios y resentimientos. El hecho de que los últimos gobiernos hayan dejado como herencia tendencias ideológicas de los mal llamados derechismo e izquierdismo comprende posiciones radicales que cada vez se van acentuando en la medida que los principales líderes del país irresponsablemente arrecien las diferencias mediante sus discursos políticos aumentando en la población tensiones sociales.

       Aunque las pasiones políticas de mediados del siglo XX, cuando se presentó la última gran guerra civil en Colombia, no son las mismas circunstancias históricas de la segunda década del siglo XXI, las secuelas del largo conflicto armado serán difíciles de desaparecer. Todos recordando el terrible pasado de que unos fueron víctimas de unos y los otros que fueron víctimas de los otros.

       Habrá necesidad de renovar los discursos extremistas en discursos moderados no sólo entre los líderes políticos sino también entre la población, de manera que el país no siga dividido sino que exista una convergencia en torno a los llamados gobiernos de centro o gobiernos moderados. 

       Esto requerirá tiempo y como dicen por ahí mediante el fortalecimiento de la institucionalidad democrática, sólo así el castro-chavismo-santista  y el  hitlerismo-fascista-uribista quedarán en el pasado muy pronto como una falsa tendencia, esto es, como una falacia de conflicto que un par de líderes quisieron inventar… pero que en el fondo la sociedad colombiana siempre ha considerado el diálogo y la reconciliación como la mejor salida a las diferencias.