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BREVE HISTORIA DE ANTIOQUIA FEDERAL

      
       El secretario plenipotenciario, vocero oficial y asesor histórico de los gobiernos antioqueños José Manuel Restrepo (acompañado de Juan del Corral), a principios del siglo XIX, tenían claro que Antioquia debía propugnar por un gobierno federal y autónomo, como diría algún politólogo, un gobierno descentralizado.

       Las razones que esgrimieron las diferentes provincias que defendían la federalización en la Nueva Granada, era básicamente seguir los pasos del sistema de gobierno del naciente Estados Unidos de América, ciñéndose a su fórmula judicial, militar y legislativo. La idea de que era la mejor manera de defender los pueblos americanos de las tropas francesas, y que mantenían una supuesta fidelidad al rey Fernando VII, no pasaron de ser excusas políticas, el hecho es que Antioquia estuvo presente en los debates políticos, y aún, en las guerras fratricidas de la década de 1810 para defender firmemente la anhelada Antioquia federal.

       Los tiempos cambiaron, los procesos históricos concibieron finalmente la república de Colombia como una nación centralizada, y que fue consolidada a principios del siglo XX, después de tantas vicisitudes, conflictos bélicos, y especialmente, después de las celebraciones de la conmemoraciones del Centenario de la Independencia de Colombia en 1910, tomando como referencia lo sucedido en Santafe de Bogotá en 1810, si bien es cierto que algunas provincias siguieron añorando aquellos momentos de gobiernos federativos, en el caso de Antioquia, se ha mantenido vivo el sentimiento en algunos sectores de la región.

       Ese sentimiento vuelve a despertar cada vez que los dirigentes antioqueños se sienten agredidos, o de alguna manera afectados por las políticas desde Bogotá, como lo sucedido con una imprudencia de parte del gobierno durante la época del narcotráfico entre las décadas de 1980 y 1990, en el que se excluyó a Antioquia en el mapa de destinos turísticos, despertó, no al pueblo antioqueño, sino más bien, a los grupos mafiosos, a generar nuevamente el sentimiento de una Antioquia federal, promoviendo una posible iniciativa ciudadana para tal caso, pero la situación no pasó a mayores consecuencias sociales.

       Ahora, en el 2017, el problema en el caso de Belén de Bajirá, un caserío que lo disputa en términos locales el municipio de Mutatá, por el lado antioqueño, y el municipio de Riosucio, por el lado chocoano, ha generado de nuevo el sentimiento de una Antioquia federal. El caso es más de carácter político que social, pues, el abandono de tal caserío ha sido histórico por un lado y por el otro, y tiene más ingredientes demagógicos y económicos que real interés en los pobladores.

       Términos como la raza antioqueña, que ha sido abusado de parte de oportunistas, o del ensalzamiento de los antioqueños como región, no hace sino afectar las relaciones sociales de una nación que si bien tiene toda una institucionalidad consolidada, aún está en construcción, y en la medida que se radicalicen los discursos políticos afectará gravemente la economía y la cultura de ambas regiones, que en el fondo, los que realmente se benefician de los conflictos, han sido algunos dirigentes políticos y económicos, es decir, de algunas pocas personas.
      

       

LA VIOLENCIA DE 1950 HA RETORNADO EN COLOMBIA

       Es patético el espectáculo que ofrece el denominado pueblo cuando se enfrenta en las calles, medios de comunicación o redes sociales por cuenta de los debates generados por alguna declaración de Uribe o Santos, o alguno de sus amigos. Y lo más terrible es que ese pueblo hace eco de los discursos, cuando de uno y del otro lado, intentan defender la patria, esa cosa abstracta y sin sentido cuando al momento de definirlo no se sabe a ciencia cierta a qué conceptos hacer uso o en qué maneras referirse.

       Y el pueblo defensor de no sé qué, concentra sus ataques a la corrupción del uno teniendo como referente a un corrupto o viceversa. Esto es, que existen personas que referencien al corrupto de Uribe como un hombre íntegro, intachable, defensor de la patria, y que existen personas que referencien al corrupto de Santos como un defensor a ultranza de la paz, o como una especie de misionero en defensa de la libertad y otras tantas cosas.

       Es patético porque los discursos se hacen tan repetitivos que parece un reguetón. Eso de que los llamados furibistas quieren destruir la paz del pueblo, que se identifican con los de la extrema derecha, o que los llamados farc-santistas quieren convertir al pueblo colombiano en una Venezuela más, que quieren destruir la patria, etc, etc, no hace sino convertir al pueblo en una especie de perro adiestrado que siguen los designios de sus respectivos amos.

       Y es que fue precisamente a finales de la década de 1940 y durante los 50s que se llevó a cabo una de las guerras fratricidas más cruentas que ha vivido el país por cuenta de los mismos discursos que esgrimen los dos líderes corruptos en la actualidad, es decir, al presidente corrupto Santos y al expresidente corrupto Uribe. En esa época, el pueblo se dividió entre el partido liberal y el partido conservador, liderados por otro par de corruptos, e iniciado por la muerte de otro corrupto.


       ¿Cuál de todos es más corrupto? ¿Quién defiende a quién? O, ¿Quién defiende qué? Lo más patético de todo es que se está repitiendo el mismo espectáculo de mediados del siglo XX. Unos líderes políticos rodeados de escoltas (hasta para comprar el mercado en la esquina), con todas las comodidades de príncipes medievales, con mentalidad medieval, protegiendo siempre intereses de los grupos económicos, viendo cómo el pueblo se divide y se enfrasca en una guerra de palabras para darse cuenta luego, que el pobre sigue siendo más pobre y el rico sigue siendo más rico… y que con guerra o sin ella el establecimiento seguirá igual.

Los norteamericanos: Una sociedad armada y esquizofrénica



Que a todos los norteamericanos se les dé por sufrir de depresión severa, lo primero que diría el vecino sería algo así como -¡mi novia me dejó! Me siento muy mal, esto no me había pasado antes-, entonces, abres el clóset y demora como 10 minutos tratando de escoger entre el fusil automático, el revólver calibre 45 largo con balas de fusil, una sub ametralladora, 50 cuchillos de todos los tipos, granadas y una que otra pistola para ver cómo “solucionar” su “difícil” situación emocional. Finalmente se decide por un pequeño revólver de bolsillo, empieza a llorar, escribe una carta de dos líneas diciéndole a su familia cuanto ama a su perro y luego se dispara.

La vecina, una joven promesa de la medicina, estudiante de una universidad súper prestigiosa, grita desesperadamente cuando se entera de la noticia de la muerte de su vecino, en medio de su llanto empieza a decirle a sus amigos lo triste que fueron escritas esas dos líneas y cómo y por qué ha quedado el perro tan sólo en esta vida. Sus amigos la rodean, y todos la siguen en su “amarga” tristeza. Llega la noche y aquella joven sigue muy “afectada” emocionalmente, ya se hace tarde y todos en casa duermen plácidamente, mientras tanto, la joven se dirige a la cocina, prepara una de esas bebidas que aprendió no se sabe nunca cuándo ni dónde y amanece botando babaza en el piso de la cocina. El primero que la ve es su padre, que destrozado le grita a todos en casa lo ocurrido.

Los colegas del padre que es médico le quieren ayudar a superar el dolor, lo invitan a una salida en el campo, todos están almorzando y es cuando llega el padre que aún sigue recordando el terrible momento en que vio a su hija tirada en el piso, tiene en cada brazo fusiles de última generación y empieza a disparar a diestra y siniestra, la brutal masacre deja 34 muertos y 100 heridos, 10 de ellos muy graves. Al padre despechado no lo alcanza a capturar la policía, pues se suicidó en la escena.

Todos los norteamericanos horrorizados por la masacre acuden masivamente a comprar armamento, unos para adquirir su primer revólver y otros para completar el arsenal que tienen en casa, todos, hombres y mujeres, pensando en su “derecho” de defenderse. Van ocurriendo una serie de sucesos que hacen que a todos se les dé por dispararle a todo el mundo y a suicidarse… entonces, al final de esta tragicomedia, no queda ningún norteamericano con vida… triste decirlo.