Inmigraciones en masa: El nuevo genocidio mundial


 La explicación más viable de los “expertos” en el tema, el de los grandes desplazamientos de personas desdichadas, desafortunadas, o como diría el escritor Víctor Hugo, el de los miserables, es que los fenómenos presentados en los últimos años, en el que miles de personas intentan cruzar el Mediterráneo desde las costas del Magreb, es causado por las malas condiciones de vida en sus países de origen, sumado a circunstancias como las guerras civiles, inestabilidad política, desempleo estructural y cientos de razones técnicas más que fuerzan a estas personas a tomar las determinaciones suicidas de cruzar a como dé lugar.

       El escenario de crueldad es similar a una situación de guerra. Ya no sólo se muestra a niños desnutridos y esqueléticos en los tiempos de espantoso verano de sectores rurales en algunos países africanos, sino que también se empieza a mostrar niños ahogados en las orillas de la costa en alguna parte de algún país desarrollado, o si se le quiere llamar, primer mundista o capitalista, o el país donde se pueden cumplir  todos los sueños y las ilusiones.   

       Y como en toda guerra cruel, terrible e inhumana, suele haber un responsable de todas las atrocidades. En ocasiones, el responsable o los responsables llegan a ser juzgados y condenados, pero por lo menos, generalmente son identificados. Para el caso del genocidio que se está cometiendo a lo largo y ancho de este planeta tierra, donde la igualdad, la fraternidad y la libertad a veces quieren salirse de los discursos para hacerse real, hay una causa, es tanto política como económica… es una verdadera guerra abstracta.

       Entonces, los causantes de esas guerras económicas señalados son las grandes multinacionales, o para hacer un espectro más amplio, le llamarían capitalismo salvaje. Ambos son abstracciones que nunca coinciden en nada, y como tal nunca pasa nada. 

       Los genocidios del siglo XX también fueron causados por razones económicas y políticas, y tenían un comienzo y de pronto un difícil final. Pero el genocidio del siglo XXI, esas inmigraciones en masa, que significa también muertes en masa, no tuvo un comienzo específico y, dado las condiciones y las dinámicas de esa guerra abstracta, nunca tendrá un final, y nunca habrá un culpable.