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POR LA DEFENSA DE LOS REFUGIADOS DEL CAMBIO CLIMÁTICO

¿Qué hacer frente a la indiferencia política hacia los refugiados medioambientales? ¿Es posible alguna alternativa política para solucionar la complejidad que representa la migración masiva por causa del cambio climático? ¿Por qué no existen políticas de libre circulación humana?

Por una parte, las organizaciones sociales pueden ejercer presiones tanto desde los países receptores como los emisores de población migrante.

Entendiendo que los países emisores de población migrante son pobres y con escasa posibilidad de ofrecer mejores garantías para sus habitantes afectados por el cambio climático. Es importante promover políticas no solo de mejoramiento social en su propio territorio, sino que ayuden a los migrantes que llegan a los países de destino.

Respecto a los países receptores, es importante señalarlos como los causantes del cambio climático, que entregarles dinero a los países pobres no son garantía de nada por la condición de corrupción estructural que tienen.

Es necesario exigir libre circulación, ya que las políticas económicas neoliberales sólo permiten la libre circulación monetaria pero restringe la humana, esto es sencillamente discriminación y explotación de los recursos de países pobres a cambio de un exiguo dinero que le ponen por eufemismo ayuda, cuando realmente no compensa ni siquiera, los daños causados a la población afectada ni mucho menos a la destrucción de los recursos naturales.

Son las sociedades las que deben actuar, sea por medio de organizaciones civiles, sociales o culturales, pero es importante que se haga una reflexión profunda y un cambio sustancial para que se tomen iniciativas desde Naciones Unidas.


GUERRA GEOPOLÍTICA DE LA POST PANDEMIA - parte II

       El detalle está en cuál potencia económica podrá ser capaz  de reemplazar al envejecido Estados Unidos, y si esa nueva potencia mundial logrará vencer en el terreno político, económico y tecnológico.

       Imaginemos un escenario en el que los Estados Unidos no logren obtener una vacuna a tiempo, sino que sean los chinos quienes lo logren primero. Imaginemos a un Donald Trump reacio a aceptar la ayuda china, y que la población norteamericana presione para que la acepte porque siguen aumentando las muertes.

       Pues el día en que los Estados Unidos reciban una ayuda de una vacuna proveniente de China, significará, en términos políticos, una derrota norteamericana frente a China, tan terrible como la que sufrió en Vietnam, dejaría de ser, por lo menos en el imaginario social, la primera potencia económica y militar.

       Entonces la preocupación será quién ganará la batalla por la obtención de la vacuna efectiva contra el coronavirus. Pues, derrotar el COVID – 19 será derrotar al resto de países competidores.

       Hay que tener en cuenta que las características de una guerra geopolítica van desde los conflictos bélicos librados en el Oriente Medio en el que tienen metidas las narices los rusos y norteamericanos, hasta la adquisición de tierras en África, en el que tienen metidas las narices los chinos y algunos otros países como India y Brasil, de modo que el coronavirus lo que ha hecho es darle un golpe al tablero geopolítico mundial, en una especie de reacomodamiento de las potencias.

       En una entrevista hecha a un exfuncionario de la antigua URSS, le preguntaron por qué los rusos se habían tomado tan en serio el juego de ajedrez, a lo que éste respondió que, como debían estar a la altura de los grandes, buscaron algún deporte donde pudieran hacerlo, ya que en el fútbol y otros deportes tenían escasas posibilidades, así que vieron en el ajedrez una oportunidad de vencer a los grandes, no a los grandes jugadores de ajedrez, sino vencer a las otras grandes potencias.

       Sólo en el detalle del ajedrez es un fiel reflejo de que una guerra geopolítica tiene que ver con todo. Con los recursos naturales, con el desarrollo de armas de guerra, con las posiciones militares, con el dominio espacio – territorial, con la influencia cultural, mejor dicho, una guerra geopolítica es en el fondo una guerra de guerras.

       Habrá vencedores, vencidos y víctimas. ¿Quiénes serán los vencedores? ¿Quiénes serán los vencidos? Aunque hay quienes se atreven a pronosticar ciertos actores en la guerra geopolítica, lo que sí es claro, es que las víctimas será la población civil, han sido realmente las únicas víctimas en los conflictos bélicos y económicos a lo largo de la historia capitalista.

       Alguien mencionó que las personas que más mueren son los pobres por el hecho de que no tienen los recursos suficientes para pagar lo suficiente para que puedan ser atendidos debidamente. Y es este sector el que inevitablemente sufrirá los estragos de la guerra geopolítica que se acentuará con la crisis de la pandemia.

       Y es que la pandemia del coronavirus COVID-19 ha servido como una perfecta cortina de humo para cubrir cualquier tipo de problemas internos de los países afectados, y seguirá así por ciertos meses.

       Lo terrible de todo esto es que la manipulación de la opinión pública es una especia de hipnotismo, que cuando la persona entra en razón ya es demasiados tarde, es por ello importante que las sociedades no pierdan de vista los múltiples problemas que azotan a los países afectados por la pandemia, esos otros problemas que son tan terribles como la pandemia misma y que debe ser atendida con la misma urgencia.

       Como mencionara alguien, no es que la población sufra de amnesia, sino que sabe bien cómo mantener desviada la atención sobre problemas que son delicados. Así que es la población civil la que debe entrar en el juego de la guerra geopolítica, pues, el rayado discurso de nacionalismo exacerbado lo que hace es seguir desviando la atención sin producir ningún tipo de solución.

       Los líderes mundiales conocen ese terreno de la guerra geopolítica, y saben cómo actuar. Es por ello fundamental que la sociedad civil debe asumir la responsabilidad de hacer parte activa de esa guerra geopolítica y asumir también la responsabilidad que significa ser un contra poder.

       ¿Ha notado el lector que de la noche a la mañana desapareció del escenario las grandes manifestaciones públicas? ¿Ha notado el lector que no se habla de otra cosa sino de la pandemia del coronavirus COVID-19? ¿Ha notado el lector que mientras medio mundo está en confinamiento, los líderes políticos siguen en sus actividades? ¿Qué se debe o qué se puede hacer frente a la realidad de la guerra geopolítica de alcance mundial?

       Todo esto me recuerda lo sucedido con el continente africano a finales del siglo XIX. La batalla por el dominio territorial de parte de los reinos europeos tenía como objetivo mantener en la medida de lo posible los monopolios comerciales de las materias primas, especialmente en el campo de la minería, esto desató a mediano plazo la Primera Guerra Mundial, ya que los alemanes exigían y reclamaban mayor participación de la torta mundial.

       Y también me recuerda lo sucedido con las colonias asiáticas durante el siglo XX, en éstas competencias no estaban solo las naciones europeas, con ellos también los acompañaban las grandes corporaciones. Las industrias que ponen en la mesa de los hogares los productos de primera necesidad son las más explotadoras, pero las familias no tienen la culpa, como no la tuvieron los habitantes de Alemania cuando fueron interrogados si sabían o no sobre la cuestión del holocausto judío, y por supuesto, dijeron que lo desconocían.

       Las sociedades no son los culpables, los culpables son sus gobiernos. Ahora bien, ¿quién se sienta a pensar de dónde y de qué manera proviene todo lo que llega a la mesa de la cocina? Nadie, y aún no lo quisieran saber. Pero la realidad es que el problema con la competencia en el fondo es bajar precios de los productos a como dé lugar.

       De modo que ignorar el contexto de la compleja producción de los bienes y servicios no significa que desconozcan esa realidad, significa que hay que conocer para comprender esas otras realidades, para sensibilizar a las sociedades, para humanizar los procesos productivos, porque de lo contrario, tendría como consecuencia más conflictos bélicos.

       Por eso se dice que es importante saber sobre el futuro del agua potable, que cada vez escasea más y más, y se especula que pronto se producirán guerras por este recurso natural que es vital para la supervivencia.

       Ahora bien, es raro encontrar personajes como Bill Gates, que ha prometido regalarle al mundo la vacuna si su fundación logra formularla primero que las otras compañías farmacéuticas. Ya que esto bajaría la intensidad social y política alrededor de la guerra geopolítica.

       Todo el mundo está a la expectativa no solo por la carrera de la vacuna contra el coronavirus sino por la carrera farmacéutica, pues ya se dice que la economía del siglo XXI estará determinada por nuevas pandemias y nuevas vacunas. Así que, a la carrera por mantener una sociedad satisfecha de agua, por la competencia de estar adelante con la última tecnología, se le agregará la guerra por la medicina.

       El Washington Post pronosticó que si no se detenía el capitalismo salvaje, la humanidad tenía dos posibilidades, o se acaba la humanidad, o se acaba el capitalismo salvaje. Creo en la hipótesis de las dos posibilidades que le quedan a la humanidad es, o una pax política entre las sociedades o un perfeccionamiento de la guerra.

       De modo que el capitalismo salvaje, o también llamado neoliberalismo o neoconservadurismo, igual, cualquiera de las ideologías es igual de brutal y salvaje. El hecho es que cualquiera de estas vertientes llevará a la humanidad a un perfeccionamiento de la guerra, esto, claro está, si la sociedad no actúa. 

       Por eso algunos apuntan a las organizaciones civiles y sociales como la mejor herramienta para contraatacar políticamente cualquier decisión de los gobernantes, pero para ello debe existir una organización internacional, pero será difícil, muy difícil, casi imposible, ya que las organizaciones sociales están lleno de diversos pensamientos y vertientes ideológicas.

       Así que intentar una alternativa unificada social para revertir las políticas neoliberales es un hecho descartable. En ese caso, ¿Podrá existir alguna solución? Aunque parezca paradójico, es la misma naturaleza la que ha podido unificar, por lo menos momentáneamente, a las sociedades del mundo para combatir los desequilibrios salvajes de la economía actual, el coronavirus es una muestra de ello.

       Pero la memoria colectiva se desvanece como la neblina, todo se olvidará y pasará a la historia como una anécdota más, entonces, ¿la humanidad ha perdido su capacidad de reflexión y de pensarse a sí misma? Existe aún la esperanza de que existan vagos cambios paradigmáticos en el modo de ver la vida, un cambio de cosmovisión.

       ¿En qué radica esa esperanza? En la posibilidad de que las sociedades exijan gobernantes más sensibles a una sociedad y a una economía, no tanto solidaria, porque eso sería una nueva utopía, pero sí sostenible, que se apega más a una posible realidad.

       El hecho es que, lo que está sucediendo con la guerra civil en Yemen, en Siria, en Sudán del sur, o cualquier otra parte del mundo, es pequeño comparado con las circunstancias políticas que vendrán, es pequeño comparado con las futuras guerras entre las potencias, porque en estos momentos, detrás de todos esos conflictos bélicos, están las potencias y las grandes corporaciones, avivando  las divisiones sociales con el único objetivo de consumir los recursos naturales como león a su presa. Pero algún día, serán las potencias las que se enfrenten de manera directa.

       Ahora bien, personajes como Trump en los Estados Unidos, Johnson en el Reino Unido o Bolsonaro en Brasil están al mando de sus países. Y están allí por la sencilla razón de que fueron elegidos por voto popular. Así que, por más estúpidas o absurdas que sean las políticas de estos personajes, no hay que olvidar que tuvieron el respaldo de sus votantes.

       Y las críticas dicen entonces, que los que votan por este tipo de personajes son conscientes de la fatalidad de las políticas que puedan generar, aun así, pareciera que a los votantes, es decir, al pueblo, no le importara las consecuencias nefastas que resulta de estos líderes mundiales. Pero lo que ignoran estos votantes, lo que ignora ese pueblo, es que tarde o temprano también se verán terriblemente afectados por las políticas siniestras de estos personajes.

       De modo que la consciencia va en todos los ámbitos sociales, económicos, políticos y culturales. Es una consciencia que debe ir más allá de las consideraciones de la sostenibilidad, de ayudar de vez en cuando a alguien, de considerar la solidaridad como algo nefasto para los demás. Es importante que los pueblos entiendan que está en sus manos el evitar una hecatombe con una guerra geopolítica sin precedentes.

ABOLICIÓN DE LA ESCLAVITUD - Otra farsa del liberalismo económico

       Si bien hubo diferentes perspectivas sobre la abolición de la esclavitud, frailes como Bartolomé de las Casas y de cuanta orden eclesiástica existía en el territorio del imperio español (que abarcaba desde el sur de los Estados Unidos hasta la Patagonia en Argentina), nunca se les prestó la debida atención desde los poderes de la Corona española. El comercio de esclavos aumentó considerablemente no sólo entre las colonias españolas sino también en las colonias portuguesas, británicas, francesas y uno que otro reino europeo durante varios siglos.

       Oficialmente la esclavitud fue abolida paulatinamente en la medida que las colonias americanas obtenían sus independencias absolutas del imperio español, a su vez que el pensamiento liberal le daba forma a las nacientes repúblicas democráticas y representativas, de modo que nociones como la igualdad, justicia, fraternidad, derechos, entre tantos otros valores políticos se aplicarían rigurosamente en las leyes que consolidaban a las naciones latinoamericanas.

       ¿El resultado? La elaboración de bellas y elegantes constituciones políticas que definirían la ruta a seguir de los estados en cuanto a la economía, la política y la sociedad en general, cabe decir que desde Canadá hasta los EE.UU. el asunto no fue diferente. La utopía social que tanto predicaran los grandes filósofos desde la antigüedad como Platón, desde la Edad Media como San Agustín, y durante el renacimiento pasando desde reformadores como Martín Lutero hasta llegar a las luces iluminarias de la humanidad como Voltaire o el celebérrimo Jean Jacques Rousseau, y quien diera forma sistemática personajes como Adam Smith y Montesquieu, por fin se hacía realidad.

       Y para perfeccionar esas ideas aterrizadas de una especie de sociedad perfecta, en eso apuntaban pensadores como Immanuel Kant y Friedrich Nietzsche en una búsqueda de superar lo que hasta el momento se había logrado, en última instancia desembocaron en el desarrollo de los famosos partidos políticos, es decir, todas las maravillosas ideas se convirtieron de la noche a la mañana en una institucionalidad, que al final del día, lo que hizo fue generar políticas en favor del liberalismo económico (para evitar marxismos técnicos como el de burguesía).

       ¿Qué significa esto? Sencillamente que la esclavitud pasó a ser pérdida de ganancias para las corporaciones económicas de la época y se vieron obligados en cambiar de políticas de esclavitud en unas políticas abolicionistas que es como cambiarle el nombre a una institución, que a su vez, es lo mismo que decir políticas laborales que es el nombre que actualmente recibe esa antigua institución.

       Se puede concluir que las características de explotación podrán haber cambiado en algunos aspectos, pero de fondo, en la esencia misma de las relaciones económicas, todo sigue siendo lo mismo.   

DERECHOS HUMANOS - LA INVENCIÓN BURGUESA COMO ANTÍDOTO PARA EVITAR REVOLUCIONES SOCIALES


INTRODUCCIÓN


       La necesidad de plantear otras  concepciones de los Derechos Humanos respecto de otras culturas plantea la necesidad de considerar o no los Derechos Humanos como una invención. Ejemplos se muestra en el caso de las potencias económicas, militares y políticas que  respetan los Derechos Humanos solo cuando les conviene.
       Según John Villiers: “En la literatura, las grandes epopeyas hindúes: el Ramayana, el Mahabharata,  el Harivamsa y los Puranas se convirtieron en importante fuente de inspiración para los múltiples idiomas vernáculos del Asia sudoriental, y hasta la fecha siguen proporcionando temas para los dramas y las danzas de Indochina, Malaya, Java y Balí. La versión javanesa fechada más antigua del Mahabharata se produjo en 996. También fue profunda la influencia del derecho hindú. Los dhamasastras, y especialmente las leyes de Manu dieron a los derechos consuetudinarios de los pueblos de Asia sudoriental un marco codificado, de forma muy parecida a lo que hizo el derecho romano con los derechos de los pueblos europeos, sin anularlos nunca del todo.
Ideas como la opinión de que cuanto más elevada era la persona ofendida mayor era el delito y la utilización del juicio por ordalía son claramente de origen indio. Salvo un código pali del siglo XII, nuestras pruebas de que el derecho indio se adoptó en Asia sudoriental proceden directamente de la epigrafía. Al igual que en la India, parece que los reyes nunca tuvieron un poder legislativo verdadero, sino que gobernaban por medio de leyes o decretos que sus sucesores no consideraban necesariamente vinculatorios.
Los arthasastras o escritos políticos constituyeron la base literaria para los principios en que llegaron a basarse los gobiernos de las monarquías de Asia sudoriental. El establecimiento de Estados de tipo indio en Asia sudoriental se veía a menudo acompañado de la introducción de un culto de la realeza divina, que no sólo se ajustaba a las concepciones indias de las creencias indígenas de jefatura divina y daba al reino tanto la unidad religiosa  como la política.” [1]
       Lo anterior significa que no sólo en las sociedades occidentales existía la noción de justicia y derechos. Este escrito, intenta aproximar una respuesta mediante el cual se pueda orientar algunas reflexiones sobre los Derechos Humanos en la actualidad.

DERECHOS HUMANOS
LA INVENCIÓN BURGUESA COMO ANTÍDOTO PARA EVITAR REVOLUCIONES SOCIALES

       Si bien desde la antigüedad ha existido la percepción de reivindicación de factores como la igualdad y la libertad de parte de los sectores dominados u oprimidos de la sociedad, la noción de Derechos Humanos, como término y concepto, es contemporáneo, esto, específicamente concretado el 10 de diciembre de 1948 en el acto de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
       Es importante identificar e interpretar la noción del término universal, es en este sentido, que la declaración misma de los Derechos Humanos de alguna manera homogeniza las sociedades en el mundo. Esto se puede inferir mediante la observación sociológica de las poblaciones asiáticas y africanas, donde dicho concepto o no existe, o no se concibe en los mismos significados occidentales.
       En mis reflexiones filosóficas me pregunto… ¿Por qué el discurso de los Derechos Humanos ha salido triunfante desde el inicio de la modernidad? ¿Han sido los oprimidos, la clase trabajadora y demás población vulnerable un instrumento o la punta de lanza de la burguesía? Aunque la noción de libertad y desigualdad ha emergido desde la burguesía, es también cierto que a lo largo de la historia ha necesitado del brazo de la clase baja para llevar a cabo, y con éxito, los proyectos del sector de la burguesía.
       Entre ellos el del cambio de régimen de gobierno y de cambio de establecimiento en los diferentes estados – naciones. Un ejemplo de ello, aparte del caso francés, fueron las revoluciones de independencia en las naciones latinoamericanas, en el que los líderes burgueses tuvieron que vender la idea de que las independencias servía y era igualmente beneficioso para toda la sociedad.
       Ahora, ¿Significa ello que los Derechos Humanos representan un factor negativo para las naciones? Pues, si es afirmativa la respuesta, estaríamos hablando de algo similar a los debates sobre los tratados de libre comercio en esta era contemporánea, ya que existen argumentos a favor y en contra de las políticas de Estado.
       Haciendo un análisis hermenéutico al texto de R. C. Pandeya[2], se puede determinar que: para la cultura indiana (perspectiva hinduista), los Derechos Humanos como noción la libertad universal e individual, que se adquiere, se podría decir, de una manera automática e inherente al ser humano, representa una novedad en términos de concepción cultural.
       Esto significa, que las circunstancias históricas no tienen ningún efecto sobre el mundo de las ideas y los imaginarios colectivos, esto es, que los Derechos Humanos occidentales representa una irrupción en el paradigma hindú, ¿esto es positivo o negativo? No podría inferirse ni lo uno ni lo otro, lo que sí es posible es comprender que los significados y conceptos son cambiantes no sólo en términos históricos, sino también culturales.
       Y es allí donde se demuestra la influencia burguesa, ya que a medida que el sistema capitalista adquiere mayores dimensiones, en esa misma medida, los Derechos Humanos  como discurso político sugiere una alternativa como forma de control social.
       Lo mismo ocurrió (sin ser anacrónico) con la Unión Soviética, dado que para estas sociedades, los Derechos Humanos tenían  un carácter colectivo más que individual, no obstante, el derecho de la URSS ha logrado transformar estos cambios de paradigmas, y lo mismo ha sucedido (en cierta medida) con los países árabes.

CONCLUSIONES

       ¿Por qué los Derechos Humanos son una invención de la burguesía? Porque así se puede evitar posibles levantamientos populares. Aunque esto puede sonar a hipótesis, es posible demostrarlo mediante los procesos históricos políticos y sociales, desde la revolución glorioso inglesa, pasando por la Revolución Francesa, donde se concreta la noción de derechos, atravesando la independencia de los EE.UU. y finalizando con los procesos de independencia de las naciones latinoamericanas.
       Es claro el autor Fouad Zakaria cuando afirma que “en el mundo árabe contemporáneo el concepto de Derechos Humanos está íntimamente vinculado al Islam”[3], indicando con ello la cosmovisión de un mundo diametralmente diferente.
       En este orden de ideas… ¿Es válido considerar la noción de Derechos Humanos como cosmovisión cultural de las sociedades occidentales? Si es así, entonces los Derechos Humanos sería el producto de una cultura de larga duración (en palabras de Fernand Braudel) en los procesos históricos.
       Asunto discutible, pues, el concepto mismo de Derechos Humanos en un término de la edad moderna (o contemporánea). En este sentido, se puede concluir (una vez más), que la noción de Derechos Humanos es una invención de un sector dominante de la sociedad para, de alguna manera, ejercer control social y político.
       Finalmente, las características que se desprende de la noción de Derechos Humanos como libertad, tolerancia, respeto, etc, no sólo hace parte de la cosmovisión de las sociedades occidentales, sino también del resto de sociedades en el mundo, entre ellas la cultura africana y asiática.
       Entonces, ¿Son los Derechos Humanos, como concepto, una imposición de las clases dominantes? Si es así ¿Qué tipo de efectos tiene sobre el imaginario social? ¿Existen contradicciones en la noción de los Derechos Humanos?


FUENTES DOCUMENTALES Y BIBLIOGRÁFICAS


Pandeya, R.C., Fundamentos filosóficos de los Derechos Humanos. Perspectiva Hindú.

Villiers, John, Asia sudoriental – antes de la época colonial, siglo XXI editores, México, 1992.

Zakaria, Fouad, Los fundamentos filosóficos de los Derechos Humanos en el árabe.



[1]Villiers, John, Asia sudoriental – antes de la época colonial, siglo XXI editores, México, 1992, pág. 67
[2]Pandeya, R.C., Fundamentos filosóficos de los Derechos Humanos. Perspectiva Hindú, pág.295
[3]Zakaria, Fouad, Los fundamentos filosóficos de los Derechos Humanos en el árabe, pág.251






Los norteamericanos: Una sociedad armada y esquizofrénica



Que a todos los norteamericanos se les dé por sufrir de depresión severa, lo primero que diría el vecino sería algo así como -¡mi novia me dejó! Me siento muy mal, esto no me había pasado antes-, entonces, abres el clóset y demora como 10 minutos tratando de escoger entre el fusil automático, el revólver calibre 45 largo con balas de fusil, una sub ametralladora, 50 cuchillos de todos los tipos, granadas y una que otra pistola para ver cómo “solucionar” su “difícil” situación emocional. Finalmente se decide por un pequeño revólver de bolsillo, empieza a llorar, escribe una carta de dos líneas diciéndole a su familia cuanto ama a su perro y luego se dispara.

La vecina, una joven promesa de la medicina, estudiante de una universidad súper prestigiosa, grita desesperadamente cuando se entera de la noticia de la muerte de su vecino, en medio de su llanto empieza a decirle a sus amigos lo triste que fueron escritas esas dos líneas y cómo y por qué ha quedado el perro tan sólo en esta vida. Sus amigos la rodean, y todos la siguen en su “amarga” tristeza. Llega la noche y aquella joven sigue muy “afectada” emocionalmente, ya se hace tarde y todos en casa duermen plácidamente, mientras tanto, la joven se dirige a la cocina, prepara una de esas bebidas que aprendió no se sabe nunca cuándo ni dónde y amanece botando babaza en el piso de la cocina. El primero que la ve es su padre, que destrozado le grita a todos en casa lo ocurrido.

Los colegas del padre que es médico le quieren ayudar a superar el dolor, lo invitan a una salida en el campo, todos están almorzando y es cuando llega el padre que aún sigue recordando el terrible momento en que vio a su hija tirada en el piso, tiene en cada brazo fusiles de última generación y empieza a disparar a diestra y siniestra, la brutal masacre deja 34 muertos y 100 heridos, 10 de ellos muy graves. Al padre despechado no lo alcanza a capturar la policía, pues se suicidó en la escena.

Todos los norteamericanos horrorizados por la masacre acuden masivamente a comprar armamento, unos para adquirir su primer revólver y otros para completar el arsenal que tienen en casa, todos, hombres y mujeres, pensando en su “derecho” de defenderse. Van ocurriendo una serie de sucesos que hacen que a todos se les dé por dispararle a todo el mundo y a suicidarse… entonces, al final de esta tragicomedia, no queda ningún norteamericano con vida… triste decirlo.