Por qué Donald Trump será el nuevo presidente de Estados Unidos

       
       Cuando el guionista de los Simpson, Dan Greaney, habló sobre las razones de la serie en que Trump había sido presidente, argumentó que era porque EEUU había tocado fondo, y agrega que era una visión en el que América se volvía loca. Independientemente que la sociedad norteamericana haya tocado fondo o no, la realidades se transforman. Se debe tener en cuenta que los totalitarismos han ascendido al poder gracias a una cosa que se llama democracia.
      
Los siguientes, son los motivos y las circunstancias culturales, sociales, políticas, económicas e históricas que favorecerán la elección de Donald Trump como presidente de Estados Unidos:

1.     Los motivos culturales: Si bien, Estados Unidos no enfrenta una situación de guerra como la vivida en la primera mitad del siglo XX, en el que las personas afectadas casi que llegaron a odiar la democracia como sistema económico y político, en el que la participación y el pluralismo fuesen los pilares de una sociedad. Sí existe en la actualidad una transformación de las mentalidades, que ha pasado desde la tolerancia del otro, a la desconfianza hacia el otro, esto es, que el marketing de la imagen hacia ciertos grupos poblacionales, como el caso de los inmigrantes, cambie drásticamente y de manera exponencial gracias a los medios de comunicación en todas sus formas.

       Esto, debido a las acciones históricas de una minoría social que ejerce cualquier forma de violencia, y que se ha denominado terrorismo, que no es otra cosa que radicalismo ideológico. Pues, Trump, ha sabido vender otra manera de terrorismo pero radicalizando lo que llama los valores conservadores, en una supuesta defensa de la cultura norteamericana.

2.     Los motivos sociales: Aunque bien, se han presentado manifestaciones en contra de las muchas declaraciones polémicas de Trump, las elecciones primarias muestran que, por el momento, buena parte de la población (incluido latinos, asiáticos y demás grupos de minorías étnicas) apoyan esa alternativa, que, a pesar de ser ultraconservadora y ortodoxa, y aún xenófoba, la sociedad norteamericana  considera que se debe re-direccionar algunos ideales como la famosísima libertad y los derechos humanos.

       Como si asumiendo la sociedad civil que es hora de la ley del talión, eso de ojo por ojo y diente por diente frente a la amenaza real de los fundamentalistas, y esto, se extiende, por efecto, a cualquiera que piense y sea diferente.

3.     Los motivos políticos: El establishment, que representa los políticos tradicionales, aunque, irónicamente, los partidos tradicionales republicano y demócrata hacen parte de ello, ha generado desconfianza a largo plazo. Dado que el establishment se ha mostrado incapaz y débil ante las nuevas realidades geopolíticas de Estados Unidos, Trump, se ha encargado de promocionar una supuesta política más fuerte y firme frente al mundo.

       Esto es, que las palabras de Trump, no se basan ni tienen fundamento de una política estructural, que, inevitablemente afectará la diplomacia norteamericana y la geopolítica mundial en detrimento de la seguridad nacional de la que tanto le preocupa a los norteamericanos. Algo parecido a las políticas de Otto Von Bismarck que, con sus políticas fuertes y firmes alimentaron la I Guerra Mundial. Algo que la población de E.E.U.U. no ve ni percibe, porque lo que le importa es el momento del presente.

4.     Los motivos económicos e históricos: Circunstancialmente Trump es un empresario exitoso que se muestra ajeno al tradicionalismo político y vende la imagen que con su experiencia podrá mejorar la economía del país. Según el Fondo Monetario Internacional, lo más probable es que en E.E.U.U. se presente una nueva crisis económica, pues, la lentísima recuperación así lo hace prever. Adolfo Hitler era un político que se mostraba ajeno a los débiles políticos tradicionales, y que esa debilidad era la que tenía a la antes potencia militar y económica mundial, como era Alemania, en una situación de caos social y político.


       Para fundamentar sus discursos histriónicos, xenófobos y radicales, apelaba siempre a los valores alemanes, a su historia,  y ello, mostrándose como un político que actuaría, supuestamente, en torno a la ley. La sociedad alemana se vio impulsada, motivada también por los medios de comunicación (aunque habían reducidos grupos que se manifestaban en contra de Hitler) a cambiar radicalmente su concepción del otro, a transformar su cultura en una cultura política, a concebir la democracia como una democracia dictatorial, que terminó afectando de una forma terrible, horrorosa y dolorosa al mundo, a la sociedad alemana, y, a su concepción política, económica e histórica.