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BIENVENIDOS A LA TIRANÍA DE LA DEMOCRACIA POSTMODERNA

       Para Manuel Castells la democracia postmoderna se caracteriza por el predominio de los medios de comunicación, especialmente de las redes sociales. ¿Esto qué significa? Significa que los mensajes emitidos por estos medios en cualquiera de sus formas, sea en programas infantiles, las transmisiones deportivas, en las telenovelas, con los famosos noticieros, las opiniones de los denominados expertos, los anuncios publicitarios o los comentarios de periodistas, tienen como objetivo manipular la percepción de la realidad social y política.

       El asunto se vuelve más delicado por el asunto de las fake news o noticias falsas porque ello transporta la mente de los ignorantes que también se les conoce como incautos a un ámbito ajeno a las realidades desviando de esta manera la percepción de los acontecimientos presentes y del futuro inmediato.

       Entonces, ¿En qué momento se vuelve la democracia en un sistema tiránico? A partir de las decisiones de carácter electoral, más que un carácter propiamente político, que toman los ignorantes o mal llamados incautos que se dejan llevar como hojas al viento de la voluntad de quienes están detrás de los medios de comunicación, en otras palabras, los ignorantes o incautos se convierten así en instrumentos mentales bajo una manipulación desde el poder.

       Es tan terrible este nuevo tipo de tiranía, que los encargados de Facebook, Twitter y otras plataformas, han tenido que asumir cierta responsabilidad política y además censurar, diría mejor, restringir, a algunas personalidades que han sabido aprovechar la fuerza y capacidad manipuladora de estos medios.

       Y, ¿Cómo revertir esta tiranía de la democracia postmoderna? ¿Es posible hacerlo? Sí es posible, pero para ello hay que reestructurar la educación postmoderna, ¿por qué? Porque la educación postmoderna, aunque cada vez más especializada, es una educación dirigida y funcional, esto es, que no existe una reflexión y una consciencia del entorno de lo que se enseña, no hay crítica sin resentimiento o revanchismo, y no hay pensamiento ajeno de las pasiones.

       Se trata pues, de generar un proceso de democracia en la que impere la autonomía de pensamiento y se aproxime, hasta donde sea posible, a una visión no utópica pero sí ideal de una democracia participativa no tiránica.

GUERRA GEOPOLÍTICA DE LA POST PANDEMIA - parte II

       El detalle está en cuál potencia económica podrá ser capaz  de reemplazar al envejecido Estados Unidos, y si esa nueva potencia mundial logrará vencer en el terreno político, económico y tecnológico.

       Imaginemos un escenario en el que los Estados Unidos no logren obtener una vacuna a tiempo, sino que sean los chinos quienes lo logren primero. Imaginemos a un Donald Trump reacio a aceptar la ayuda china, y que la población norteamericana presione para que la acepte porque siguen aumentando las muertes.

       Pues el día en que los Estados Unidos reciban una ayuda de una vacuna proveniente de China, significará, en términos políticos, una derrota norteamericana frente a China, tan terrible como la que sufrió en Vietnam, dejaría de ser, por lo menos en el imaginario social, la primera potencia económica y militar.

       Entonces la preocupación será quién ganará la batalla por la obtención de la vacuna efectiva contra el coronavirus. Pues, derrotar el COVID – 19 será derrotar al resto de países competidores.

       Hay que tener en cuenta que las características de una guerra geopolítica van desde los conflictos bélicos librados en el Oriente Medio en el que tienen metidas las narices los rusos y norteamericanos, hasta la adquisición de tierras en África, en el que tienen metidas las narices los chinos y algunos otros países como India y Brasil, de modo que el coronavirus lo que ha hecho es darle un golpe al tablero geopolítico mundial, en una especie de reacomodamiento de las potencias.

       En una entrevista hecha a un exfuncionario de la antigua URSS, le preguntaron por qué los rusos se habían tomado tan en serio el juego de ajedrez, a lo que éste respondió que, como debían estar a la altura de los grandes, buscaron algún deporte donde pudieran hacerlo, ya que en el fútbol y otros deportes tenían escasas posibilidades, así que vieron en el ajedrez una oportunidad de vencer a los grandes, no a los grandes jugadores de ajedrez, sino vencer a las otras grandes potencias.

       Sólo en el detalle del ajedrez es un fiel reflejo de que una guerra geopolítica tiene que ver con todo. Con los recursos naturales, con el desarrollo de armas de guerra, con las posiciones militares, con el dominio espacio – territorial, con la influencia cultural, mejor dicho, una guerra geopolítica es en el fondo una guerra de guerras.

       Habrá vencedores, vencidos y víctimas. ¿Quiénes serán los vencedores? ¿Quiénes serán los vencidos? Aunque hay quienes se atreven a pronosticar ciertos actores en la guerra geopolítica, lo que sí es claro, es que las víctimas será la población civil, han sido realmente las únicas víctimas en los conflictos bélicos y económicos a lo largo de la historia capitalista.

       Alguien mencionó que las personas que más mueren son los pobres por el hecho de que no tienen los recursos suficientes para pagar lo suficiente para que puedan ser atendidos debidamente. Y es este sector el que inevitablemente sufrirá los estragos de la guerra geopolítica que se acentuará con la crisis de la pandemia.

       Y es que la pandemia del coronavirus COVID-19 ha servido como una perfecta cortina de humo para cubrir cualquier tipo de problemas internos de los países afectados, y seguirá así por ciertos meses.

       Lo terrible de todo esto es que la manipulación de la opinión pública es una especia de hipnotismo, que cuando la persona entra en razón ya es demasiados tarde, es por ello importante que las sociedades no pierdan de vista los múltiples problemas que azotan a los países afectados por la pandemia, esos otros problemas que son tan terribles como la pandemia misma y que debe ser atendida con la misma urgencia.

       Como mencionara alguien, no es que la población sufra de amnesia, sino que sabe bien cómo mantener desviada la atención sobre problemas que son delicados. Así que es la población civil la que debe entrar en el juego de la guerra geopolítica, pues, el rayado discurso de nacionalismo exacerbado lo que hace es seguir desviando la atención sin producir ningún tipo de solución.

       Los líderes mundiales conocen ese terreno de la guerra geopolítica, y saben cómo actuar. Es por ello fundamental que la sociedad civil debe asumir la responsabilidad de hacer parte activa de esa guerra geopolítica y asumir también la responsabilidad que significa ser un contra poder.

       ¿Ha notado el lector que de la noche a la mañana desapareció del escenario las grandes manifestaciones públicas? ¿Ha notado el lector que no se habla de otra cosa sino de la pandemia del coronavirus COVID-19? ¿Ha notado el lector que mientras medio mundo está en confinamiento, los líderes políticos siguen en sus actividades? ¿Qué se debe o qué se puede hacer frente a la realidad de la guerra geopolítica de alcance mundial?

       Todo esto me recuerda lo sucedido con el continente africano a finales del siglo XIX. La batalla por el dominio territorial de parte de los reinos europeos tenía como objetivo mantener en la medida de lo posible los monopolios comerciales de las materias primas, especialmente en el campo de la minería, esto desató a mediano plazo la Primera Guerra Mundial, ya que los alemanes exigían y reclamaban mayor participación de la torta mundial.

       Y también me recuerda lo sucedido con las colonias asiáticas durante el siglo XX, en éstas competencias no estaban solo las naciones europeas, con ellos también los acompañaban las grandes corporaciones. Las industrias que ponen en la mesa de los hogares los productos de primera necesidad son las más explotadoras, pero las familias no tienen la culpa, como no la tuvieron los habitantes de Alemania cuando fueron interrogados si sabían o no sobre la cuestión del holocausto judío, y por supuesto, dijeron que lo desconocían.

       Las sociedades no son los culpables, los culpables son sus gobiernos. Ahora bien, ¿quién se sienta a pensar de dónde y de qué manera proviene todo lo que llega a la mesa de la cocina? Nadie, y aún no lo quisieran saber. Pero la realidad es que el problema con la competencia en el fondo es bajar precios de los productos a como dé lugar.

       De modo que ignorar el contexto de la compleja producción de los bienes y servicios no significa que desconozcan esa realidad, significa que hay que conocer para comprender esas otras realidades, para sensibilizar a las sociedades, para humanizar los procesos productivos, porque de lo contrario, tendría como consecuencia más conflictos bélicos.

       Por eso se dice que es importante saber sobre el futuro del agua potable, que cada vez escasea más y más, y se especula que pronto se producirán guerras por este recurso natural que es vital para la supervivencia.

       Ahora bien, es raro encontrar personajes como Bill Gates, que ha prometido regalarle al mundo la vacuna si su fundación logra formularla primero que las otras compañías farmacéuticas. Ya que esto bajaría la intensidad social y política alrededor de la guerra geopolítica.

       Todo el mundo está a la expectativa no solo por la carrera de la vacuna contra el coronavirus sino por la carrera farmacéutica, pues ya se dice que la economía del siglo XXI estará determinada por nuevas pandemias y nuevas vacunas. Así que, a la carrera por mantener una sociedad satisfecha de agua, por la competencia de estar adelante con la última tecnología, se le agregará la guerra por la medicina.

       El Washington Post pronosticó que si no se detenía el capitalismo salvaje, la humanidad tenía dos posibilidades, o se acaba la humanidad, o se acaba el capitalismo salvaje. Creo en la hipótesis de las dos posibilidades que le quedan a la humanidad es, o una pax política entre las sociedades o un perfeccionamiento de la guerra.

       De modo que el capitalismo salvaje, o también llamado neoliberalismo o neoconservadurismo, igual, cualquiera de las ideologías es igual de brutal y salvaje. El hecho es que cualquiera de estas vertientes llevará a la humanidad a un perfeccionamiento de la guerra, esto, claro está, si la sociedad no actúa. 

       Por eso algunos apuntan a las organizaciones civiles y sociales como la mejor herramienta para contraatacar políticamente cualquier decisión de los gobernantes, pero para ello debe existir una organización internacional, pero será difícil, muy difícil, casi imposible, ya que las organizaciones sociales están lleno de diversos pensamientos y vertientes ideológicas.

       Así que intentar una alternativa unificada social para revertir las políticas neoliberales es un hecho descartable. En ese caso, ¿Podrá existir alguna solución? Aunque parezca paradójico, es la misma naturaleza la que ha podido unificar, por lo menos momentáneamente, a las sociedades del mundo para combatir los desequilibrios salvajes de la economía actual, el coronavirus es una muestra de ello.

       Pero la memoria colectiva se desvanece como la neblina, todo se olvidará y pasará a la historia como una anécdota más, entonces, ¿la humanidad ha perdido su capacidad de reflexión y de pensarse a sí misma? Existe aún la esperanza de que existan vagos cambios paradigmáticos en el modo de ver la vida, un cambio de cosmovisión.

       ¿En qué radica esa esperanza? En la posibilidad de que las sociedades exijan gobernantes más sensibles a una sociedad y a una economía, no tanto solidaria, porque eso sería una nueva utopía, pero sí sostenible, que se apega más a una posible realidad.

       El hecho es que, lo que está sucediendo con la guerra civil en Yemen, en Siria, en Sudán del sur, o cualquier otra parte del mundo, es pequeño comparado con las circunstancias políticas que vendrán, es pequeño comparado con las futuras guerras entre las potencias, porque en estos momentos, detrás de todos esos conflictos bélicos, están las potencias y las grandes corporaciones, avivando  las divisiones sociales con el único objetivo de consumir los recursos naturales como león a su presa. Pero algún día, serán las potencias las que se enfrenten de manera directa.

       Ahora bien, personajes como Trump en los Estados Unidos, Johnson en el Reino Unido o Bolsonaro en Brasil están al mando de sus países. Y están allí por la sencilla razón de que fueron elegidos por voto popular. Así que, por más estúpidas o absurdas que sean las políticas de estos personajes, no hay que olvidar que tuvieron el respaldo de sus votantes.

       Y las críticas dicen entonces, que los que votan por este tipo de personajes son conscientes de la fatalidad de las políticas que puedan generar, aun así, pareciera que a los votantes, es decir, al pueblo, no le importara las consecuencias nefastas que resulta de estos líderes mundiales. Pero lo que ignoran estos votantes, lo que ignora ese pueblo, es que tarde o temprano también se verán terriblemente afectados por las políticas siniestras de estos personajes.

       De modo que la consciencia va en todos los ámbitos sociales, económicos, políticos y culturales. Es una consciencia que debe ir más allá de las consideraciones de la sostenibilidad, de ayudar de vez en cuando a alguien, de considerar la solidaridad como algo nefasto para los demás. Es importante que los pueblos entiendan que está en sus manos el evitar una hecatombe con una guerra geopolítica sin precedentes.

Los norteamericanos: Una sociedad armada y esquizofrénica



Que a todos los norteamericanos se les dé por sufrir de depresión severa, lo primero que diría el vecino sería algo así como -¡mi novia me dejó! Me siento muy mal, esto no me había pasado antes-, entonces, abres el clóset y demora como 10 minutos tratando de escoger entre el fusil automático, el revólver calibre 45 largo con balas de fusil, una sub ametralladora, 50 cuchillos de todos los tipos, granadas y una que otra pistola para ver cómo “solucionar” su “difícil” situación emocional. Finalmente se decide por un pequeño revólver de bolsillo, empieza a llorar, escribe una carta de dos líneas diciéndole a su familia cuanto ama a su perro y luego se dispara.

La vecina, una joven promesa de la medicina, estudiante de una universidad súper prestigiosa, grita desesperadamente cuando se entera de la noticia de la muerte de su vecino, en medio de su llanto empieza a decirle a sus amigos lo triste que fueron escritas esas dos líneas y cómo y por qué ha quedado el perro tan sólo en esta vida. Sus amigos la rodean, y todos la siguen en su “amarga” tristeza. Llega la noche y aquella joven sigue muy “afectada” emocionalmente, ya se hace tarde y todos en casa duermen plácidamente, mientras tanto, la joven se dirige a la cocina, prepara una de esas bebidas que aprendió no se sabe nunca cuándo ni dónde y amanece botando babaza en el piso de la cocina. El primero que la ve es su padre, que destrozado le grita a todos en casa lo ocurrido.

Los colegas del padre que es médico le quieren ayudar a superar el dolor, lo invitan a una salida en el campo, todos están almorzando y es cuando llega el padre que aún sigue recordando el terrible momento en que vio a su hija tirada en el piso, tiene en cada brazo fusiles de última generación y empieza a disparar a diestra y siniestra, la brutal masacre deja 34 muertos y 100 heridos, 10 de ellos muy graves. Al padre despechado no lo alcanza a capturar la policía, pues se suicidó en la escena.

Todos los norteamericanos horrorizados por la masacre acuden masivamente a comprar armamento, unos para adquirir su primer revólver y otros para completar el arsenal que tienen en casa, todos, hombres y mujeres, pensando en su “derecho” de defenderse. Van ocurriendo una serie de sucesos que hacen que a todos se les dé por dispararle a todo el mundo y a suicidarse… entonces, al final de esta tragicomedia, no queda ningún norteamericano con vida… triste decirlo.

¡ Indignaos jóvenes de América Latina !

NOTA: Stéphane Hessel es un francés de 93 años, resistente de la Segunda Guerra Mundial, uno de los autores de la Declaración Universal de los Derechos Humanos y hoy considerado como el padre de la rebelión de los jóvenes que hoy protestan en varios países europeos...espero que suceda con los jóvenes latinoamericanos ¿por qué no? En octubre del año pasado publicó ¡Indignaos!

He aquí el texto completo:

¡Indígnense! Por Stéphane Hessel


Después de 93 años, estoy cerca del final. El final para mi ya no está muy lejos. Pero todavía
permítanme recordar a otros que actuaron basados en mi compromiso político. Fueron los
años de resistencia a la ocupación Nazi -- y el programa de derechos sociales elaborado hace
66 años atrás por el Consejo Nacional de la Resistencia.


Es a Jean Moulin [miembro asesinado del Consejo] a quien le debemos como parte de este
Consejo, la unidad de todos los elementos de la Francia ocupada -- los movimientos, los
partidos, los sindicatos -- para proclamar su membresía en la Francia combatiente, y le
debemos esto al único líder que lo reconoció, el general Charles de Gaulle. Desde Londres
donde me uní a de Gaulle en Marzo de 1941, aprendí que este Consejo había completado un
programa lo adoptó el 15 de Marzo de 1944, que ofrece para la Francia liberada un grupo de
principios y valores en los que descansaría la moderna democracia de nuestro país.

Estos principios y valores los necesitamos más que nunca. Es hasta que nosotros lo veamos,
todos juntos, que nuestra sociedad se vuelva una de la que estemos orgullosos, no esta
sociedad de inmigrantes sin papeles -- expulsiones, sospechas respecto de los inmigrantes.
No esta sociedad donde se cuestiona la seguridad social y los planes de pensiones y salud
nacionales. No esta sociedad donde los medios masivos están en manos de los ricos. Son
cosas en las que nos habríamos negado a ceder si fuésemos los herederos verdaderos del
Consejo Nacional de la Resistencia.

Desde 1945, después de un horroroso drama [La 2ª Guerra] hubo una ambiciosa resurrección
de la sociedad a la que el mismo remanente del contingente del Consejo de la Resistencia
se dedicó. Recordémosles mientras creaban un programa de salud nacional y de pensiones
tal como la Resistencia quería, como su programa estipulaba, "un plan completo de salud
nacional y seguridad social, apuntado a asegurar a todos los ciudadanos los medios de
subsistencia cuando sea que estén incapacitados para encontrar un trabajo; una jubilación
que permita a los viejos trabajadores terminar sus días con dignidad."

Las fuentes de energía, electricidad, y gas, minas, los grandes bancos, fueron nacionalizados.
Ahora esto fue como el programa recomendaba: "... el retorno a la nación de los
monopolizados medios de producción, frutos del trabajo común, fuentes de energía,
riqueza de las minas, de compañías de seguros y de los grandes bancos; la institución de
una verdadera democracia económica y social involucra la salida de los grandes feudos
económicos y financieros de la dirección de la economía."

El interés general debe dominar sobre los intereses especiales. El hombre justo cree que la
riqueza creada en la esfera del trabajo debe dominar sobre el poder del dinero.
La Resistencia propuso, "una organización racional de la economía asegurando la
subordinación de los intereses especiales a los intereses generales, y la emancipación de los "esclavos" de la dictadura profesional que fue instituída en los estados fascistas," que había usado el gobierno interino [por dos años después de la guerra] de la república como un agente.

Una verdadera democracia necesita una prensa independiente, y la Resistencia lo sabía, lo
demandaba, defendiendo "la libertad de prensa, su honor y su independencia del Estado, el
poder del dinero y la influencia extranjera." Esto es lo que alivió las restricciones a la prensa
desde 1944. Y la libertad de prensa está definitivamente en peligro hoy.

La Resistencia solicitó una "real posibilidad para que todos los niños franceses se beneficiasen
de la más avanzada educación" sin discriminación. Las reformas ofrecidas en el 2008
van contra este plan. Jóvenes profesores, cuyas acciones apoyo, llegaron al extremo de
negarse a aplicarlas, y vieron sus salarios reducidos como forma de castigo. Estaban
indignados, "desobedecieron" juzgando esas reformas demasiado alejadas del ideal de una
escuela democrática, muy al servicio de una sociedad de comercio y no desarrollando la
mente inventiva ni crítica suficiente.

Todas las fundaciones de la conquista social de la Resistencia están amenazadas hoy.


El motivo de la Resistencia: Indignación.

Alguno se atreverá a decirnos que el Estado no puede afrontar los gastos de estas medidas
para con sus ciudadanos nunca más. ¿Pero cómo puede existir hoy una falta de fondos
para apoyar y extender estas conquistas si la producción de riqueza ha aumentado
considerablemente desde el periodo de la Liberación cuando Europa estaba en ruinas? Al
contrario, el problema es el poder del dinero, tan opuesto por la Resistencia nunca ha sido
mayor, insolentes, egoístas, con sus propios sirvientes en las altas esferas del Estado.

Los bancos privatizados de nuevo, han probado estar más preocupados de sus dividendos
y de los altos sueldos de sus líderes que del interés general. Esta disparidad entre los más
pobres y los más ricos nunca había sido tan grande, ni amasar fortunas y la competición tan
incentivado.

El motivo básico de la Resistencia fue la indignación. Nosotros, los veteranos de los
movimientos de resistencia y de las fuerzas de combate de la Francia Libre, llamamos a la
generación joven a vivir, transmitir, el legado de la Resistencia y sus ideales. Les decimos:
Tomen nuestro lugar, ¡Indígnense!

Los líderes políticos, económicos e intelectuales y la sociedad no tienen que ceder ni permitir
la opresión de una dictadura internacional real o de los mercados financieros que amenazan
la paz y la democracia.

Les deseo a todos, a cada uno de ustedes que tengan sus propios motivos de indignación.
Es invaluable. Cuando alguien te indigna así como me indignaba por el Nazismo, la gente se vuelve militante, fuerte y comprometida. Ellos se unen a este momento histórico y los es momentos de la historia deben continuar gracias a cada individuo. Y este momento conduce a más justicia, más libertad, pero no a esa libertad ilimitada del zorro en el gallinero.

Los derechos contenidos en la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948 son
justamente eso, universales. Si te encuentras con un desfavorecido, siente pena por él pero ayúdale a conquistar sus derechos.


Dos visiones de la historia.

Cuando trato de entender qué causó el fascismo, lo que lo hizo que tantos fueran dominados
por Hitler y el régimen de Vichy, me digo a mi mismo que los propietarios, con sus egoísmos
estaban tremendamente asustados con la revolución Bolchevique. Se les permitió liderar con
sus miedos.

Pero si hoy como entonces una activa minoría se levanta, será suficiente; debemos ser la
levadura que hace que el pan suba. Ciertamente, la experiencia de una persona muy vieja
como yo, nacida en 1917, es diferente a la experiencia de la gente joven de hoy en día. Yo a
menudo le pido a profesores la oportunidad de interactuar con sus estudiantes y les digo: No
tienen las mismas obvias razones para comprometerse. Para nosotros resistir era no aceptar
la ocupación alemana, vencer. Esto fue relativamente sencillo. Simple como lo que siguió, la
descolonización. Entonces vino la guerra en Argelia.

Era necesario que Argelia fuese independiente, era obvio. En cuanto a Stalin, aplaudimos
la victoria del Ejército Rojo contra los Nazis en 1943. Pero ya sabíamos de las atrocidades
stalinistas de 1935, e incluso si era necesario mantener los oídos abiertos hacia el comunismo
para compensar el capitalismo estadounidense, la necesidad de oponernos a esta
insoportable forma de totalitarismo se había establecido como una perogrullada. En mi larga
vida presencié una sucesión de motivos para indignarme.

Estas razones nacieron menos de una emoción que de un compromiso deliberado. Como
estudiante de una escuela normal [una escuela de magisterio] fui muy influenciado por Sartre,
un compañero de estudios. "La náusea" [Una novela], "El Muro" [Un drama] y "El Ser y la
Nada" [un ensayo] fueron muy importantes en el entrenamiento de mi pensamiento. Sartre
nos enseñó "Ustedes son responsables como individuos". Ese fue un mensaje libertario. La
responsabilidad de una persona no puede ser asignada por el poder o una autoridad. Al
contrario, es necesario estar involucrado en el nombre de la responsabilidad de uno como ser
humano.

Cuando entré en la French Ècole Normale Superieure, en la calle Ulm en París en 1939, entré
como un ferviente adherente del filósofo Hegel, y adherí al pensamiento de Maurice Merleau-
Ponty. Su enseñanza explora la experiencia concreta, la del cuerpo y sus relaciones con los
sentidos, una gran sensación singular enfrentada con una pluralidad de sensaciones. Pero mi optimismo natural que busca que todo lo deseable sea posible, me llevó más bien a Hegel.


El Hegelismo interpreta la larga historia de la humanidad como teniendo un significado: Es
la libertad del hombre progresando paso a paso. La historia se hace de sucesivos choques
y la toma en consideración de los desafíos. La historia de las sociedades y por lo tanto,
de los avances, y al final el hombre ha alcanzado su plena libertad, tenemos en el estado
democrático su forma ideal.

Este es ciertamente otro entendimiento de la historia. Dice que el progreso está hecho
de "libertad", luchando por "siempre más"; esto puede ser como si viviésemos en un huracán
devastador. Así es como se lo representaba a un amigo de mi padre, el hombre que compartió
conmigo un esfuerzo por traducir al alemán "En busca del tiempo perdido" [novela] de Marcel
Proust.

Él era el filósofo alemán Walter Benjamin. Había elaborado una visión pesimista de una
pintura de Paul Klee, un pintor suizo, el "Angelus Novus", donde la cara del ángel abre los
brazos para contener y empujar una tempestad, que él identifica con el progreso. Para
Benjamin, que se suicidaría en Septiembre de 1940 para escapar del Nazismo, el sentido de la
historia es la progresión de un desastre tras otro.

Indiferencia: La peor de las actitudes.

Es verdad que las razones para estar indignados pueden verse hoy menos claramente
relacionadas o el mundo se ha vuelto demasiado complejo. ¿Quién está haciendo el
ordenamiento, quién lo decide? No es siempre sencillo diferenciar entre todas las corrientes
que nos gobiernan. No estamos lidiando con una pequeña elite cuyas actividades pueden
ser fácilmente visibles. Este es un mundo vasto, en el cual tenemos una sensación de
interdependencia. Vivimos en una interconectividad como nunca antes. Pero en este mundo
todavía hay cosas intolerables. Para verlas, es bueno y necesario mirar, buscar. Le digo a los
jóvenes, busquen poco y encontrarán. La peor de las actitudes es la indiferencia, decir "No
puedo hacer nada contra eso. Ya me las arreglaré para salir adelante." Por incluirte a ti mismo
en esto, pierdes uno de los elementos que hacen al ser humano: la facultad de indignarse y el
compromiso que es una consecuencia de lo primero.

Ellos [los jóvenes] pueden desde ya identificar dos grandes desafíos nuevos:

1. La gran brecha que existe entre los más pobres y los más ricos y que no cesa de crecer. Es
una innovación de los siglos 20 y 21. Los más pobres en el mundo de hoy ganan apenas dos
dólares al día. Las nuevas generaciones no pueden dejar que esta brecha se vuelva mayor. Los
reportes oficiales por sí solos deberían provocar un compromiso.

2. Derechos humanos y estado del planeta: Tuve la oportunidad después de la Liberación de
participar en la escritura de la Declaración UNiversal de los Derechos Humanos, adoptada
por la Organización de las Naciones Unidas, el 10 de Diciembre de 1948 en París en el Palacio
de Chaillot. Fue como secretario privado principal de Henry Laugier, el Secretario General adjunto de la ONU, y como secretario de la Comisión sobre Derechos Humanos que yo con otros participamos en la redacción de esta declaración. No sabría cómo olvidar el rol en su elaboración de René Cassin, quien fue comisionado nacional de justicia y educación en el gobierno de la Francia Libre en Londres en 1941 y ganó el Premio Nobel en 1968, ni el de Pierre Mendès-France en el Consejo Económico y Social a quien le enviábamos los borradores que producíamos antes de ser considerados por el Tercer Comité (Social, Humanitario y Cultural) de la Asamblea General. Fue ratificado por los 54 estados miembros en sesión de las Naciones Unidas y yo lo certifiqué como secretario.

Es a René Cassin a quien le debemos el concepto de "derechos universales" en vez
de "derechos internacionales" como lo planteaban nuestros amigos estadounidenses y
británicos. Esto [universal en vez de internacional] fue clave porque, al final de la Segunda
Guerra mundial, lo que estaba en juego era lo que iba a ser emancipado de las amenazas del
totalitarismo que había pesado sobre la humanidad.

Para llegar a ser emancipado era necesario obtener de los estados miembros de la ONU
una promesa de respetar estos derechos universales. Esto fue una forma de tratar de burlar
el argumento de "soberanía total" que cada nación enfatiza mientras se dedica a provocar
violaciones contra la humanidad en su propio suelo.

Tal sería el caso de Hitler quien se sentía con un poder supremo y autorizó a provocar un
genocidio. Esta declaración universal le debe mucho a la repulsión universal hacia el Nazismo,
el fascismo y el totalitarismo -- y le debe un montón, en nuestras mentes al espíritu de la
Resistencia.

Tenía la sensación de que era necesario moverse rápidamente para no ser engañados por la
hipocresía que había en la composición de la ONU, algunos que reclamaban que esos valores
ya estaban ganados no tenían intención alguna de promoverlos fielmente -- afirmaban que
nosotros tratábamos de imponerles valores en la declaración.

No puedo resistirme al deseo de citar el artículo 15 de la Declaración Universal de los
Derechos Humanos (1948): "Toda persona tiene el derecho a una nacionalidad." El artículo
22 dice: "Toda persona, como miembro de la sociedad, tiene derecho a la seguridad social,
y a obtener, mediante el esfuerzo nacional y la cooperación internacional, habida cuenta de
la organización y los recursos de cada Estado, la satisfacción de los derechos económicos,
sociales y culturales, indispensables a su dignidad y al libre desarrollo de su personalidad."
Y si bien esta afirmación tiene un alcance declarativo y no legal, ha jugado un papel muy
importante desde 1948. Esto llevó al pueblo colonizado a pelear por su independencia; esto
sembró en sus mentes una batalla por la libertad.

Noto con satisfacción que en el curso de las últimas décadas ha habido un aumento en
las Organizaciones No Gubernamentales (ONGs) y en movimientos sociales como ATTAC
(Asociación por una Tasa a las Transacciones financieras especulativas y la Acción Ciudadana)
o como la FIDH (Federación Internacional de Derechos Humanos) y Amnistía Internacional
que son activos y competitivos. Es obvio que para ser efectivos hoy es necesario actuar en red, usar todos los medios de comunicación modernos.

A la gente joven le digo: Miren alrededor, encontrarán temas que justifiquen su indignación
-- hechos acerca del tratamiento de inmigrantes, de inmigrantes "ilegales", de gitanos.
Encontrarán situaciones concretas que les llevan a fortalecer su acción ciudadana. ¡Busquen y
encontrarán!

Mi indignación a propósito de Palestina.

Hoy mi mayor indignación tiene que ver con Palestina, la Franja de Gaza y Cisjordania. Este
conflicto es indignante. Es absolutamente esencial leer el reporte de Richard Goldstone,
de Septiembre del 2009, en Gaza, en que un juez sudafricano y judío que afirmaba aun
ser sionista, acusó al ejército israelí de haber cometido "actos comparables a crímenes de
guerra y quizás en determinadas circunstancias, crímenes contra la humanidad" durante
su "Operación Plomo Fundido" que duró 3 semanas.

Volví a Gaza en 2009 cuando pude entrar con mi esposa gracias a nuestros pasaportes
diplomáticos, para estudiar de primera mano lo que el reporte decía. La gente que nos
acompañaba no fue autorizada a entrar en la franja. Allí y en Cisjordania. También visitamos
el refugio de palestinos establecido por la UNRWA desde 1948, donde más de 3 millones de
palestinos fueron expulsados desde sus tierras en Israel, esperando todavía un cada vez más
problemático retorno.

En cuanto a Gaza, esto es como una cárcel sin techo para un millón y medio de palestinos.
Una prisión donde la gente se organiza para sobrevivir. A pesar de la destrucción material
como la del Hospital de la Media Luna Roja por la Operación Plomo Fundido, esta el
comportamiento de sus habitantes, su patriotismo, su amor por el mar y las playas, su
constante preocupación por el bienestar de sus niños, que son innumerables y alegres, que
permanecen en mi memoria. Estábamos impresionados con cuán ingeniosamente ellos
enfrentaban todas las carencias que les han sido impuestas. Les vimos hacer ladrillos, por
falta de cemento, para reconstruir las miles de casas destruídas por los tanques. Ellos nos
confirmaron que hubieron 1.400 muertos -- incluyendo mujeres, niños y ancianos en el campo
palestino -- durante esta "Operación Plomo Fundido" llevada a cabo por el ejército israelí,
comparada con tan sólo 50 hombres heridos en el lado israelí. Comparto las conclusiones
del juez sudafricano. Que estos judíos puedan, ellos mismos, perpetrar crímenes de guerra
es insoportable. Por desgracia, la historia no nos da ejemplos suficientes de gente que extrae
lecciones desde su propia historia.

¿Terrorismo o exasperación?

Sé que Hamas [partido de los luchadores de la libertad palestinos], que ha ganado las últimas
elecciones legislativas, puede no ayudarlos que cohetes sean lanzados sobre ciudades
israelíes en respuesta a la situación de aislamiento y bloqueo en que los habitantes de Gaza
viven. Pienso naturalmente que el terrorismo es inaceptable; pero es neceario admitir (desde la experiencia en Francia) que cuando el pueblo está ocupado por fuerzas inmensamente superiores a ellos mismos, la reacción popular no puede ser totalmente pacífica.

¿Le es útil a Hamas lanzar cohetes hacia Sdérot [pueblo israelí al otro lado de la frontera con
la franja de Gaza]?

La respuesta es no. Esto no sirve a sus propósitos pero ello puede explicar esto como una
muestra de la exasperación de los habitantes de Gaza. Bajo la noción de exasperación, es
necesario entender la violencia como la lamentable conclusión de situaciones inaceptables a
las cuales han sido sometidos.

Por lo tanto, podemos decir que el terrorismo es una forma de exasperación. Y este
llamado "terrorismo" es un nombre inapropiado. Uno no debería tener que recurrir a
esta exasperación, pero hay que tener esperanza. La exasperación es una negación de la
esperanza. Es comprensible, diría que es casi natural, pero aún es inaceptable. Porque esto no
permite a adquirir resultados que la esperanza posiblemente puede eventualmente producir.

No-violencia: El camino que debemos aprender a seguir.

Estoy convencido de que el futuro le pertenece a la no-violencia, la reconciliación de
diferentes culturas. Es por esta vía que la humanidad entrará a su siguiente etapa. Pero en
esto estoy de acuerdo con Sartre: No podemos excusar a los terroristas que lanzan bombas,
pero podemos entenderlos. Sartre escribió en 1947: "Reconozco que la violencia en cualquier
forma que pueda manifestarse es un revés. Pero es un revés inevitable porque estamos en un
mundo de violencia. Y si bien es cierto que el riesgo de recurrir a la violencia es permanente,
es también cierto que es el medio seguro para hacerla detenerse."

A esto añadiría que la no-violencia es una segura forma de hacer que la violencia se detenga.
Uno no puede tolerar el terrorismo, usando a Sartre o en el nombre de este principio,
durante la guerra de Argelia ni durante los juegos olímpicos de Munich en 1972, en el intento
de asesinato contra los atletas israelíes. El terrorismo no es productivo y Sartre mismo se
preguntaría al final de su vida sobre el sentido de la violencia y dudar de su razón de ser.

Sin embargo, proclamar "la violencia no es efectiva" es más importante que saber si uno debe
condenar o no a quienes se dedican a esto. El terrorismo no es efectivo. En la noción de la
efectividad, una esperanza no sangrienta es necesaria. Si hay una esperanza violenta, está en
el poema de William Appollinaire "la esperanza es violenta" y no en la política.

Sartre, en Marzo de 1980, a tres semanas de su muerte declaró: "Es necesario tratar de
explicar por qué el mundo de hoy, que es horrible, es sólo un instante en un largo desarrollo
histórico, que la esperanza siempre ha sido una de las fuerzas dominantes en revoluciones e
insurrecciones y cómo todavía siento esperanza como mi concepción de futuro.

Es necesario entender que la violencia se opone a la esperanza. Es necesario preferir la esperanza, la esperanza de la no-violencia. La no-violencia es el camino que debemos aprender a seguir. También los opresores.

Es necesario llegar a negociaciones para quitar la opresión; esto es lo que permitirá no tener
más violencia terrorista. Por lo tanto no debemos permitir que se acumule demasiado odio.

El mensaje de Mandela y Martin Luther King encuentra toda su pertinencia en el mundo que
ha superado la confrontación de ideología [p.e. Nazismo] y el totalitarismo conquistador [p.e.
Hitler]. Esto es también un mensaje de esperanza en la capacidad de las sociedades modernas
de sobreponerse a conflictos por medio del mutuo entendimiento y una paciente vigilancia.
Para alcanzar este punto es necesario basarse en derechos, en vez de violaciones, quien sea el
autor, debe causar nuestra indignación. No hay que transar estos derechos.


Por una insurrección pacífica.

He apreciado, y no soy el único, la reacción del gobierno israelí cuando por la forma en que
cada viernes los ciudadanos de Bil'in protestaban sin usar piedras ni la fuerza hasta el muro
de separación. Las autoridades israelíes calificaron esto como un "terrorismo no sangriento".
Esta es buena... Es necesario ser israelí para calificar la no violencia como terrorista. Es
especialmente necesario para ser incómodos [como le resultaba a los israelíes] por la eficacia
de la no-violencia, que se encuentra para provocar apoyo, entendimiento -- el apoyo de todos
los que en el mundo son adversarios de la opresión.

El pensamiento productivista, impulsado por Occidente condujo al mundo a una crisis de
la que debe salir a través de una radical ruptura con el concepto de "crecer" no solo en el
campo financiero sino también en el dominio de las ciencias y la tecnología. Ya es el momento
de que las preocupaciones acerca de la ética, la justicia y el equilibrio duradero (económico
y medio ambiental) prevalezcan. Porque son los riesgos más serios que nos amenazan. Ellos
pueden poner fin a la aventura humana en el planeta, que puede llegar a ser inhabitable para
los humanos.

Pero sigue siendo cierto que el progreso más importante fue hecho después de 1948 [año de
la fundación de la ONU y la declaración de los Derechos Humanos]: descolonización, el fin
del apartheid, la destrucción del imperio soviético, la caída del muro de Berlín. Por otro lado,
los diez primeros años del siglo XXI fueron un periodo de degeneración. Esta degeneración
es explicada en parte por la presidencia de George Bush, los eventos del 11 de Septiembre y
desastrosas consecuencias que involucran a los Estados Unidos, tales como la intervención
militar en Iraq.

Tenemos esta crisis económica, pero todavía no iniciamos una nueva política de desarrollo.
Del mismo modo, la cumbre de Copenhagen contra el cambio climático no produjo una
política real para la preservación del planeta.

Estamos en el umbral entre el terror de la primera década y las posibilidades de las décadas que siguen. Pero es necesario tener esperanza, es siempre necesario. La década anterior, la de los noventa, ha sido un tiempo de gran progreso. Las Naciones Unidas tuvieron la sabiduría de llamar a conferencias como la de Río sobre medio ambiente, en 1992, y la de Beijing sobre la mujer en 1995. En Septiembre del 2000, por iniciativa del secretario general de la ONU, Kofi Annan, los 191 miembros adoptaron una declaración con "8 objetivos del milenio para el desarrollo" de la que notablemente prometieron reducir la pobreza en el mundo a la mitad
para el 2015.

Mi pesar está en que ni Obama ni la UE se han comprometido a lo que debiera ser su aportación por una fase constructiva, basada en valores fundamentales.

Conclusión.

¿Cómo concluir este llamado a la indignación? Diciendo todavía lo que, en ocasión del sexagésimo aniversario del programa del Consejo Nacional de la Resistencia dijimos el 8 de Marzo del 2004 -- somos veteranos de los movimientos de resistencia y fuerzas de combate de la Francia Libre (1940-1945) -- que ciertamente "El nazismo fue derrotado, gracias al sacrificio de nuestros hermanos y hermanas de la Resistencia y a las Naciones Unidas contra la barbarie fascista. Pero esta amenaza no ha desaparecido y nuestra ira contra la injusticia sigue intacta".

No, esta amenaza no ha desaparecido por completo. Además nos autodenominamos una "Verdadera insurrección pacífica contra los medios de comunicación masivos que ofrecen como una vista para nuestra juventud solo el consumo de masas, el desprecio por la cultura y los más débiles, una amnesia generalizada y la competencia de todos contra todos."

 A todos los que harán el siglo XXI, les decimos con afecto:

CREAR ES RESISTIR; RESISTIR ES CREAR.













Traducido por Francisco Fuentes.