LA INTIFADA EN TIEMPOS DE TRUMP



       Trump cree, como los chicos abusadores de colegio, que por el uso de la fuerza puede hacer todo lo que quiera sin tener en cuenta a nadie. Teoría engañosa, pues, inicialmente es posible, no se puede negar que los E.E.U.U. son la súper potencia mundial, y si las fuerzas armadas lo desean, pueden empezar una guerra nuclear. El asunto no es nuevo en este sentido, igual, durante la época de la Guerra Fría en la segunda mitad del siglo XX, la Unión Soviética también se ufanaba de poseer armamento de todo tipo.

       ¿Y eso qué significa? Que Donald Trump y sus asesores (ideólogos tan radicales como los mismos fundamentalistas musulmanes) desconocen, o desatienden las advertencias sobre las terribles consecuencias de sus atrevidas y poco explicables decisiones que toman, que más allá de lo evidentemente militar, se trata de  una explosión de conflictos sociales, y nada más peligroso que provocar una intifada en el Oriente Medio por su declaratoria de Jerusalén como capital de Israel, pues no se trata sólo de excitar a un grupo terrorista, sino a toda la hermandad de musulmanes en el mundo entero.

       Rodeado por el servicio secreto, Donald se siente protegido, lo demás, no importa, ¿protegido de qué? Si lo mismo han pensado los tiranos que creen sentirse seguros, mientras la guerra los alcanza como un cáncer, y cuando ya se dan cuenta de las reales consecuencias de lo absurdo de sus arrogantes y delirantes decisiones, entonces, ya es tarde, y tras de sí, un pueblo, una nación, muchas naciones, y muchos pueblos destruidos.

       La insolencia y la indiferencia hacia los gemidos de los pueblos, que tanto daño causó a las antiguas sociedades, con gobernantes que ante nada, ni por razones políticas, ni sociales, ni por ninguna razón, escuchaba los gritos desenfrenados por la desesperación de la gente, de los más vulnerables, se han vuelto realidad, esta vez, elevado a las mil veces en Trump, quien no sólo, para horror de la humanidad, reprime a su propio pueblo, sino la de todas las sociedades del mundo.

       Cuándo será ese cuándo, como dirían los poetas, que pasará el delirio de quienes votaron por un inconsciente, y de quienes siguen apoyándolo. Cuándo será el día que los oídos de los sensibles escucharán que semejante persona no está más en el poder, cuándo será que los discursos de odio se conviertan en cosa del pasado.





POR QUÉ MÉXICO NO TIENE NI FISCALÍA GENERAL NI CORTE CONSTITUCIONAL


       Uno de los temas políticos más controversiales en los últimos meses ha sido la sistemática dilatación de parte del Congreso de la Unión para la creación de una Fiscalía General, ya que supone una mayor eficiencia en cuanto al funcionamiento del aparato judicial. No han valido presiones sociales y académicas exigiendo la creación de esta entidad investigativa, más bien, las excusas de los legisladores y del ejecutivo han obstaculizado el buen funcionamiento institucional para que se den las condiciones adecuadas para tal fin.

       Y en cuanto a la posibilidad, o mejor dicho, a una remota posibilidad, de crear una Corte Constitucional, que supone una efectiva interpretación y aplicación de la constitución política mexicana, ni siquiera se ha hecho mención oficial sobre el asunto, tan olvidada está la propuesta, que tan sólo es recordado por alguno que otro analista político, sin prever la sociedad de la importancia y trascendencia que significa el establecimiento de un tribunal constituyente.

       Aunque es cierto también, que los intereses políticos y económicos pueden influir, en última instancia, en las decisiones gubernamentales y del legislativo, no parece tener el mismo suficiente interés para la sociedad civil como lo tienen los grupos de presión. No parece muy necesario, pues, al fin y al cabo existe la Suprema Corte de Justicia de la Nación, que es la máxima responsable de dictar las medidas últimas sobre la constitución. Basta con observar las dificultades y la desconfianza social hacia instituciones como la Procuraduría General, bastante lenta e inocua para hacer justicia, y la falta de equilibrio de poderes que debe tener las mismísima Suprema Corte.

       No han sido suficientes las reformas políticas o económicas para la protección de la población más vulnerable y para la defensa de los derechos humanos en lo que respecta a una mayor igualdad entre los diferentes actores sociales. Será suficiente un cambio de mentalidad, y ello se puede lograr mediante una Asamblea General Constituyente.

       Una constitución política que tiene 100 años de vigencia no puede amoldarse a las necesidades culturales de la actualidad, no es que sea incapaz, es que las múltiples reformas no han hecho sino mutilar la esencia misma de la constitución que se redactó para lo que fueron las necesidades de todo el siglo XX.

       El miedo al cambio constituye el primer y gran obstáculo, algunos, hasta se atreven a decir que sería algo así como abrir una caja de pandora, con la incertidumbre de lo que podría suceder en la república. Sin embargo, aquellos héroes y heroínas de la patria, a los que con tanto respeto se homenajea para destacar su valentía, fueron los que cambiaron la historia al promulgar la Carta Magna en 1917 con el fin único de defender los caros intereses de México, pudieron reservar sus miedos para otras ocasiones, pero fueron conscientes de una necesidad de cambio estructural.

       Tantos conflictos de todo tipo que ha tenido que enfrentar la sociedad mexicana, y cómo han podido salir triunfantes en cada uno de los problemas sociales, políticos y económicos, y así lo ha demostrado la gran historia de la nación. Lo anterior indica, que es posible llevar a cabo una empresa de dimensiones trascendentales para las nuevas generaciones.

        Y cuál es el miedo, si ya estamos acostumbrados a ello, y cuál el silencio, si aún se puede gritar y exigir, y cuál la falta de conocimiento, si existe sensibilidad política en la población. Cerrar los ojos, pensar en la fortaleza del pueblo mexicano, abrirlos, aceptar la realidad, y tomar el impulso con el esfuerzo necesario y suficiente para tomar determinaciones tan importantes que se exige para este siglo XXI.

       En conclusión, no se puede dilatar más la creación de una Fiscalía General y de una Corte Constitucional para que el Estado mexicano haga más eficiente el engranaje de una mejor aplicación de la justicia y de una defensa y promoción de los Derechos Humanos, en el que los ciudadanos comprendan y asimilen lo que realmente significa un Estado de Derecho.

LAS REGIONES DE COLOMBIA PODRÍAN DECLARAR SU INDEPENDENCIA MEDIANTE UN REFERENDO


¿De dónde y cuándo surgió la concepción de regionalismo en Colombia? Desde la primera independencia política en 1810. Y las características de esa primera independencia fue que cada provincia que había en su momento constituida (originariamente 13), se declararon estados autónomos e independientes.

       Esto es, que los principales líderes de cada provincia soñaron con seguir los pasos de los Estados Unidos de Norteamérica al plantear la posibilidad de hacer de la naciente Colombia un gobierno federal, en el que cada Estado debería tener sus propias leyes y policías, con autonomía, este experimento duró poco, pues, desde el gobierno central en Bogotá nunca vieron viable el federalismo, preferían un gobierno central.

       Las crisis políticas no se hicieron esperar y esto desembocó en conflictos bélicos no sólo contra Bogotá, sino de poblaciones que a su vez se rebelaron contra las capitales de algunas de las principales provincias, esto sucedió en casos como Cartagena y Cauca, ¿las razones? Muchos de los motivos eran de carácter económico, pero también político, de intereses locales.

       El sentimiento de soberanía local permaneció a pesar de que los líderes de Bogotá salieron victoriosos en su propósito de convertir a Colombia en un gobierno central, y victoriosos en un sentido militar, pues, el sentimiento provincial, autónomo y soberano, pasó a convertirse en un sentimiento regional, de identidad local.

       Así Bogotá, cual especie de reina en que el Estado gira en torno a ella, consolidó su estatus de capital de la República de Colombia, constituyendo de esta manera una identidad de carácter nacional.


       Y ahora que los referendos están de moda, y que los sentimientos independentistas están aflorando en todas partes del mundo, no sería descabellado pensar en una hipotética posibilidad  de que cada región someta a referendo su propia independencia, y así separarse de Colombia. 

LOS OLIGARCAS TAMBIÉN TIENEN DERECHO A GOBERNAR


      El estigma contra los llamados oligarcas (aquellas personas con alto poder adquisitivo) que han dirigido y gobernado las naciones durante siglos, y aún lo siguen haciendo, en ocasiones ha generado una desconfianza colectiva que ha sido utilizado por los populistas y demagogos con el fin de crear un imaginario negativo contra estas personas.

       Si bien es cierto que los oligarcas han tenido fracasos en muchas de sus políticas económicas no ha significado una destrucción de la sociedad, antes bien, en nombre de la economía y del muy abusado término de progreso, han podido llevar a cabo proyectos políticos concernientes a mejorar las relaciones comerciales (para sus propios intereses por supuesto) y mantener, hasta cierto punto, una estabilidad social.

       Lo contrario ha sucedido con los líderes populistas y demagogos que se han hecho pasar por revolucionarios, disfrazados del muy abusado término de socialismo, o cualquier otro nombre de una pretendida ideología social. Esos líderes políticos han llevado al desastre, en la mayoría de los casos, a naciones enteras, teniendo como resultado hambre y humillaciones.

       Quizás sea por falta de experiencia, educación, o lo que sea la falencia que tengan, una persona  pobre, sin la debida orientación política (ideológica si se quiere), no puede más sino concentrar odios sociales y aprovechar el momento oportuno para adueñarse del poder y comenzar con los revanchismos, a decir de los sociólogos, añadiendo a las terribles persecuciones y mala propaganda de odio irracional contra los pobres oligarcas, la esclavitud, que generalmente se asumen de diferentes formas, y opresión hacia la población más vulnerable, humilde, la gente trabajadora, y a la población en general.

       ¿Resultado? Una vez que los demagogos asumen el poder, muestran una capacidad, casi innata, no de gobernar, sino que destruir el establecimiento social y las instituciones democráticas con el fin de mantener el statu quo que nunca tuvieron en sus vidas, demasiado tarde para la población que ven un acto de traición de aquellos que vieron como una especie de salvadores no se sabe de qué.

       Entonces, llegan las manifestaciones, las muertes también, para pedir un cambio, con la esperanza de restablecer ese orden que le hicieron odiar, pero que hace falta. Como los monarcas en la edad media, cuando se atrevían a expulsar a ciertos sectores sociales, como banqueros y comerciantes para luego volverlos a llamar, porque se daban cuenta de la necesidad de ellos, simplemente para que los grupos sociales, en torno a la economía, pudiera funcionar.

       Los oligarcas también tienen derechos, como los tiene cualquiera, y uno de ellos es el derecho a gobernar sin que sean estigmatizados por el poder adquisitivo que tienen. La natural tendencia de inventarse un enemigo para atribuirles los males de una nación, debería ser la de culpar a la población por elevar al poder a líderes resentidos. La reflexión entonces, es reivindicar a los oligarcas como uno más entre los demás.


QUÉ SE PUEDE HACER FRENTE A LA DICTADURA DE NICOLÁS MADURO



       La Historia nos muestra los casos de la Revolución Francesa en el siglo XVIII, La Revolución Rusa en el siglo XX, y la más reciente llamada Primavera Árabe. En todas ellas hay un común denominador, y ha sido la determinación de los pueblos para enfrentar a los regímenes opresores, dispuestos a morir si es necesario, en algunas ocasiones con la complicidad de algún sector castrense que llegan a compartir el malestar general de la población.

       Aunque muchos analistas auguran que el mandato de Maduro no durará más allá de seis meses dada la complejidad de la corrupción administrativa y el rechazo masivo de los ciudadanos venezolanos. Generalmente, en una revolución, hay muchísima sangre derramada, dada la confrontación con las fuerzas armadas que sostienen al régimen.

       La pregunta es, ¿estará dispuesta la población venezolana a derramar sangre? ¿A enfrentar la fuerza armada del país? Todo depende del grado de ira que tenga la ciudadanía, ya va un poco más de cien muertos en las diferentes protestas a lo largo y ancho del país, ¿será suficiente?

       El gobierno de EEUU amenaza con una posible suspensión en la importación de petróleo venezolano, y la gente de a pie será la que más sufra el rigor del aumento de la crisis económica, supone que si se hace real la amenaza, entonces la ira del pueblo se desbordará ¿y entonces? Hay quienes aseguran que podría convertirse en una especie de Siria, es poco probable, pues, el consejo de seguridad de la ONU podría tomar cartas en el asunto.

       Lo que se puede hacer frente a la dictadura de Maduro es no desmayar en las manifestaciones callejeras, y pararse de frente al palacio de gobierno, día y noche, como lo hizo en algún momento la población egipcia, hasta que el dictador, tirano, despótico y opresor, caiga como han caído los dictadores, por más amenazas que haga, por más que intente mantenerse en el poder, un día caerá Maduro, si hay una determinación de la población como la hubo en otras épocas.

       

QUIÉN ES MÁS TERRORISTA

Aquellos terroristas que desean la muerte de los terroristas o los mismos terroristas.

Aquellos terroristas que atentan contra la población civil o los terroristas que atentan contra la fuerza pública.

Aquellos terroristas que profesan el cristianismo o los terroristas que profesan el islamismo.

Aquellos terroristas que creen que con el terror acaban el terrorismo, o aquellos que piensan que el terror hay que combatirlo con terrorismo.

Aquel terrorista soy yo o el terrorista es el otro.

Aquellos que pretenden imponer su propia verdad o aquellos que imponen su propia voluntad.

Aquellos que acusan de terrorismo o los que son legalmente terroristas.

Aquellos terroristas que perjudican físicamente la integridad de las personas o aquellos que perjudican moralmente la integridad de las personas.

Aquel que genera temor en una persona o los que generan temor en una comunidad.

Aquel que se imagina el terrorismo o el que se imagina a los terroristas.

Aquel que se inventa los enemigos o los que desconfían por inventarse un mundo terrorista.

Los que creen que el terrorismo es una realidad o los que creen que es imaginación.



LOS DOCENTES DE COLOMBIA SE ENFRENTAN A UN MONSTRUO


       Existe el rumor de pasillo que el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, cuando era candidato a su primer periodo presidencial,  las grandes firmas internacionales le habían obligado a firmar una serie de compromisos que limitarían sus programas sociales una vez llegara  a la presidencia. Así que me inquietaba el hecho que Brasil, siendo la potencia económica de América Latina, se viera bastante afectado por la incidencia de los holding, si esto era así, entonces, ¿qué se podría esperar de los demás países con mucho menor capacidad financiera y peso político como Colombia por ejemplo?

       Esta situación lo traigo al recuerdo por lo que está aconteciendo en Colombia, se trata de uno de los paros de maestros más prolongados de los últimos años, y la razón fundamental no es el salario, que supone debería ser el motivo del paro nacional, sino que tiene que ver con solicitar mayores aportes al sistema participativo en la educación, y ello contempla atender necesidades de otra índole como la alimentación para los niños, arreglo de la infraestructura educativa como mejoras de los colegios, ampliación de salones, herramientas educativas, tecnologías de la información y tantos otros recursos que se necesitan.

       He ahí el problema. Los profesores no se están enfrentando al presidente Santos ni a la ministra de educación, se están enfrentando nada más y nada menos que al famoso Fondo Monetario Internacional y, como dirían los caricaturistas, sus compinches, que son el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo.

       No sólo estas entidades ejercen presiones sobres los jefes de Estado en América Latina, sino también, hay que sumarle las firmas de inversión más grandes del mundo como Allianz Global Investors o JP Morgan que sino controlan los gobiernos, sí ejercen una influencia decisiva a la hora de tomar medidas de políticas económicas.

       Así que los docentes de Colombia se están enfrentando a un monstruo, y aunque las organizaciones sindicales han hecho llamados invitando a la sociedad a participar del paro, la respuesta ha sido como de costumbre tibia, por no decir fría, frente a las expectativas y resultados que se puedan generar de las negociaciones entre los maestros y el gobierno colombiano.

       Si Santos sigue reiterando que no hay dinero para suplir las peticiones, es simplemente porque sigue lineamientos de las entidades externas por efectos de riesgos financieros, o, como lo diría algún experto economista, para evitar una hipotética quiebracracia, es decir, que el Estado deba intervenir cuando las entidades financieras entran en crisis.


       ¿Será una utopía lo que persiguen los maestros? Una utopía socialista, dirían los neoliberales, una utopía capitalista, dirían los socialistas.

YA ES HORA DE LA PRIMAVERA RUSA



       Estoy de acuerdo que en Rusia, al igual que algunas naciones del Oriente Medio, la democracia es más bien un eufemismo político, ya que en realidad  nunca ha existido, y como ejemplo cabe recordar la larga tradición histórica de los zares en la madre Rusia.

       Las transformaciones que se iniciaron a principios del siglo XX, con la implantación de un parlamento de parte de Nicolás II, a manera de gesto hacia su pueblo, y luego, con otras transformaciones sociales, esta vez violentas, como la Revolución Rusa en 1917, y por último, después de la disolución de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) el 25 de diciembre de 1991con la renuncia oficial de Mijaíl Gorbachov, a pesar de todo ello, la democracia no ha sido parte de la mentalidad del pueblo ruso.

       Prueba de ello es la dictadura, disfrazada de democracia, con el actual presidente de Rusia, Vladimir Putin, que si bien, ha logrado mantener cierta estabilidad económica en el país, ha faltado lo más importante para una sociedad, es a saber, la libertad en términos sociales, políticos y culturales.

       Aunque las represiones se han traducido en asesinatos de líderes políticos y periodistas, y personas consideradas enemigos del Estado, también se hecho exposición de la brutalidad policial con los choques en las diferentes marchas populares que han ocurrido en los últimos años. Además, a pesar de la evidente ola de corrupción en su gobierno, esto no le ha impedido a Putin mantenerse en el poder, ¿y esto por qué?

       Los medios de comunicación han sido  fundamentales para mostrar siempre la cara amable de Putin como elemento indispensable para el buen funcionamiento del Estado, ¿y la primavera rusa?     

       Por momentos pareciera que la población juvenil motivara a un cambio político, o que la sociedad presionara a unas elecciones sin ningún tipo de parcialización o de manipulación por parte del gobierno para así lograr un cambio, pero no, todo indica que la primavera rusa demorará un poco más, pero tarde que temprano, esa juventud rebelde cambiará su mentalidad y se hará sentir, y actuará para que se haga realidad esa democracia que parece una ilusión.





BREVE HISTORIA DE ANTIOQUIA FEDERAL

      
       El secretario plenipotenciario, vocero oficial y asesor histórico de los gobiernos antioqueños José Manuel Restrepo (acompañado de Juan del Corral), a principios del siglo XIX, tenían claro que Antioquia debía propugnar por un gobierno federal y autónomo, como diría algún politólogo, un gobierno descentralizado.

       Las razones que esgrimieron las diferentes provincias que defendían la federalización en la Nueva Granada, era básicamente seguir los pasos del sistema de gobierno del naciente Estados Unidos de América, ciñéndose a su fórmula judicial, militar y legislativo. La idea de que era la mejor manera de defender los pueblos americanos de las tropas francesas, y que mantenían una supuesta fidelidad al rey Fernando VII, no pasaron de ser excusas políticas, el hecho es que Antioquia estuvo presente en los debates políticos, y aún, en las guerras fratricidas de la década de 1810 para defender firmemente la anhelada Antioquia federal.

       Los tiempos cambiaron, los procesos históricos concibieron finalmente la república de Colombia como una nación centralizada, y que fue consolidada a principios del siglo XX, después de tantas vicisitudes, conflictos bélicos, y especialmente, después de las celebraciones de la conmemoraciones del Centenario de la Independencia de Colombia en 1910, tomando como referencia lo sucedido en Santafe de Bogotá en 1810, si bien es cierto que algunas provincias siguieron añorando aquellos momentos de gobiernos federativos, en el caso de Antioquia, se ha mantenido vivo el sentimiento en algunos sectores de la región.

       Ese sentimiento vuelve a despertar cada vez que los dirigentes antioqueños se sienten agredidos, o de alguna manera afectados por las políticas desde Bogotá, como lo sucedido con una imprudencia de parte del gobierno durante la época del narcotráfico entre las décadas de 1980 y 1990, en el que se excluyó a Antioquia en el mapa de destinos turísticos, despertó, no al pueblo antioqueño, sino más bien, a los grupos mafiosos, a generar nuevamente el sentimiento de una Antioquia federal, promoviendo una posible iniciativa ciudadana para tal caso, pero la situación no pasó a mayores consecuencias sociales.

       Ahora, en el 2017, el problema en el caso de Belén de Bajirá, un caserío que lo disputa en términos locales el municipio de Mutatá, por el lado antioqueño, y el municipio de Riosucio, por el lado chocoano, ha generado de nuevo el sentimiento de una Antioquia federal. El caso es más de carácter político que social, pues, el abandono de tal caserío ha sido histórico por un lado y por el otro, y tiene más ingredientes demagógicos y económicos que real interés en los pobladores.

       Términos como la raza antioqueña, que ha sido abusado de parte de oportunistas, o del ensalzamiento de los antioqueños como región, no hace sino afectar las relaciones sociales de una nación que si bien tiene toda una institucionalidad consolidada, aún está en construcción, y en la medida que se radicalicen los discursos políticos afectará gravemente la economía y la cultura de ambas regiones, que en el fondo, los que realmente se benefician de los conflictos, han sido algunos dirigentes políticos y económicos, es decir, de algunas pocas personas.
      

       

LA REVOLUCIÓN VENEZOLANA HA COMENZADO

       Sólo falta un detonante, y la revolución explotará. Sucedió con la independencia de los Estados Unidos con los impuestos británicos, sucedió también, previo a la Primera Guerra Mundial, con el asesinato del Archiduque Francisco Fernando de Austria, sucedió con la llegada de Lenin previo a la revolución rusa, y en México, la revolución explotó con la farsa en las elecciones del presidente  - dictador Porfirio Díaz en 1910.

       Por lo pronto, el régimen narco-dictador venezolano, liderado por Nicolás Maduro, trata que no se les muera Leopoldo López en el calabozo. También, es claro que la Fuerza Armada de Venezuela no es homogénea en cuanto al apoyo al gobierno despótico chavista, ya que líderes chavistas, que están en contra de Maduro, o en desacuerdo como el caso de la fiscal general de Venezuela la señora Luisa Ortega Díaz, muestra una división y un inconformismo con el gobierno.

       Las marchas contra Maduro no se detendrán, es la única salida que le queda a la oposición y a la población, en la medida que los policías incrementen sus acciones coercitivas contra los manifestantes (pues por el lado de las marchas chavistas, éstas son intocables), de la misma manera se incrementará la participación de los sectores sociales, como ha ocurrido por ejemplo con la entrada en escena de los principales productores agrícolas.

       En la medida que se muestren imágenes de personas vulnerables siendo maltratados, torturadas o asesinadas de parte de los miembros de la fuerza pública, aumentará aún más la presión internacional (ya quedan pocos embajadores en Venezuela), y las marchas se harán cada vez más radicales y reaccionarias frente a los abusos policiales… ¿el resultado?

       El presidente Maduro pasará de las amenazas a las acciones mediante los llamados colectivos armados, que incrementarán sus asesinatos con la complicidad del ejército que a su vez participarán de los asesinatos selectivos (como lo han denunciado algunos medios  de comunicación), esto alimentará aún más el odio de los venezolanos que verán en ello una especie de guerra de exterminio, que los obligará a tomar medidas no sólo en las calles mediante las protestas, sino también en acciones mucha más reaccionarias.

       La incertidumbre no sólo la vive el pueblo llano de Venezuela, también los dirigentes políticos en cabeza de Maduro, que lo demuestran mediante sus discursos incendiarios y sus medidas de terror contra la población civil. Es claro entonces, que la verdadera revolución venezolana ha comenzado.



GOBIERNO Y ELN – LA NEGOCIACIÓN QUE A NADIE LE IMPORTA

       
       Alguien en algún momento mencionaba que el ELN no lo tomaban en cuenta por una simple razón, históricamente las plantaciones de coca no ha sido para este grupo una prioridad en términos militares y políticos, por un lado. Por otro lado, después de la operación Anorí en la década de 1970 por parte de las fuerzas militares de Colombia, se dice que fue disminuido sustancialmente. 

       Tanto fue su debilitamiento militar, que Carlos Castaño, el máximo jefe de las AUC en su momento, se refería a este grupo subversivo de manera despectiva. Igual sucede para el gobierno de los Estados Unidos, o mejor dicho, que para los presidentes que han pasado por la Casa Blanca, este grupo no ha representado una mayor amenaza para la región. De hecho, algún columnista mencionó algo así como que, dentro de la rara y contradictoria ideología política de este grupo guerrillero, que se supone tiene como referente la revolución Cubana,  es que el ELN quiere una revolución sin guerra, algo así como, una guerra sin guerra.

       Y parece que esa percepción es generalizada por la población general, al que le ha sido indiferente las negociaciones que se llevan a cabo en Ecuador exceptuando algunos académicos y columnistas (como siempre sucede), dicen que en las instalaciones de una hacienda de jesuitas está la mesa de negociaciones. Porque, para rematar, después de los sucedido con el cura Camilo Torres, ha tenido el aura de ser una especie de guerrilla de la militancia católica. Una rara especie de grupo subversivo pasivo.

       Ahora, ¿qué significa que se minimice en sus mínimas proporciones las negociaciones que se están llevando a cabo en Ecuador? La respuesta se puede resumir en dos factores, primero, la ignorancia histórica que se tiene de los hechos terroristas del grupo subversivo en Colombia y en la región andina en términos generales, y segundo, porque no ha sido tema de ningún partido político.

       ¿Qué pasaría si se convirtiera en tema político como se hizo en el caso de las FARC, o como se hace en el caso de las FARC? ¿Qué tienen las FARC que no tenga el ELN para que el asunto pase a un segundo renglón? Es como si se hiciera una distinción entre el grupo terrorista ISIS y Al Qaeda.


       Generalmente, cuando sucede ese tipo de diferenciación para algún partido político o para algún gobierno, es que existe un interés o una conveniencia detrás de todo, como cuando los gobiernos de EEUU pasan por alto los contrabandistas de armas o dictadores precisamente porque les sirve para sus conveniencias e intereses políticos, y, en el caso de la sociedad, me indica que existe una doble moral. 

LA VIOLENCIA DE 1950 HA RETORNADO EN COLOMBIA

       Es patético el espectáculo que ofrece el denominado pueblo cuando se enfrenta en las calles, medios de comunicación o redes sociales por cuenta de los debates generados por alguna declaración de Uribe o Santos, o alguno de sus amigos. Y lo más terrible es que ese pueblo hace eco de los discursos, cuando de uno y del otro lado, intentan defender la patria, esa cosa abstracta y sin sentido cuando al momento de definirlo no se sabe a ciencia cierta a qué conceptos hacer uso o en qué maneras referirse.

       Y el pueblo defensor de no sé qué, concentra sus ataques a la corrupción del uno teniendo como referente a un corrupto o viceversa. Esto es, que existen personas que referencien al corrupto de Uribe como un hombre íntegro, intachable, defensor de la patria, y que existen personas que referencien al corrupto de Santos como un defensor a ultranza de la paz, o como una especie de misionero en defensa de la libertad y otras tantas cosas.

       Es patético porque los discursos se hacen tan repetitivos que parece un reguetón. Eso de que los llamados furibistas quieren destruir la paz del pueblo, que se identifican con los de la extrema derecha, o que los llamados farc-santistas quieren convertir al pueblo colombiano en una Venezuela más, que quieren destruir la patria, etc, etc, no hace sino convertir al pueblo en una especie de perro adiestrado que siguen los designios de sus respectivos amos.

       Y es que fue precisamente a finales de la década de 1940 y durante los 50s que se llevó a cabo una de las guerras fratricidas más cruentas que ha vivido el país por cuenta de los mismos discursos que esgrimen los dos líderes corruptos en la actualidad, es decir, al presidente corrupto Santos y al expresidente corrupto Uribe. En esa época, el pueblo se dividió entre el partido liberal y el partido conservador, liderados por otro par de corruptos, e iniciado por la muerte de otro corrupto.


       ¿Cuál de todos es más corrupto? ¿Quién defiende a quién? O, ¿Quién defiende qué? Lo más patético de todo es que se está repitiendo el mismo espectáculo de mediados del siglo XX. Unos líderes políticos rodeados de escoltas (hasta para comprar el mercado en la esquina), con todas las comodidades de príncipes medievales, con mentalidad medieval, protegiendo siempre intereses de los grupos económicos, viendo cómo el pueblo se divide y se enfrasca en una guerra de palabras para darse cuenta luego, que el pobre sigue siendo más pobre y el rico sigue siendo más rico… y que con guerra o sin ella el establecimiento seguirá igual.

BIENVENIDO A LA DEMOCRACIA TOTALITARISTA

  ¿Acaso estamos repitiendo los sucesos de inicios del siglo XX, cuando las grandes potencias se llenaron de absurdos sentimientos nacionalistas, en el que la gran potencia alemán, que en ese entonces era el imperio alemán, se sentía con el derecho a tener más colonias que sus pares, en el que las sociedades sentían ansías de guerra económica y militar porque así se los vendieron sus líderes demagogos y populistas, porque todo el mundo creyó que los efectos de los conflictos era algo pasajero, sentimiento que se inició en Europa, para luego pasar a Asia  y América?

       Muamar el Gadafi solía decir (palabras más, palabras menos) que Libia era la mejor democracia del mundo, Hugo Chávez Frías insistía una y otra vez que la democracia venezolana era una democracia fuerte, y Fidel Castro estaba convencido de que su régimen era un régimen democrático,  ahora, a todos estos conceptos democráticos, habría que preguntarle al señor Donald Trump qué entiende por democracia, lo mismo que a la señora Ángel Merkel y a todos los líderes de regímenes democráticos, porque, al parecer, las nociones cambian y varían de concepción, dependiendo de quién lo observa.

       ¿De qué sirven las explicaciones de las ciencias políticas sobre el concepto democracia, si personajes como Trump dicen con arrogancia es que yo gané,  insinuando con ello que ahora en adelante puede hacer lo que le dé la gana sin prestar atención a las reclamaciones sociales de los propios ciudadanos norteamericanos?

       La democracia es una gelatina, en el que sus nociones se estiran y se contraen permanentemente, en el que cualquier líder despótico puede afirmar que es democrático sin compartir siquiera la concepción occidental del término. Los periodistas deberían preguntarles a los líderes mundiales ¿qué entiende sobre el término democracia? Para saber con cierta precisión si las nociones coinciden con lo que las ciencias políticas y todo el mundo entiende por democracia.

       Ahora, considero, que en adelante, a la democracia habría que añadirle elementos no tan democráticos. La democracia totalitarista es una de ellas, pues, por medios democráticos Hitler llegó al poder en Alemania, y por medios democráticos se sostienen regímenes como el de Cuba, y Corea del Norte, y por medios democráticos llegó al poder el chavismo en Venezuela.


       ¿Es la democracia la culpable? Mejor, es la distorsión de las virtudes democráticas. La situación en los EE.UU. es un caso tenebroso, el hecho de que Trump hubiese ordenado a los militares completar un oleoducto petrolero para pasar por alto los organismos administrativos federales, significa que se está convirtiendo en un país con democracia totalitarista.

       ¿Será suficiente las expresiones y manifestaciones sociales para detener esto? Las profundas reflexiones de la naciente Organización de las Naciones Unidas fueron suficientes para hacer la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Las sociedades en el mundo, deben volver a traer esas reflexiones, de lo contrario volveremos a la temible época de las democracias antidemocráticas.

NEOCONSERVADURISMO Y NEOLIBERALISMO El enfrentamiento mundial de las doctrinas económicas

       La paradoja del neoconservadurismo y del neoliberalismo se basa en que el primero sigue los lineamientos del proteccionismo económico, y el segundo se basa en el libre mercado, y lo más sorprendente, es que el primero puede considerarse una especie de neocomunismo, las ironías de la vida.

       Y más irónico aún, es que desde mediados de la década de 1980 (por decir lo más próximo en términos históricos), es que sea precisamente los pequeños y medianos empresarios los que a largo plazo han podido beneficiarse de la globalización no sólo económica, sino también en el aspecto cultural dada la imperante hiperconectividad en que se encuentra el mundo de hoy.

       Lo anterior constituye una rara competencia a los grandes oligopolios, a los holdings  y a las principales multinacionales. Es como si aún perviviera el conflicto social y doctrinal entre la aristocracia medieval y el grupo de los llamados burgueses. La situación política que ha estado sucediendo en los Estados Unidos, y que se prevé, sucederá también en algunos países europeos como Inglaterra por ejemplo, ha sido más bien una especie de guerra civil expresada en las urnas.

       Quizás sea una reacción momentánea de parte de las sociedades conservadoras (porque hasta la gente joven es conservadora), como respuesta a los sucesivos cambios económicos estructurales. Parece como si la historia, en el que grupos de trabajadores quemaban fábricas durante el siglo XIX y XX por considerarlas dañinas para ellos y un serio peligro para el futuro, asunto que en su momento fue superado se repitiera, volviendo al rayado, hostigante y antiguo concepto del nacionalismo.

       Los choques ideológicos económicos han sido tan radicales, que han resultado en guerras civiles, en revoluciones y en guerras convencionales entre naciones. Quizás lo rescatable de los fenómenos políticos acaecidos en los últimos años (hay que recordar también la denominada primavera árabe), es que en todos los sectores sociales se ha entrado en una especie de reflexiones, de lo que se ha hecho, de lo que hay, y de lo que falta por hacer.

       Sea como fuere, prefiero que tanto el neoconservadurismo como el neoliberalismo se limiten a un enfrentamiento mundial de doctrinas económicas, y que la sociedad exprese su ansiedad y temores en las votaciones de cualquier elección política que se celebre, prefiero eso a que vuelvan los espantosos recuerdos de una guerra.


LA GUERRA ECONÓMICA DE TRUMP HA COMENZADO


Como neocomunista, es el calificativo que le cabría a Donald Trump. El cierre de fronteras a un sector social de inmigrantes, aumento de aranceles a productos importados, disminución de impuestos a las grandes empresas y a multimillonarios con el hipotético propósito de que estas entidades y personajes concederán un mayor aumento en el empleo a los norteamericanos, son algunas de las características del nuevo (con dudosa legitimidad por el asunto de la intervención rusa en las elecciones) presidente de los EEUU.

       El enfrentamiento diplomático con el gobierno chino, luego con el gobierno japonés, y después, con el gobierno mexicano, es apenas el inicio de una guerra económica que inicia el neocomunista Trump, además, porque de manera inaudita, busca una cierta cercanía con el gobierno ruso, enemigos históricos en el campo miliar y económico. Y, como toda guerra, habrá victoriosos y derrotados, entonces, la pregunta es, ¿quiénes serán los más perjudicados?

       Paradójicamente, el neocomunismo busca proteger los intereses de los grandes holdings porque simplemente la globalización también beneficia, guardada las proporciones, a los medianos y pequeños empresarios. Ahora, ¿Esa guerra económica de Trump generará más empleo en los EEUU? La reflexión está en los efectos secundarios de las políticas económicas.

       Las negociaciones de Trump con los empresarios no son tales, sino que, o son una especie de amenaza a las empresas, o es una especie de soborno a los empresarios. Los efectos a largo plazo de este neocomunista, que siempre trata a las personas como si fueran los sirvientes de sus mansiones, es sólo uno. La devastación económica de los Estados Unidos de América. Para la muestra una Rusia, un Corea del Norte, una Venezuela… tantas cosas horribles que tienen los autoritarismos, o en palabras de Hannah Arendt, al referirse a los totalitarismos.