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LA CONSPIRACIÓN DE LAS FEAS

Las mujeres feas siempre le han tenido envidia a las mujeres hermosas y encantadoras, sino que lo digan las hermanastras de la cenicienta (cuento publicado en el siglo XIX) que se retorcían por la buena fortuna de la cenicienta, ¿qué hicieron? Trataron de molestarle la vida tanto a ella (tildándola de todo tipo de descalificaciones) como al príncipe (en un intento de  convencer al príncipe de que ellas -las hermanastras- también eran lindas y por lo tanto merecían ser elegidas).

No contentas con la mala prensa, desde entonces las feas se han dedicado a estigmatizar a la hermosas y encantadoras de un sinnúmero de acusaciones que van desde que son quita – novios y quita – maridos hasta hacer uso de las instituciones del Estado para condenar no sólo socialmente sino políticamente a las hermosas y encantadoras, que de lo único que han sido culpables es precisamente ser mujeres hermosas y encantadoras.

Ante la imposibilidad de restringir las libertades de las mujeres hermosa y encantadoras han puesto su mirada hacia los hombres (que las prefieren rubias o morenas).

Desde mediados del siglo XX los hombres han sido acusados (de parte de las feas) de amar, coquetear y estar detrás sólo de las mujeres hermosas y encantadoras.

Esto no se ha quedado ahí, pues también las feas últimamente han hecho uso de las instituciones del Estado para crear leyes que castiguen a los hombres que se fijen en las mujeres hermosas y encantadoras.

De esta manera es que se han afianzado las feas, que intentan destruir el histórico protagonismo de las bonitas mediante la divulgación de señalamientos de discriminación, machismo y una serie de estigmatizaciones tanto a hombres como a mujeres bellas con el único propósito de simple venganza y resentimiento.

Es por ello que el feminismo ha servido como una excusa perfecta para distorsionar la relación de mujeres hermosas y hombres.

Por ello no es extraño que hoy en día en las películas de Hollywood escasean las mujeres bonitas y las feas estén siendo parte del romanticismo, no por falta de bonitas, sino porque las feas están ganando la batalla mediante el discurso de la inclusión, arma política perfecta que no servirá de nada, ya que, en última instancia, los hombres seguirán detrás de las mujeres hermosas y encantadoras.


EL SIGLO DE LOS MARICAS

Si el siglo XX es considerado el siglo de las mujeres, el siglo XXI debe ser considerado el siglo de los maricas.

En primer lugar, los maricas se han expandido a un sinnúmero de variedades de percibimientos de géneros.

Segundo, las últimas generaciones de los derechos humanos les han reconocido igual cantidad de sinnúmero de variedades de percibimientos de géneros.

Tercero, muchas naciones han legalizado y legitimado igual cantidad de sinnúmero de variedades de percibimientos de géneros.

Pero, siempre hay un pero, esa expansión de sinnúmeros de percibimientos de géneros ha incursionado en el universo de las mujeres, hasta el punto de exigir participación en todos los campos sociales, políticos, culturales y económicos de las mujeres.

Esto es, que no sólo los maricas con su inmensa cantidad de variedades de percibimientos de géneros han ganado un exclusivo espacio en las sociedades desde el campo cultural, social, político y económico, sino que también han invadido todos estos mismos campos que le pertenecen a las mujeres.

Ahora bien, si en última instancia los maricas en cualquiera de sus variedades de percibimientos de géneros son hombres en términos biológicos, ¿será un retorno del poder masculino?