Con la mayoría republicana en la Corte Suprema, con un presidente republicano y el control del congreso (senado y cámara) en manos de la mayoría republicana el mundo está ante una dictadura republicana con todo lo que ello implica.
Y es que la promesa de imponer el orden en casa y organizar algunos asuntos domésticos convenció a un buen número de ciudadanos norteamericanos que perciben como que todo se ha salido de control.
Por un lado, para tranquilidad de los puritanos, se logrará contener la dictadura feminista y la famosa ideología de género. Es una paradoja que la población latina que se supone son liberales por definición especialmente los de origen caribeño se hayan convertido por el lado conservador, hasta el punto de que los presentadores de Telemundo, uno de los principales canales latinos en los Estados Unidos, se pusieron a especular sobre una supuesta obligatoriedad de cambio de sexo, asustados y aterrados como si de una conversación de monjas se tratara, sorprende además la indiferencia de los latinos frente a la actitud de rechazo, racista y xenófoba reiterativo de los republicanos, y ni hablar de los gringos pura sangre blancos cuando entrevistaron a uno de ellos que dijo que votó por Trump sólo para “combatir” el aborto.
En cuanto a la economía, para los republicanos (que es lo mismo que los conservadores), debe imperar la individualización extrema y el egoísmo social como noción de la libertad económica y ello supone una mejora en los ingresos, hay que ver si se hará realidad, el detalle es que los republicanos históricamente se han enfocado en ayudar y enriquecer a los multimillonario incluso se habla de una plutocracia (una sociedad gobernada por multimillonarios) que en el fondo se traduce en una disminución del bienestar para las poblaciones vulnerables ello implica un desconocimiento total del cambio climático.
En cuanto a las relaciones con América Latina, se espera, se confía, en un pragmatismo político de Trump para no chocar con los presidentes que piensan diferente.
Por último se espera que Trump por tener cierta cercanía con Putin logre finalizar en buenos términos la guerra en Ucrania, sería lo único rescatable, porque el temor de exterminar el pueblo palestino y generar una guerra con China por el tema de Taiwán son asuntos que pondrán al mundo en máxima tensión.
Lo único cierto y real es que los gringos pueden estar tranquilos, ya que los presidentes norteamericanos son dictadores de fronteras para afuera pero respetuosos con las leyes de las fronteras hacia adentro.