BIENVENIDOS A LA TIRANÍA DE LA DEMOCRACIA POSTMODERNA

       Para Manuel Castells la democracia postmoderna se caracteriza por el predominio de los medios de comunicación, especialmente de las redes sociales. ¿Esto qué significa? Significa que los mensajes emitidos por estos medios en cualquiera de sus formas, sea en programas infantiles, las transmisiones deportivas, en las telenovelas, con los famosos noticieros, las opiniones de los denominados expertos, los anuncios publicitarios o los comentarios de periodistas, tienen como objetivo manipular la percepción de la realidad social y política.

       El asunto se vuelve más delicado por el asunto de las fake news o noticias falsas porque ello transporta la mente de los ignorantes que también se les conoce como incautos a un ámbito ajeno a las realidades desviando de esta manera la percepción de los acontecimientos presentes y del futuro inmediato.

       Entonces, ¿En qué momento se vuelve la democracia en un sistema tiránico? A partir de las decisiones de carácter electoral, más que un carácter propiamente político, que toman los ignorantes o mal llamados incautos que se dejan llevar como hojas al viento de la voluntad de quienes están detrás de los medios de comunicación, en otras palabras, los ignorantes o incautos se convierten así en instrumentos mentales bajo una manipulación desde el poder.

       Es tan terrible este nuevo tipo de tiranía, que los encargados de Facebook, Twitter y otras plataformas, han tenido que asumir cierta responsabilidad política y además censurar, diría mejor, restringir, a algunas personalidades que han sabido aprovechar la fuerza y capacidad manipuladora de estos medios.

       Y, ¿Cómo revertir esta tiranía de la democracia postmoderna? ¿Es posible hacerlo? Sí es posible, pero para ello hay que reestructurar la educación postmoderna, ¿por qué? Porque la educación postmoderna, aunque cada vez más especializada, es una educación dirigida y funcional, esto es, que no existe una reflexión y una consciencia del entorno de lo que se enseña, no hay crítica sin resentimiento o revanchismo, y no hay pensamiento ajeno de las pasiones.

       Se trata pues, de generar un proceso de democracia en la que impere la autonomía de pensamiento y se aproxime, hasta donde sea posible, a una visión no utópica pero sí ideal de una democracia participativa no tiránica.