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DICTADURA DEMOCRÁTICA VS DICTADURA SOCIALISTA

Me da cierto escalofrío cuando observo al presidente de Ucrania Volodímir Zelenski sonriendo mientras saluda de mano a los mandatarios de los países occidentales, haciendo lobby en cualquier cumbre de presidentes que se presente e invitando a voluntarios de todo el mundo a que se unan al flagelado ejército ucraniano.

Para justificar la interminable guerra que ha cobrado alrededor de 200.000 soldados  de lado y lado (aparte de los civiles), según Zelenski es para defender la democracia. Es decir, se trata de las sonrisas de la muerte, en el que la democracia adquiere tintes de dictadura cuando se trata de defender intereses políticos y económicos sin prestarle la más mínima atención a las funestas consecuencias humanas de la guerra.

A la propaganda idealista de la absurda defensa de la democracia se unen los medios de comunicación con el propósito de generar una imagen positiva hacia la población ignorante de que apoyar la guerra es apoyar una causa justa.

Por otro lado, Vladimir Putin representa una especie de demonio dictatorial que refleja la propaganda occidental, pero para los países orientales se trata simplemente de un gobernante democrático que ha sido injustamente incomprendido.

Putin se ve asimismo como un defensor de las libertades y para buena parte de la población oriental es un presidente elegido democráticamente tal cual lo hacen las otras democracias, ¿cuál es la diferencia? Que el concepto de libertad, nación y patria son diferentes.

Hasta el punto de que el congreso norteamericano prácticamente convirtió en delito el concepto de socialismo, muy parecido a la actitud del gobierno pakistaní que prohibió la palabra Jesucristo, ¿cuál es la diferencia?

La diferencia es que hay países que tienen dictaduras democráticas que se venden como el modelo de las libertades y otros países que tienen dictaduras socialistas que se venden como modelo de democracias.

GUERRA EN UCRANIA: LA NUEVA CORTINA DE HIERRO

Parece que la última palabra la tienen los países occidentales, lo que aprueben o desaprueben así lo aceptará o no sus respectivas poblaciones, esto, reforzado por los medios de comunicación que en su pretendida imparcialidad genera a veces confusión pero en última instancia logra convencer a los televidentes.

El sociólogo Manuel Castells considera que actualmente las redes sociales han limitado en cierto sentido el poder de los medios que mantienen el monopolio de la información.  

Pero, paradojas de las realidades políticas, las redes sociales han incrementado la manipulación de la información.

La guerra en Ucrania ha creado efectivamente una manera de discriminación. Y es que se informa a diario de vetos hacia los rusos en instituciones internacionales, como los deportistas, periodistas (aunque esté prohibido en las constituciones europeas), empresarios y un sinfín de sectores sociales y tecnológicos que han impuesto una nueva era de discriminación masiva.

¿Cuánto tiempo durará? Su impacto económico y social será a largo plazo, suponiendo con ello que la guerra termine.

Quizás algún día los países occidentales vuelvan a normalizar sus relaciones culturales, sociales, económicas y políticas con Rusia y sus aliados, pero el daño ya está hecho, y esta época pasará a la historia como una de las peores en discriminación social por parte de esas democracias que se jactan de ser libres, pero que en realidad siempre han discriminado, y esta vez han levantado una nueva cortina de hierro.

GUERRA EN UCRANIA ¿QUIÉN PODRÁ AGUANTAR MÁS LA RESPIRACIÓN?

Un submarino nuclear ruso asomándose en las aguas del mar Negro cual niño presumiendo su nuevo juguete. Joe Biden advirtiendo, amenazando y seguir advirtiendo cual adolescente estirando los brazos y vociferando contra su oponente.

Los otros, los chinos por un lado expresando su apoyo a Rusia, y por el otro lado los países europeos (occidentales) expresando el apoyo a Estados Unidos y a Ucrania cual niños azuzando la pelea en el patio de la escuela (porque aparentemente quieren mediar pero su efecto parece todo lo contrario).

En fin, estas actitudes infantiles no han servido para nada, a eso le llaman diplomacia, pero en el fondo es lo que los expertos llaman una medición de fuerzas tanto en el escenario político como en el terreno militar.

¿El resultado? La impaciencia de Putin esperando el compromiso de las potencias occidentales no de palabra sino de compromiso escrito sobre la no anexión a la OTAN de Ucrania lo ha “obligado” a reconocer la independencia de Donetsk y Luhansk.

Se parece tanto a lo sucedido con el dictador Sadam Husein, cuando después de tantos años de guerra contra Irán (8 años), sólo por hacerle el favor a los Estados Unidos de sabotear la revolución islámica iraní, se quedó sin recursos económicos, se quedó esperando la promesa de ayuda económica que nunca llegó y la impaciencia lo “obligó” a invadir a Kuwait iniciando así la llamada Guerra del Golfo Pérsico.

Pero esta vez se trata de la Federación de Rusia, nada más y nada menos que el país más extenso del mundo y considerada todavía una superpotencia militar.

Entonces llegan las medidas de un bloqueo económico, el asunto está en que entre Rusia y China más otros países aliados suman prácticamente la mitad del mundo, es decir, los países occidentales necesitan tanto de los orientales como los orientales de los occidentales.

Es un hecho que ambas economías se verían afectadas, un ejemplo claro es la decisión de Alemania de bloquear el flujo de gas natural. Es casi como suspender la respiración. El uno necesita los recursos naturales (Alemania), el otro necesita el dinero (Rusia), entonces, ¿quién podrá aguantar más la respiración?