VINCENT VAN GOGH NUNCA SE SUICIDÓ - Un revisionismo histórico a un genio incomprendido

       Tuvo que pasar un poco más de 100 años para que se descubriera que el genio pintor Van Gogh no se había suicidado ese fatídico día del 27 de julio de 1890. Y, como todo en su vida, fue un genio incomprendido hasta el mismo día de su muerte, en brazos de su hermano Theo. 

       Y es que más allá de su muerte la figura de Van Gogh ha llevado en la espalda el estigma de alguien débil, depresivo y tan frustrado por la casi nulas ventas de sus cuadros que unido al rechazo generalizado de las personas y vecinos que le rodeaban no pudo soportar más la imbecilidad e ignorancia de esa gente por tan prolongado tiempo que parecía que suicidarse era la salida alterna que le quedaba.

       Pero nada más lejos de la realidad, y es que para los que defendemos el fuerte carácter que tenía Van Gogh, el cual no le importaba el rechazo del mundo entero ni lo desanimaba la falta de ventas de sus cuadros. Porque seguía confiando en su talento de genio del arte y sentía una seguridad en sí mismo que pocos la tienen.

       El hecho es que la fácil respuesta de algunos historiadores es que se suicidó, alargando una especie de lástima hacia el genio incomprendido, como si necesitara de la lástima de los demás para valorar su arte. Van Gogh nunca necesitó de estos sentimientos de compasión absurda y política, más bien, siempre estuvo necesitado de dinero para darle continuidad a sus obras que requerían de gastos para los colores, los pinceles, para los lienzos y otros elementos fundamentales para plasmar todo su genio y creatividad que aún hoy día son muchos que no comprenden.

       Y es que si bien, como la envidia que corroe a toda sociedad, no falta el que siga cuestionando sobre el incidente que produjo su muerte, argumentando que es una simple teoría histórica como queriendo manchar la dignidad de tan ilustre del arte. A pesar de las nuevas pruebas presentadas por algunos investigadores en los últimos años en el sentido de que la muerte del gran Van Gogh fue producto de un disparo accidental producido por dos hermanos adolescentes René y Gaston Secrétan que jugaban ese día con pistola en mano.

       Si algo ha dejado como vestigio en sus cuadros, especialmente en las formas que le da a los colores en sus obras, y ese amarillo en su aproximación a la perfección de la abstracción del amarillo, es la fuerza para enfrentar todo tipo de obstáculos que es posible mantener a pesar de los dolores externos e internos, de las frustraciones y rechazos, porque inspira esa confianza que genera seguridad y mantiene también la dignidad.