LOS DERECHOS DE LA MUJER - MEDIA LUZ DE LA ILUSTRACIÓN


(Ensayo basado en el texto de la Dra. Adriana Terán)


       Las características del renacimiento a partir del siglo XV, aunque ha sido estudiado en sus aspectos sociales, políticos y económicos, y aunque ha tenido especial enfoque en el ámbito artístico, es poco o nada los aspectos del renacimiento sobre las acciones, escritos políticos y actividades desde el pensamiento de las mujeres, y esto, desde la perspectiva de la ilustración.

        La época de la ilustración, con todos los avances del conocimiento que representó, ha silenciado la voz de las mujeres. Es por ello, la importancia de esa media luz que le hace falta a la revisión histórica, sobre las condiciones sociales que vivían las mujeres y el ámbito político, económico y cultual en donde se movían.


       La reflexión, de acuerdo al texto los derechos de la mujer media luz de la ilustración de la Dra. Terán se centraría en las siguientes preguntas: ¿Las mujeres se auto marginaron de los hechos revolucionarios artísticos y arquitectónicos? ¿En qué contexto social las mujeres (tanto de las clases altas como las de clase baja) accedieron a las limitaciones de su participación en los diferentes ámbitos culturales? ¿Cuál fue el pensamiento político de las mujeres en la época de la ilustración? ¿Cómo eran las lógicas de las relaciones de poder entre los hombres y las mujeres? ¿Es posible comprender el pensamiento de las ideas e imaginarios en la época de la ilustración? 

       El acceso al conocimiento fue una de las principales limitaciones que tuvieron que enfrentar las mujeres, pues, a falta de información, menor su participación política y menos aún en su influencia para las políticas de Estado en asuntos económicos. Y es por ello que se vieron en la necesidad de obtener un conocimiento alterno, concepto importante en el texto que, para la época de la ilustración, tuvo una significación de carácter combativo para hacer valer, de alguna manera, sus pensamientos políticos y culturales.

       Para una aproximación explicativa del silencio de las mujeres se puede apreciar en la siguiente interpretación: “Sin embargo, el hecho de que se publicase su obra anónimamente, y de conocer que entre los intelectuales se ensalzaba la figura de Rousseau, quien proponía que la mujer debía mantenerse en el lugar que le correspondía, que era el hogar, y en consecuencia que el cultivo del intelecto era pernicioso para ellas, nos orienta a pensar que la situación de la mujer alemana no era mejor que la que tenía en el resto del mundo” (pág. 08 del texto)

       Respecto a la reflexión cabe preguntar… ¿Es válido considerar que era necesario pedirle permiso a los hombres? Instituciones como el Consejo de la Sociedad Económica Matritense de Amigos del País, o lideresas como Josefa Amar, constituían una especie de liberación de salida de la ignorancia a los conocimientos de la ilustración.

       Esto se mostró en “los rastros de ilustración femenina, en la sociedad de Nueva España ya constituida para el XVIII, se hallaban sobre todo en las mujeres de la clase que podía acceder a la cultura y educación, y aunque estos conocimientos tenían de por sí una manipulación con respectos a los géneros, representaba la posibilidad de motivar a las mujeres a ir más allá de lo que era asignado a su feminidad” (pág. 18 del texto)

       Además que “la ilustración como movimiento ideológico permeó de manera distinta en cada uno de los territorios en los que se desenvolvió. En España y en sus colonias, la ilustración en materia política llego tardíamente, aunque las exigencias económicas del mundo hicieron que la Corona abriese sus mercados e impulsara su industrialización a fines del siglo XVIII, acudiendo con ello a la mano de obra femenina, lo cual representó un factor que cambió la vida de algunas mujeres, aunque no precisamente para abrir su panorama, sino para incluirlas en una maquinaria económica que las dejaba sumidas en el mismo esquema cultural basado en la religión cristiana que exigía la sumisión, entrega y dedicación absoluta en el cuidado del hogar, del marido y los hijos. La jornada se transformó en doble, en la del trabajo y en la de casa, circunstancia que hoy es cotidiana” (pág. 22 del texto).

       Se pueden analizar varios aspectos de los párrafos descritos en el texto, la primera es la verdad histórica del silencio de las mujeres, independientemente del contexto cultural que haya representado en Europa occidental la ilustración, ésta poco afectó a las libertades de las mujeres en el ámbito político, especialmente respecto a las expresiones como parte activa de la sociedad.

       En segundo término, son las históricas atribuciones que ha tenido las mujeres con relación a su pape en las sociedades como portadoras de los estándares de todo lo que representa el cuidado de los niños en cuanto al hogar, la educación, entre otros referentes concedidos especialmente para ellas, esto, visto como una injusticia desde la perspectiva de género, ya que siempre han sido imitadas para otros tipos de actividades de carácter social o político.

       Y finalmente, se puede considerar que “son muchos, y más a últimas fechas, los estudios realizados para reflexionar en torno a los motivos por los que la mujer ha quedado marginada en la historiografía de los acontecimientos pasados que son considerados hitos en el devenir humano en general” (pág. 5 del texto).

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