La Historia nos muestra
los casos de la Revolución Francesa en el siglo XVIII, La Revolución Rusa en el
siglo XX, y la más reciente llamada Primavera Árabe. En todas ellas hay un
común denominador, y ha sido la determinación de los pueblos para enfrentar a
los regímenes opresores, dispuestos a morir si es necesario, en algunas
ocasiones con la complicidad de algún sector castrense que llegan a compartir el
malestar general de la población.
Aunque muchos analistas
auguran que el mandato de Maduro no durará más allá de seis meses dada la
complejidad de la corrupción administrativa y el rechazo masivo de los
ciudadanos venezolanos. Generalmente, en una revolución, hay muchísima sangre
derramada, dada la confrontación con las fuerzas armadas que sostienen al
régimen.
La pregunta es, ¿estará
dispuesta la población venezolana a derramar sangre? ¿A enfrentar la fuerza
armada del país? Todo depende del grado de ira que tenga la ciudadanía, ya va
un poco más de cien muertos en las diferentes protestas a lo largo y ancho del
país, ¿será suficiente?
El gobierno de EEUU
amenaza con una posible suspensión en la importación de petróleo venezolano, y
la gente de a pie será la que más sufra el rigor del aumento de la crisis
económica, supone que si se hace real la amenaza, entonces la ira del pueblo se
desbordará ¿y entonces? Hay quienes aseguran que podría convertirse en una
especie de Siria, es poco probable, pues, el consejo de seguridad de la ONU
podría tomar cartas en el asunto.
Lo que se puede hacer
frente a la dictadura de Maduro es no desmayar en las manifestaciones
callejeras, y pararse de frente al palacio de gobierno, día y noche, como lo
hizo en algún momento la población egipcia, hasta que el dictador, tirano, despótico
y opresor, caiga como han caído los dictadores, por más amenazas que haga, por
más que intente mantenerse en el poder, un día caerá Maduro, si hay una determinación de la
población como la hubo en otras épocas.