Alguien en algún momento mencionaba que el ELN no lo tomaban en cuenta
por una simple razón, históricamente las plantaciones de coca no ha sido para
este grupo una prioridad en términos militares y políticos, por un lado. Por
otro lado, después de la operación Anorí en la década de 1970 por parte
de las fuerzas militares de Colombia, se dice que fue disminuido
sustancialmente.
Tanto fue su
debilitamiento militar, que Carlos Castaño, el máximo jefe de las AUC en su
momento, se refería a este grupo subversivo de manera despectiva. Igual sucede
para el gobierno de los Estados Unidos, o mejor dicho, que para los presidentes
que han pasado por la Casa Blanca, este grupo no ha representado una mayor
amenaza para la región. De hecho, algún columnista mencionó algo así como que, dentro
de la rara y contradictoria ideología política de este grupo guerrillero,
que se supone tiene como referente la revolución Cubana, es que el ELN quiere una revolución sin
guerra, algo así como, una guerra sin guerra.
Y parece que esa
percepción es generalizada por la población general, al que le ha sido
indiferente las negociaciones que se llevan a cabo en Ecuador exceptuando
algunos académicos y columnistas (como siempre sucede), dicen que en las
instalaciones de una hacienda de jesuitas está la mesa de negociaciones.
Porque, para rematar, después de los sucedido con el cura Camilo Torres, ha
tenido el aura de ser una especie de guerrilla de la militancia católica.
Una rara especie de grupo subversivo pasivo.
Ahora, ¿qué significa que
se minimice en sus mínimas proporciones las negociaciones que se están
llevando a cabo en Ecuador? La respuesta se puede resumir en dos factores,
primero, la ignorancia histórica que se tiene de los hechos terroristas del
grupo subversivo en Colombia y en la región andina en términos generales, y
segundo, porque no ha sido tema de ningún partido político.
¿Qué pasaría si se
convirtiera en tema político como se hizo en el caso de las FARC, o como se
hace en el caso de las FARC? ¿Qué tienen las FARC que no tenga el ELN para que
el asunto pase a un segundo renglón? Es como si se hiciera una distinción entre
el grupo terrorista ISIS y Al Qaeda.
Generalmente, cuando
sucede ese tipo de diferenciación para algún partido político o para algún
gobierno, es que existe un interés o una conveniencia detrás de todo, como
cuando los gobiernos de EEUU pasan por alto los contrabandistas de armas o
dictadores precisamente porque les sirve para sus conveniencias e intereses
políticos, y, en el caso de la sociedad, me indica que existe una doble moral.