Ponencia:
CEMENTERIO
DE LOS GRINGOS
LA
ÚLTIMA FRONTERA DE ANTIOQUIA
Análisis
al nordeste de la frontera minera antioqueña
(1850-1950)
Autor:
Norberto Molina Guerrero
Historiador – Universidad de Antioquia
Especialización en Derechos Humanos – Universidad
del País Vasco
Colombia
2015
INTRODUCCIÓN
Esta ponencia es fruto de
una investigación basada en un cementerio de foráneos ubicado en el nordeste
antioqueño que es desconocido para la humanidad, pero que para la comunidad
local es todo un referente y que los pobladores denominan con cariño “El
Cementerio de los Gringos”.
Importante este escenario
porque precisamente traspasa ese pequeño rincón cuando en el proceso de
investigación se hace mención de la compañía Frontino Gold Mines y se torna en
un contexto de carácter nacional, en el que las decisiones de gobierno se
vieron influenciados de alguna manera por las grandes compañías a lo largo del siglo XIX y XX, y los efectos
socio-políticos que tuvo ese cementerio frente a esa subregión de Antioquia.
CEMENTERIO DE LOS GRINGOS
LA ÚLTIMA FRONTERA DE
ANTIOQUIA
Análisis al nordeste de
la frontera minera antioqueña
(1850-1950)
Para el ámbito de la
historiografía sobre los extranjeros en Colombia y las fronteras internas es
necesario ampliar y extender los estudios con base en el legado histórico,
cultural, ideológico, político y social que ha representado la presencia de
foráneos en el país y esto se logra mediante los detalles que en algunas
ocasiones no son tenidos en cuenta por múltiples razones sea de tipo geográfico
o por simple desconocimiento. Con relación a las fronteras internas, existen
territorios de difícil acceso que tienen una riqueza inmaterial y tradicional
que han pervivido a las vicisitudes de factores como la violencia y los cambios
de la sociedad que aportan a la construcción de nación.
El protagonismo que la
minería tuvo durante el desarrollo económico de Antioquia significó la
movilidad de nuevos actores sociales, nuevas transformaciones espaciales y territoriales y las bases para
un cambio de paradigma de relaciones culturales. Esto lo demuestra cuando se
fundó poblaciones que crecieron demográficamente con relativa aceleración,
además de las comunicaciones y las estructuras de acceso al interior de
fronteras apenas exploradas.
Finalmente, el estudio
refleja el impacto que este cementerio pueda tener en la historia y la
arquitectura del Nordeste antioqueño en el marco de la historia de la minería
en Colombia. Si bien es una investigación aún en construcción, el ensayo es el
inicio de un análisis profundo al nordeste de la frontera minera antioqueña.
CULTURA, SOCIEDAD Y
TRANSFORMACIÓN ESPACIAL DE LOS CEMENTERIOS EN COLOMBIA
La construcción de los cementerios en el
país dio su origen a una forma particular de representación (Instituto Distrital de Cultura y Turismo
2004: 38), esto se reflejó en primer lugar en la jerarquización de los lugares de
entierro, en el significado de las ceremonias litúrgicas y en la arquitectura de los mausoleos. “De esta
manera, el cementerio del siglo XIX, entendido como un gran globo de terreno (…) se
convertía en un lugar sectorizado según la índole social de los difuntos (Inst. Distrital de Cultura y Turismo
2004: 39).”
Los muertos anónimos (Inst. Distrital de Cultura y Turismo
2004: 53), que no son precisamente n. n., han conferido, a través de los años, un
significado a las relaciones de la sociedad rural y urbana con la muerte, esto
es, que el sentido de los cementerios depende de las perspectivas de las
comunidades que los rodean, pues finalmente hacen parte de la vida cotidiana.
En Colombia los cementerios fueron
construidos en el siglo XIX como parte de una política de salubridad pública (Oscar Iván Calvo Isaza 1998: N. R.) que consistía
básicamente en separar el espacio en el cual habitaban los vivos del lugar
donde descansaban los muertos. Desde la época de la conquista hasta entonces,
los cadáveres habían sido enterrados en las iglesias y conventos, por eso la
principal característica del camposanto fue precisamente encontrarse fuera del
área urbana.
Los cambios físicos y espaciales
producidos por las tumbas a lo largo del siglo XIX y XX fueron cambiando en la
medida que cambiaban las concepciones respecto a la higiene, y la manera de
concebir los lugares más adecuados para los entierros. En ese aspecto,
para el caso del Cementerio de los Gringos, no se le puede considerar un
cementerio olvidado, ya que es un referente de carácter antropológico y
sociológico para la comunidad local que rodea el territorio del cementerio.
La
comunidad del barrio El Hueso, que divide los municipios de Remedios y Segovia
no fijan su pensamiento en tales
límites, pues ellos piensan en el cuidado del cementerio ya que en cierta
manera, una historia de los barrios es una expresión de crecimiento y
transformación espacial, económica y cultural; como unidad mínima de sentido
urbano (Germán Ferro Medina 2010: 182). En
este sentido, El Cementerio de los Gringos es una unidad socio-espacial cuya
historia y significado están ligados a la comunidad local. Una a otra se
retroalimentan en la profunda dinámica sistémica y metonímica (Germán Ferro Medina 2010: 182) entre los pobladores y el contexto social del
cementerio.
La idea de cómo se concebía una
fundación y una organización de los hospitales se puede ver en un caso de
Cartagena con el “(…) hospital del Espíritu Santo, en la isla de Getsemaní.
Como era el barrio pobre de la ciudad fue campo muy a propósito para el ejercicio de la caridad,
a la que por vocación estaban consagrados aquellos hombres. Además de las
instalaciones, más o menos a propósito para las necesidades del hospital, a
edificación contaba con una modesta capilla, en la que los religiosos atendían
enfermos y gentes de la vecindad en las cosas del espíritu. Difícil, para una
ciudad incipiente, darse el lujo de poseer tres hospitales: el de San
Sebastián, éste del Espíritu Santo y otro, el de San Lázaro, que ya existía al
pie de la Popa, para atender a los leprosos, fundado en 1608 y 1610 (…) (Tulio Aristizábal S. J. 1998: 119).
La representación política, social y
religiosa de los enterramientos provienen de España (Maximiliano Fernández Fernández 2009: en
línea), ya que las ceremonias de los
cementerios católicos, también llamados “camposantos” o “campos de la verdad”
tenían cierta exclusividad, mientras que los cementerios civiles, “neutros”,
“laicos” o “corralillos”, como fueron llamados por el pueblo llano en
consideración a la mala calidad y conservación de sus construcciones, han sido
el símbolo de la dificultad e imposibilidad individual y pública de una vida
civil, símbolo de la disidencia con la mayoría católica.
Identificando laicidad y civilidad,
refuerza la idea de la singularidad hispánica y nuestra “(…) al parecer,
incurable impotencia para la laicidad y, por lo tanto, para la civilidad. (Maximiliano Fernández Fernández 2009: en
línea)
LAS FRONTERAS DE ANTIOQUIA
Las
fronteras no sólo son externas en el sentido territorial - jurisdiccional, sino
también que existen fronteras internas de carácter espacial y social. Esto es,
para esta investigación, que municipios de Antioquia como Remedios y Segovia
comparten un territorio y un espacio común al compartir frontera con el
Cementerio de los Gringos gracias al referente que los pobladores locales, los
que rodean el lugar, lo hacen parte integrante de la vida cotidiana.
‘‘Frontera’ es un concepto
multidimensional: engloba muchos significados desde muchos enfoques. Derivado
de frente en el sentido de ‘tierra que está en frente de otra’ y de ahí ‘límite
entre dos territorios (…) (Ricard Zapata-Barrero 2012: 44). ’’ Al
igual que el concepto de región (para este caso el nordeste antioqueño) existen
unos vínculos básicos en torno a la noción que ayudan a formar su núcleo
conceptual. La frontera está muy vinculada al Estado, al territorio y a la
comunidad.
Dado que la frontera es
una “noción funcional”(Ricard Zapata-Barrero 2012: 51), esta característica
ayuda a comprender el dinamismo que ha rodeado el Cementerio de los Gringos
desde sus orígenes finalizando el siglo XIX y en la segunda mitad del siglo XX
es aquí que cobra un significado diferente en tanto que categoría social y
cultural. Esto significa que no puede definirse la frontera sin señalar las
funciones que cumple. Esto indica, que en vez de aludir a las nociones de
frontera-seguridad y frontera-protección, la frontera interna para este caso, y
aplicando la tesis de J. Rawls (Ricard Zapata-Barrero 2012: 51) en el sentido que el
estado de naturaleza sobre el que se fundamenta el contractualismo clásico es
un Estado-sin-fronteras sería en un estado comunitario que trasciende culturas.
En términos generales, para Rousseau (Ricard Zapata-Barrero 2012: 51) este Estado sin
fronteras es el ideal. Aquí se basa el ideal romántico de un mundo sin
fronteras. Para la teoría liberal, la primera frontera no es tanto la
colectiva, la que se traza en una comunidad, sino individual.
EL NORDESTE ANTIOQUEÑO, LA FRONTINO GOLD MINES
Y EL CEMENTERIO DE LOS GRINGOS
La principal característica de la
colonización del nordeste fue el establecimiento de minas de oro, pues, cuando
los británicos entraron en 1852 echaron las bases para crear el municipio de
Segovia (Leonardo Isaza
Guardia 2015: 61). Pero, a diferencia de otras zonas mineras en el que los llamados
mazamorreros, aquellas personas que laboraban de manera individual la minería
durante el siglo XIX eran los que laboraban en las minas. En esa área en
particular, se dio inicio a una minería de gran envergadura, pues, se trataba
de mina de veta en el que es necesario un complejo sistema tecnológico.
Es en este contexto que nació el
municipio de Segovia, pues, “Mientras que Segovia, municipio que se desprende
de Remedios, presenta un primer poblamiento en 1865, a partir de colonización
espontánea de personas procedentes de Remedios que se consolida con la llegada
en 1868 de la Compañía Francesa de Segovia, primera empresa minera extranjera”
(Vladimir Melo Moreno y Ronald Villamil
Carvajal 2015: en línea).
Es por ello que se considera que desde
la fundación de Segovia en 1869, “la razón de ser de poblado fue, ha sido y
será la compañía Frontino Gold Mines, pues alrededor de ésta se han movido, se
mueven y se moverán muchísimos intereses.” (Leonardo Isaza Guardia 2015: 60). Aunque el 21 de abril de
1852 se constituyó la Compañía de Minas de la Nueva Granada, sociedad inglesa
radicada en Londres (Leonardo Isaza
Guardia 2015: 56). Fue en 1931 cuando la
Marmajito Mine Limited y la Frontino y Bolivia Limitada se fusionaron y
formaron la famosa Frontino Gold Mines Limited, administrada hasta 1956 por los
ingleses (Juan José Hoyos 2015: en línea).
Para la historia del municipio de
Segovia, “la compañía Frontino Gold Mines constituye el patrimonio más grande
que tiene el municipio de Segovia: Es patrimonio histórico, pues la historia de
la localidad nace, precisamente, con la creación de la empresa; es patrimonio
económico porque a su alrededor se mueven una cantidad de rubros e intereses;
es patrimonio industrial porque de allí salieron las ideas que han permitido el
desarrollo de los medianos y pequeños mineros; es patrimonio arquitectónico no
sólo por el asombro que nos produce su infraestructura industrial, sino por el
complejo habitacional amplio, cómodo y funcional; y es patrimonio cultural
porque además de aportarnos la cultura de la minería (…)”(Leonardo Isaza
Guardia 2015: 63).
La organización espacial
del Cementerio de los Gringos está sujeta al contexto cultural convirtiéndose
así en un escenario en el que se reflejan las diferencias sociales
particulares. Las personas viven con los muertos en una relación que varía
entre la simple cercanía de sus sitios de residencia o trabajo con el
cementerio y las visitas a sus tumbas.
Hay que recordar, para este caso, que el
Cementerio de los Gringos (ubicado en el barrio que los pobladores denominan
Los Huesos) también tiene la capacidad de producir memoria colectiva y, por lo
tanto su organización espacial se encuentra atravesada por distintas relaciones
de poder. “Así, es posible observar cómo se privilegia el recuerdo de los
grupos sociales que ostentan mayor prestigio social o poder económico, por lo
general ubicando sus tumbas en zonas privilegiadas del cementerio como el
camino central. Este proceso se puede entender como una puesta en escena del
espacio del cementerio, que sirve de trasfondo a las prácticas que se desarrollan en él.” (Juan Camilo González 2006: 271).
Una de las características del
Cementerio de los Gringos es la apropiación del espacio sin necesidad de entrar
en conflicto alguno con la antigua compañía Frontino Gold Mines, pues, se ha
convertido en un referente geográfico y social para la población local tan
íntimo, que la misma comunidad ha tomado iniciativa en cuidar dichos predios.
Es posible establecer el origen del
Cementerio de los Gringos para la misma fecha de la fundación de la Frontino
Gold Mines, pues, las dificultades geográficas hacían necesario un campo santo
para los funcionarios extranjeros. Esto significa que el cementerio inició a
mediados del siglo XIX, aproximadamente en el año de 1852 (Leonardo Isaza
Guardia 2015: 61),
época en que entraron los ingleses en territorio antioqueño.
Es entonces cuando el territorio
designado para el cementerio se convirtió en un espacio de memoria histórica,
urbana, paisajística, arquitectónica, y, hasta cierto grado, en un referente
religioso y cultural. En otras palabras, el Cementerio de los Gringos pasó a
convertirse en un espacio antropológico. Un recinto arqueológico. Un referente
urbano. Un fragmento de nuestra memoria ciudadana (Catalina Velásquez Parra 2002: 19), y en una amalgama de identidad duradera del
acontecer local y regional.
El Cementerio de los Gringos está
ubicado en el barrio Los Huesos, en límites de los municipios de Remedios y
Segovia, región del nordeste antioqueño. Inicialmente el cementerio tenía una
extensión aproximadamente de 200 metros cuadrados, realmente se trataba de un
campo santo pequeño, pues, básicamente estaba fundado para los directivos de la
Frontino Gold Mines.
Ovidio Sepúlveda Muñoz, en entrevista
concedida el 03 de marzo de 2015, asegura que “(…) los de la pesada tenían su
área restringida que esta que estamos viendo aquí (un muro que encierra cuatro
tumbas) los demás lo enterraban así alrededor de todas partes (…)”. Como
anécdota, Julio César Santana, un jubilado de la compañía Frontino, cuenta que
Míster Saint, un gerente administrativo, se suicidó con cianuro por problemas
familiares y fue enterrado en el Cementerio de los Gringos.
Caracterizando el cementerio, según el profesor
jubilado Gabriel Ángel López Velásquez, en una entrevista efectuada el 03 de
marzo de 2015 dice, que el…
“(…) cementerio era
exclusivo para los altos empleados de la Frontino Gold Mines Limited que laboraban en la administración, y casi
todos eran británicos, hay solamente un italiano y coincidencialmente un
colombiano (…) la gran mayoría de muertos no tenían dolientes, hacia 1971 fue
enterrado el señor JM Adanson (…) él era católico (se hizo) una procesión… (Y)
vinieron muchos carros (…) ¡eso fue un suceso para alquilar balcón! (…) el
cementerio es conocido como el cementerio de los gringos, pero también es
conocido como (…) el alto de las tumbas (…) la época en que estuvieron los
ingleses acá, quien moría, para llevarlo a Londres, era un lío, porque no eran
los viajes habituales o así como los que
hay hoy en día. Entonces para llevarlo de aquí de Segovia o Remedios a Londres,
tenían que llevarlo por el río Nechí, caía al Cauca, del Cauca a Magdalena,
Magdalena - Bocas del Ceniza, y de ahí por el Atlántico en barco para llevarlo
a Inglaterra, o en su defecto por la vía Guacharacas a Puerto Berrío, entonces
también por el río Magdalena bajaba a Barranquilla. Hay aproximadamente unas 20
tumbas (…) morían por causas naturales
(…) por fiebres, por malaria (…) más que todo fue por el clima mal sano (…) eso
era minas y a la vez eran fincas (…) esto era un complejo (…) la primera
empresa que trajo la energía eléctrica al nordeste fue la frontino Gold Mines
Limited (…) la empresa tenía su propia moneda (…) era un Estado dentro de esta
región (…) era un enclave (…)”.
CONCLUSIONES
-
El Cementerio de los
Gringos es un cementerio rural, en la mayoría de los casos no hubo prácticas
rituales, es importante resaltar que nunca se presentó choque cultural.
-
Los muertos en
cementerios urbanos colombianos, tanto regional y social, y por la extensión de
sus ciclos de culto construyen un espacio simbólico de apropiación en el
territorio nacional, articulando su diversidad y su unidad. Este mismo sentido
tiene relación con el estatus de la posición que cada uno ocupa frente a los
demás personajes de este conjunto abierto, y también por su perfil
contrastante, rival y complementario.
-
El Cementerio de los
gringos podrá ser anónimo para muchas personas menos para la población local,
pues para la comunidad es un referente geográfico y cultural, porque confluyen
la identidad, la memoria y la cosmovisión que subyace en la minería que a la
vez constituye el fondo histórico del cementerio teniendo a la compañía
Frontino Gold Mines como núcleo referente en el que se combina simultáneamente
la huella, exclusión, exclusividad, grandeza, vanidad, posición social,
familia, status, amistad, soledad, misterio, dolor, consuelo, despedida y
gratitud.
FUENTES DOCUMENTALES Y BIBLIOGRÁFICAS
Aristizábal S. J. Tulio, Iglesias, conventos y hospitales en Cartagena
colonial, Banco de la República, Bogotá, 1998.
Calvo Isaza, Oscar Iván, El Cementerio Central: Bogotá, la vida urbana y
la muerte, TM Editorial, Colombia, 1998.
Cirlot, Juan Eduardo, Diccionario de Símbolos, colección Labor,
España, 1992.
Chevalier, Jean, Diccionario de los símbolos, Herder, Barcelona, 1986.
Ferro Medina, Germán, “Guía de observación etnográfica y valoración
cultural a un barrio.” En: Apuntes. Vol. 23, No. 02, Bogotá,
julio-diciembre de 2010.
González, Juan Camilo et all, “Cementerios en el altiplano cundiboyacense”,
en: Historia Crítica, No. 32, Bogotá, julio-diciembre de 2006, pág. 271
Instituto Distrital de Cultura y Turismo, Las ciudades y los muertos,
cementerios de América Latina, Panamericana formas e impresos S. A.,
Bogotá, 2004.
Isaza Guardia, Leonardo, Monografía de Segovia, Cooimpresos,
Medellín, 2015.
Velásquez Parra, Catalina (directora), Cementerio de San Pedro: El rito
de la memoria, IDEA, Medellín, 2002.
Zapata-Barrero, Ricard, “Teoría política de la frontera y la movilidad
humana”, en: Revista española de ciencia política, No. 29, España, julio de 2012.
ENTREVISTAS EN TRABAJO DE CAMPO:
Gabriel Ángel López
Velásquez – Profesor jubilado habitante del barrio el Hueso, municipio de
Segovia –Antioquia (Colombia).
Ovidio
Sepúlveda Muñoz – Habitante del barrio el Hueso, municipio de Segovia
–Antioquia (Colombia).
Julio
César Santana – Empleado jubilado de la compañía Frontino Gold Mines Limited,
habitante del municipio de Segovia – Antioquia (Colombia).
Cibergrafía:
Fernández Fernández, Maximiliano (2009): “Los
cementerios civiles”. En:
[http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=129412636023](10 de abril de 2015)
Vladimir Melo Moreno y Ronald Villamil Carvajal
(2015): “La desarticulación territorial del alto nordeste antioqueño”.
En: [http://www.centrodememoriahistorica.gov.co/micrositios/segoviaRemedios/index.php/contexto/41-la-desarticulacion-territorial-del-alto-nordeste-antioqueno.html](22
de mayo de 2015)”
Hoyos, Juan José. (2015): “Dios y el diablo en la
tierra del oro”. En: [http://www.semana.com/edicion-30-anos/articulo/dios-diablo-tierra-del-oro/263448-3]
(22 de mayo de 2015)