QUÉ SE PUEDE HACER FRENTE A LA DICTADURA DE NICOLÁS MADURO



       La Historia nos muestra los casos de la Revolución Francesa en el siglo XVIII, La Revolución Rusa en el siglo XX, y la más reciente llamada Primavera Árabe. En todas ellas hay un común denominador, y ha sido la determinación de los pueblos para enfrentar a los regímenes opresores, dispuestos a morir si es necesario, en algunas ocasiones con la complicidad de algún sector castrense que llegan a compartir el malestar general de la población.

       Aunque muchos analistas auguran que el mandato de Maduro no durará más allá de seis meses dada la complejidad de la corrupción administrativa y el rechazo masivo de los ciudadanos venezolanos. Generalmente, en una revolución, hay muchísima sangre derramada, dada la confrontación con las fuerzas armadas que sostienen al régimen.

       La pregunta es, ¿estará dispuesta la población venezolana a derramar sangre? ¿A enfrentar la fuerza armada del país? Todo depende del grado de ira que tenga la ciudadanía, ya va un poco más de cien muertos en las diferentes protestas a lo largo y ancho del país, ¿será suficiente?

       El gobierno de EEUU amenaza con una posible suspensión en la importación de petróleo venezolano, y la gente de a pie será la que más sufra el rigor del aumento de la crisis económica, supone que si se hace real la amenaza, entonces la ira del pueblo se desbordará ¿y entonces? Hay quienes aseguran que podría convertirse en una especie de Siria, es poco probable, pues, el consejo de seguridad de la ONU podría tomar cartas en el asunto.

       Lo que se puede hacer frente a la dictadura de Maduro es no desmayar en las manifestaciones callejeras, y pararse de frente al palacio de gobierno, día y noche, como lo hizo en algún momento la población egipcia, hasta que el dictador, tirano, despótico y opresor, caiga como han caído los dictadores, por más amenazas que haga, por más que intente mantenerse en el poder, un día caerá Maduro, si hay una determinación de la población como la hubo en otras épocas.

       

QUIÉN ES MÁS TERRORISTA

Aquellos terroristas que desean la muerte de los terroristas o los mismos terroristas.

Aquellos terroristas que atentan contra la población civil o los terroristas que atentan contra la fuerza pública.

Aquellos terroristas que profesan el cristianismo o los terroristas que profesan el islamismo.

Aquellos terroristas que creen que con el terror acaban el terrorismo, o aquellos que piensan que el terror hay que combatirlo con terrorismo.

Aquel terrorista soy yo o el terrorista es el otro.

Aquellos que pretenden imponer su propia verdad o aquellos que imponen su propia voluntad.

Aquellos que acusan de terrorismo o los que son legalmente terroristas.

Aquellos terroristas que perjudican físicamente la integridad de las personas o aquellos que perjudican moralmente la integridad de las personas.

Aquel que genera temor en una persona o los que generan temor en una comunidad.

Aquel que se imagina el terrorismo o el que se imagina a los terroristas.

Aquel que se inventa los enemigos o los que desconfían por inventarse un mundo terrorista.

Los que creen que el terrorismo es una realidad o los que creen que es imaginación.



LOS DOCENTES DE COLOMBIA SE ENFRENTAN A UN MONSTRUO


       Existe el rumor de pasillo que el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, cuando era candidato a su primer periodo presidencial,  las grandes firmas internacionales le habían obligado a firmar una serie de compromisos que limitarían sus programas sociales una vez llegara  a la presidencia. Así que me inquietaba el hecho que Brasil, siendo la potencia económica de América Latina, se viera bastante afectado por la incidencia de los holding, si esto era así, entonces, ¿qué se podría esperar de los demás países con mucho menor capacidad financiera y peso político como Colombia por ejemplo?

       Esta situación lo traigo al recuerdo por lo que está aconteciendo en Colombia, se trata de uno de los paros de maestros más prolongados de los últimos años, y la razón fundamental no es el salario, que supone debería ser el motivo del paro nacional, sino que tiene que ver con solicitar mayores aportes al sistema participativo en la educación, y ello contempla atender necesidades de otra índole como la alimentación para los niños, arreglo de la infraestructura educativa como mejoras de los colegios, ampliación de salones, herramientas educativas, tecnologías de la información y tantos otros recursos que se necesitan.

       He ahí el problema. Los profesores no se están enfrentando al presidente Santos ni a la ministra de educación, se están enfrentando nada más y nada menos que al famoso Fondo Monetario Internacional y, como dirían los caricaturistas, sus compinches, que son el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo.

       No sólo estas entidades ejercen presiones sobres los jefes de Estado en América Latina, sino también, hay que sumarle las firmas de inversión más grandes del mundo como Allianz Global Investors o JP Morgan que sino controlan los gobiernos, sí ejercen una influencia decisiva a la hora de tomar medidas de políticas económicas.

       Así que los docentes de Colombia se están enfrentando a un monstruo, y aunque las organizaciones sindicales han hecho llamados invitando a la sociedad a participar del paro, la respuesta ha sido como de costumbre tibia, por no decir fría, frente a las expectativas y resultados que se puedan generar de las negociaciones entre los maestros y el gobierno colombiano.

       Si Santos sigue reiterando que no hay dinero para suplir las peticiones, es simplemente porque sigue lineamientos de las entidades externas por efectos de riesgos financieros, o, como lo diría algún experto economista, para evitar una hipotética quiebracracia, es decir, que el Estado deba intervenir cuando las entidades financieras entran en crisis.


       ¿Será una utopía lo que persiguen los maestros? Una utopía socialista, dirían los neoliberales, una utopía capitalista, dirían los socialistas.

YA ES HORA DE LA PRIMAVERA RUSA



       Estoy de acuerdo que en Rusia, al igual que algunas naciones del Oriente Medio, la democracia es más bien un eufemismo político, ya que en realidad  nunca ha existido, y como ejemplo cabe recordar la larga tradición histórica de los zares en la madre Rusia.

       Las transformaciones que se iniciaron a principios del siglo XX, con la implantación de un parlamento de parte de Nicolás II, a manera de gesto hacia su pueblo, y luego, con otras transformaciones sociales, esta vez violentas, como la Revolución Rusa en 1917, y por último, después de la disolución de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) el 25 de diciembre de 1991con la renuncia oficial de Mijaíl Gorbachov, a pesar de todo ello, la democracia no ha sido parte de la mentalidad del pueblo ruso.

       Prueba de ello es la dictadura, disfrazada de democracia, con el actual presidente de Rusia, Vladimir Putin, que si bien, ha logrado mantener cierta estabilidad económica en el país, ha faltado lo más importante para una sociedad, es a saber, la libertad en términos sociales, políticos y culturales.

       Aunque las represiones se han traducido en asesinatos de líderes políticos y periodistas, y personas consideradas enemigos del Estado, también se hecho exposición de la brutalidad policial con los choques en las diferentes marchas populares que han ocurrido en los últimos años. Además, a pesar de la evidente ola de corrupción en su gobierno, esto no le ha impedido a Putin mantenerse en el poder, ¿y esto por qué?

       Los medios de comunicación han sido  fundamentales para mostrar siempre la cara amable de Putin como elemento indispensable para el buen funcionamiento del Estado, ¿y la primavera rusa?     

       Por momentos pareciera que la población juvenil motivara a un cambio político, o que la sociedad presionara a unas elecciones sin ningún tipo de parcialización o de manipulación por parte del gobierno para así lograr un cambio, pero no, todo indica que la primavera rusa demorará un poco más, pero tarde que temprano, esa juventud rebelde cambiará su mentalidad y se hará sentir, y actuará para que se haga realidad esa democracia que parece una ilusión.





BREVE HISTORIA DE ANTIOQUIA FEDERAL

      
       El secretario plenipotenciario, vocero oficial y asesor histórico de los gobiernos antioqueños José Manuel Restrepo (acompañado de Juan del Corral), a principios del siglo XIX, tenían claro que Antioquia debía propugnar por un gobierno federal y autónomo, como diría algún politólogo, un gobierno descentralizado.

       Las razones que esgrimieron las diferentes provincias que defendían la federalización en la Nueva Granada, era básicamente seguir los pasos del sistema de gobierno del naciente Estados Unidos de América, ciñéndose a su fórmula judicial, militar y legislativo. La idea de que era la mejor manera de defender los pueblos americanos de las tropas francesas, y que mantenían una supuesta fidelidad al rey Fernando VII, no pasaron de ser excusas políticas, el hecho es que Antioquia estuvo presente en los debates políticos, y aún, en las guerras fratricidas de la década de 1810 para defender firmemente la anhelada Antioquia federal.

       Los tiempos cambiaron, los procesos históricos concibieron finalmente la república de Colombia como una nación centralizada, y que fue consolidada a principios del siglo XX, después de tantas vicisitudes, conflictos bélicos, y especialmente, después de las celebraciones de la conmemoraciones del Centenario de la Independencia de Colombia en 1910, tomando como referencia lo sucedido en Santafe de Bogotá en 1810, si bien es cierto que algunas provincias siguieron añorando aquellos momentos de gobiernos federativos, en el caso de Antioquia, se ha mantenido vivo el sentimiento en algunos sectores de la región.

       Ese sentimiento vuelve a despertar cada vez que los dirigentes antioqueños se sienten agredidos, o de alguna manera afectados por las políticas desde Bogotá, como lo sucedido con una imprudencia de parte del gobierno durante la época del narcotráfico entre las décadas de 1980 y 1990, en el que se excluyó a Antioquia en el mapa de destinos turísticos, despertó, no al pueblo antioqueño, sino más bien, a los grupos mafiosos, a generar nuevamente el sentimiento de una Antioquia federal, promoviendo una posible iniciativa ciudadana para tal caso, pero la situación no pasó a mayores consecuencias sociales.

       Ahora, en el 2017, el problema en el caso de Belén de Bajirá, un caserío que lo disputa en términos locales el municipio de Mutatá, por el lado antioqueño, y el municipio de Riosucio, por el lado chocoano, ha generado de nuevo el sentimiento de una Antioquia federal. El caso es más de carácter político que social, pues, el abandono de tal caserío ha sido histórico por un lado y por el otro, y tiene más ingredientes demagógicos y económicos que real interés en los pobladores.

       Términos como la raza antioqueña, que ha sido abusado de parte de oportunistas, o del ensalzamiento de los antioqueños como región, no hace sino afectar las relaciones sociales de una nación que si bien tiene toda una institucionalidad consolidada, aún está en construcción, y en la medida que se radicalicen los discursos políticos afectará gravemente la economía y la cultura de ambas regiones, que en el fondo, los que realmente se benefician de los conflictos, han sido algunos dirigentes políticos y económicos, es decir, de algunas pocas personas.
      

       

LA REVOLUCIÓN VENEZOLANA HA COMENZADO

       Sólo falta un detonante, y la revolución explotará. Sucedió con la independencia de los Estados Unidos con los impuestos británicos, sucedió también, previo a la Primera Guerra Mundial, con el asesinato del Archiduque Francisco Fernando de Austria, sucedió con la llegada de Lenin previo a la revolución rusa, y en México, la revolución explotó con la farsa en las elecciones del presidente  - dictador Porfirio Díaz en 1910.

       Por lo pronto, el régimen narco-dictador venezolano, liderado por Nicolás Maduro, trata que no se les muera Leopoldo López en el calabozo. También, es claro que la Fuerza Armada de Venezuela no es homogénea en cuanto al apoyo al gobierno despótico chavista, ya que líderes chavistas, que están en contra de Maduro, o en desacuerdo como el caso de la fiscal general de Venezuela la señora Luisa Ortega Díaz, muestra una división y un inconformismo con el gobierno.

       Las marchas contra Maduro no se detendrán, es la única salida que le queda a la oposición y a la población, en la medida que los policías incrementen sus acciones coercitivas contra los manifestantes (pues por el lado de las marchas chavistas, éstas son intocables), de la misma manera se incrementará la participación de los sectores sociales, como ha ocurrido por ejemplo con la entrada en escena de los principales productores agrícolas.

       En la medida que se muestren imágenes de personas vulnerables siendo maltratados, torturadas o asesinadas de parte de los miembros de la fuerza pública, aumentará aún más la presión internacional (ya quedan pocos embajadores en Venezuela), y las marchas se harán cada vez más radicales y reaccionarias frente a los abusos policiales… ¿el resultado?

       El presidente Maduro pasará de las amenazas a las acciones mediante los llamados colectivos armados, que incrementarán sus asesinatos con la complicidad del ejército que a su vez participarán de los asesinatos selectivos (como lo han denunciado algunos medios  de comunicación), esto alimentará aún más el odio de los venezolanos que verán en ello una especie de guerra de exterminio, que los obligará a tomar medidas no sólo en las calles mediante las protestas, sino también en acciones mucha más reaccionarias.

       La incertidumbre no sólo la vive el pueblo llano de Venezuela, también los dirigentes políticos en cabeza de Maduro, que lo demuestran mediante sus discursos incendiarios y sus medidas de terror contra la población civil. Es claro entonces, que la verdadera revolución venezolana ha comenzado.



GOBIERNO Y ELN – LA NEGOCIACIÓN QUE A NADIE LE IMPORTA

       
       Alguien en algún momento mencionaba que el ELN no lo tomaban en cuenta por una simple razón, históricamente las plantaciones de coca no ha sido para este grupo una prioridad en términos militares y políticos, por un lado. Por otro lado, después de la operación Anorí en la década de 1970 por parte de las fuerzas militares de Colombia, se dice que fue disminuido sustancialmente. 

       Tanto fue su debilitamiento militar, que Carlos Castaño, el máximo jefe de las AUC en su momento, se refería a este grupo subversivo de manera despectiva. Igual sucede para el gobierno de los Estados Unidos, o mejor dicho, que para los presidentes que han pasado por la Casa Blanca, este grupo no ha representado una mayor amenaza para la región. De hecho, algún columnista mencionó algo así como que, dentro de la rara y contradictoria ideología política de este grupo guerrillero, que se supone tiene como referente la revolución Cubana,  es que el ELN quiere una revolución sin guerra, algo así como, una guerra sin guerra.

       Y parece que esa percepción es generalizada por la población general, al que le ha sido indiferente las negociaciones que se llevan a cabo en Ecuador exceptuando algunos académicos y columnistas (como siempre sucede), dicen que en las instalaciones de una hacienda de jesuitas está la mesa de negociaciones. Porque, para rematar, después de los sucedido con el cura Camilo Torres, ha tenido el aura de ser una especie de guerrilla de la militancia católica. Una rara especie de grupo subversivo pasivo.

       Ahora, ¿qué significa que se minimice en sus mínimas proporciones las negociaciones que se están llevando a cabo en Ecuador? La respuesta se puede resumir en dos factores, primero, la ignorancia histórica que se tiene de los hechos terroristas del grupo subversivo en Colombia y en la región andina en términos generales, y segundo, porque no ha sido tema de ningún partido político.

       ¿Qué pasaría si se convirtiera en tema político como se hizo en el caso de las FARC, o como se hace en el caso de las FARC? ¿Qué tienen las FARC que no tenga el ELN para que el asunto pase a un segundo renglón? Es como si se hiciera una distinción entre el grupo terrorista ISIS y Al Qaeda.


       Generalmente, cuando sucede ese tipo de diferenciación para algún partido político o para algún gobierno, es que existe un interés o una conveniencia detrás de todo, como cuando los gobiernos de EEUU pasan por alto los contrabandistas de armas o dictadores precisamente porque les sirve para sus conveniencias e intereses políticos, y, en el caso de la sociedad, me indica que existe una doble moral.