LA REVOLUCIÓN VENEZOLANA HA COMENZADO

       Sólo falta un detonante, y la revolución explotará. Sucedió con la independencia de los Estados Unidos con los impuestos británicos, sucedió también, previo a la Primera Guerra Mundial, con el asesinato del Archiduque Francisco Fernando de Austria, sucedió con la llegada de Lenin previo a la revolución rusa, y en México, la revolución explotó con la farsa en las elecciones del presidente  - dictador Porfirio Díaz en 1910.

       Por lo pronto, el régimen narco-dictador venezolano, liderado por Nicolás Maduro, trata que no se les muera Leopoldo López en el calabozo. También, es claro que la Fuerza Armada de Venezuela no es homogénea en cuanto al apoyo al gobierno despótico chavista, ya que líderes chavistas, que están en contra de Maduro, o en desacuerdo como el caso de la fiscal general de Venezuela la señora Luisa Ortega Díaz, muestra una división y un inconformismo con el gobierno.

       Las marchas contra Maduro no se detendrán, es la única salida que le queda a la oposición y a la población, en la medida que los policías incrementen sus acciones coercitivas contra los manifestantes (pues por el lado de las marchas chavistas, éstas son intocables), de la misma manera se incrementará la participación de los sectores sociales, como ha ocurrido por ejemplo con la entrada en escena de los principales productores agrícolas.

       En la medida que se muestren imágenes de personas vulnerables siendo maltratados, torturadas o asesinadas de parte de los miembros de la fuerza pública, aumentará aún más la presión internacional (ya quedan pocos embajadores en Venezuela), y las marchas se harán cada vez más radicales y reaccionarias frente a los abusos policiales… ¿el resultado?

       El presidente Maduro pasará de las amenazas a las acciones mediante los llamados colectivos armados, que incrementarán sus asesinatos con la complicidad del ejército que a su vez participarán de los asesinatos selectivos (como lo han denunciado algunos medios  de comunicación), esto alimentará aún más el odio de los venezolanos que verán en ello una especie de guerra de exterminio, que los obligará a tomar medidas no sólo en las calles mediante las protestas, sino también en acciones mucha más reaccionarias.

       La incertidumbre no sólo la vive el pueblo llano de Venezuela, también los dirigentes políticos en cabeza de Maduro, que lo demuestran mediante sus discursos incendiarios y sus medidas de terror contra la población civil. Es claro entonces, que la verdadera revolución venezolana ha comenzado.



GOBIERNO Y ELN – LA NEGOCIACIÓN QUE A NADIE LE IMPORTA

       
       Alguien en algún momento mencionaba que el ELN no lo tomaban en cuenta por una simple razón, históricamente las plantaciones de coca no ha sido para este grupo una prioridad en términos militares y políticos, por un lado. Por otro lado, después de la operación Anorí en la década de 1970 por parte de las fuerzas militares de Colombia, se dice que fue disminuido sustancialmente. 

       Tanto fue su debilitamiento militar, que Carlos Castaño, el máximo jefe de las AUC en su momento, se refería a este grupo subversivo de manera despectiva. Igual sucede para el gobierno de los Estados Unidos, o mejor dicho, que para los presidentes que han pasado por la Casa Blanca, este grupo no ha representado una mayor amenaza para la región. De hecho, algún columnista mencionó algo así como que, dentro de la rara y contradictoria ideología política de este grupo guerrillero, que se supone tiene como referente la revolución Cubana,  es que el ELN quiere una revolución sin guerra, algo así como, una guerra sin guerra.

       Y parece que esa percepción es generalizada por la población general, al que le ha sido indiferente las negociaciones que se llevan a cabo en Ecuador exceptuando algunos académicos y columnistas (como siempre sucede), dicen que en las instalaciones de una hacienda de jesuitas está la mesa de negociaciones. Porque, para rematar, después de los sucedido con el cura Camilo Torres, ha tenido el aura de ser una especie de guerrilla de la militancia católica. Una rara especie de grupo subversivo pasivo.

       Ahora, ¿qué significa que se minimice en sus mínimas proporciones las negociaciones que se están llevando a cabo en Ecuador? La respuesta se puede resumir en dos factores, primero, la ignorancia histórica que se tiene de los hechos terroristas del grupo subversivo en Colombia y en la región andina en términos generales, y segundo, porque no ha sido tema de ningún partido político.

       ¿Qué pasaría si se convirtiera en tema político como se hizo en el caso de las FARC, o como se hace en el caso de las FARC? ¿Qué tienen las FARC que no tenga el ELN para que el asunto pase a un segundo renglón? Es como si se hiciera una distinción entre el grupo terrorista ISIS y Al Qaeda.


       Generalmente, cuando sucede ese tipo de diferenciación para algún partido político o para algún gobierno, es que existe un interés o una conveniencia detrás de todo, como cuando los gobiernos de EEUU pasan por alto los contrabandistas de armas o dictadores precisamente porque les sirve para sus conveniencias e intereses políticos, y, en el caso de la sociedad, me indica que existe una doble moral. 

LA VIOLENCIA DE 1950 HA RETORNADO EN COLOMBIA

       Es patético el espectáculo que ofrece el denominado pueblo cuando se enfrenta en las calles, medios de comunicación o redes sociales por cuenta de los debates generados por alguna declaración de Uribe o Santos, o alguno de sus amigos. Y lo más terrible es que ese pueblo hace eco de los discursos, cuando de uno y del otro lado, intentan defender la patria, esa cosa abstracta y sin sentido cuando al momento de definirlo no se sabe a ciencia cierta a qué conceptos hacer uso o en qué maneras referirse.

       Y el pueblo defensor de no sé qué, concentra sus ataques a la corrupción del uno teniendo como referente a un corrupto o viceversa. Esto es, que existen personas que referencien al corrupto de Uribe como un hombre íntegro, intachable, defensor de la patria, y que existen personas que referencien al corrupto de Santos como un defensor a ultranza de la paz, o como una especie de misionero en defensa de la libertad y otras tantas cosas.

       Es patético porque los discursos se hacen tan repetitivos que parece un reguetón. Eso de que los llamados furibistas quieren destruir la paz del pueblo, que se identifican con los de la extrema derecha, o que los llamados farc-santistas quieren convertir al pueblo colombiano en una Venezuela más, que quieren destruir la patria, etc, etc, no hace sino convertir al pueblo en una especie de perro adiestrado que siguen los designios de sus respectivos amos.

       Y es que fue precisamente a finales de la década de 1940 y durante los 50s que se llevó a cabo una de las guerras fratricidas más cruentas que ha vivido el país por cuenta de los mismos discursos que esgrimen los dos líderes corruptos en la actualidad, es decir, al presidente corrupto Santos y al expresidente corrupto Uribe. En esa época, el pueblo se dividió entre el partido liberal y el partido conservador, liderados por otro par de corruptos, e iniciado por la muerte de otro corrupto.


       ¿Cuál de todos es más corrupto? ¿Quién defiende a quién? O, ¿Quién defiende qué? Lo más patético de todo es que se está repitiendo el mismo espectáculo de mediados del siglo XX. Unos líderes políticos rodeados de escoltas (hasta para comprar el mercado en la esquina), con todas las comodidades de príncipes medievales, con mentalidad medieval, protegiendo siempre intereses de los grupos económicos, viendo cómo el pueblo se divide y se enfrasca en una guerra de palabras para darse cuenta luego, que el pobre sigue siendo más pobre y el rico sigue siendo más rico… y que con guerra o sin ella el establecimiento seguirá igual.

BIENVENIDO A LA DEMOCRACIA TOTALITARISTA

  ¿Acaso estamos repitiendo los sucesos de inicios del siglo XX, cuando las grandes potencias se llenaron de absurdos sentimientos nacionalistas, en el que la gran potencia alemán, que en ese entonces era el imperio alemán, se sentía con el derecho a tener más colonias que sus pares, en el que las sociedades sentían ansías de guerra económica y militar porque así se los vendieron sus líderes demagogos y populistas, porque todo el mundo creyó que los efectos de los conflictos era algo pasajero, sentimiento que se inició en Europa, para luego pasar a Asia  y América?

       Muamar el Gadafi solía decir (palabras más, palabras menos) que Libia era la mejor democracia del mundo, Hugo Chávez Frías insistía una y otra vez que la democracia venezolana era una democracia fuerte, y Fidel Castro estaba convencido de que su régimen era un régimen democrático,  ahora, a todos estos conceptos democráticos, habría que preguntarle al señor Donald Trump qué entiende por democracia, lo mismo que a la señora Ángel Merkel y a todos los líderes de regímenes democráticos, porque, al parecer, las nociones cambian y varían de concepción, dependiendo de quién lo observa.

       ¿De qué sirven las explicaciones de las ciencias políticas sobre el concepto democracia, si personajes como Trump dicen con arrogancia es que yo gané,  insinuando con ello que ahora en adelante puede hacer lo que le dé la gana sin prestar atención a las reclamaciones sociales de los propios ciudadanos norteamericanos?

       La democracia es una gelatina, en el que sus nociones se estiran y se contraen permanentemente, en el que cualquier líder despótico puede afirmar que es democrático sin compartir siquiera la concepción occidental del término. Los periodistas deberían preguntarles a los líderes mundiales ¿qué entiende sobre el término democracia? Para saber con cierta precisión si las nociones coinciden con lo que las ciencias políticas y todo el mundo entiende por democracia.

       Ahora, considero, que en adelante, a la democracia habría que añadirle elementos no tan democráticos. La democracia totalitarista es una de ellas, pues, por medios democráticos Hitler llegó al poder en Alemania, y por medios democráticos se sostienen regímenes como el de Cuba, y Corea del Norte, y por medios democráticos llegó al poder el chavismo en Venezuela.


       ¿Es la democracia la culpable? Mejor, es la distorsión de las virtudes democráticas. La situación en los EE.UU. es un caso tenebroso, el hecho de que Trump hubiese ordenado a los militares completar un oleoducto petrolero para pasar por alto los organismos administrativos federales, significa que se está convirtiendo en un país con democracia totalitarista.

       ¿Será suficiente las expresiones y manifestaciones sociales para detener esto? Las profundas reflexiones de la naciente Organización de las Naciones Unidas fueron suficientes para hacer la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Las sociedades en el mundo, deben volver a traer esas reflexiones, de lo contrario volveremos a la temible época de las democracias antidemocráticas.

NEOCONSERVADURISMO Y NEOLIBERALISMO El enfrentamiento mundial de las doctrinas económicas

       La paradoja del neoconservadurismo y del neoliberalismo se basa en que el primero sigue los lineamientos del proteccionismo económico, y el segundo se basa en el libre mercado, y lo más sorprendente, es que el primero puede considerarse una especie de neocomunismo, las ironías de la vida.

       Y más irónico aún, es que desde mediados de la década de 1980 (por decir lo más próximo en términos históricos), es que sea precisamente los pequeños y medianos empresarios los que a largo plazo han podido beneficiarse de la globalización no sólo económica, sino también en el aspecto cultural dada la imperante hiperconectividad en que se encuentra el mundo de hoy.

       Lo anterior constituye una rara competencia a los grandes oligopolios, a los holdings  y a las principales multinacionales. Es como si aún perviviera el conflicto social y doctrinal entre la aristocracia medieval y el grupo de los llamados burgueses. La situación política que ha estado sucediendo en los Estados Unidos, y que se prevé, sucederá también en algunos países europeos como Inglaterra por ejemplo, ha sido más bien una especie de guerra civil expresada en las urnas.

       Quizás sea una reacción momentánea de parte de las sociedades conservadoras (porque hasta la gente joven es conservadora), como respuesta a los sucesivos cambios económicos estructurales. Parece como si la historia, en el que grupos de trabajadores quemaban fábricas durante el siglo XIX y XX por considerarlas dañinas para ellos y un serio peligro para el futuro, asunto que en su momento fue superado se repitiera, volviendo al rayado, hostigante y antiguo concepto del nacionalismo.

       Los choques ideológicos económicos han sido tan radicales, que han resultado en guerras civiles, en revoluciones y en guerras convencionales entre naciones. Quizás lo rescatable de los fenómenos políticos acaecidos en los últimos años (hay que recordar también la denominada primavera árabe), es que en todos los sectores sociales se ha entrado en una especie de reflexiones, de lo que se ha hecho, de lo que hay, y de lo que falta por hacer.

       Sea como fuere, prefiero que tanto el neoconservadurismo como el neoliberalismo se limiten a un enfrentamiento mundial de doctrinas económicas, y que la sociedad exprese su ansiedad y temores en las votaciones de cualquier elección política que se celebre, prefiero eso a que vuelvan los espantosos recuerdos de una guerra.


LA GUERRA ECONÓMICA DE TRUMP HA COMENZADO


Como neocomunista, es el calificativo que le cabría a Donald Trump. El cierre de fronteras a un sector social de inmigrantes, aumento de aranceles a productos importados, disminución de impuestos a las grandes empresas y a multimillonarios con el hipotético propósito de que estas entidades y personajes concederán un mayor aumento en el empleo a los norteamericanos, son algunas de las características del nuevo (con dudosa legitimidad por el asunto de la intervención rusa en las elecciones) presidente de los EEUU.

       El enfrentamiento diplomático con el gobierno chino, luego con el gobierno japonés, y después, con el gobierno mexicano, es apenas el inicio de una guerra económica que inicia el neocomunista Trump, además, porque de manera inaudita, busca una cierta cercanía con el gobierno ruso, enemigos históricos en el campo miliar y económico. Y, como toda guerra, habrá victoriosos y derrotados, entonces, la pregunta es, ¿quiénes serán los más perjudicados?

       Paradójicamente, el neocomunismo busca proteger los intereses de los grandes holdings porque simplemente la globalización también beneficia, guardada las proporciones, a los medianos y pequeños empresarios. Ahora, ¿Esa guerra económica de Trump generará más empleo en los EEUU? La reflexión está en los efectos secundarios de las políticas económicas.

       Las negociaciones de Trump con los empresarios no son tales, sino que, o son una especie de amenaza a las empresas, o es una especie de soborno a los empresarios. Los efectos a largo plazo de este neocomunista, que siempre trata a las personas como si fueran los sirvientes de sus mansiones, es sólo uno. La devastación económica de los Estados Unidos de América. Para la muestra una Rusia, un Corea del Norte, una Venezuela… tantas cosas horribles que tienen los autoritarismos, o en palabras de Hannah Arendt, al referirse a los totalitarismos.


EL GENOCIDIO RUSO EN ALEPO

       Si bien son múltiples los intereses políticos y económicos que chocan en la terrible guerra civil en Siria, el mundo está presenciando un genocidio mostrando una vez más la irracionalidad de pocas personas que hacen las veces de “líderes” mundiales, ya que simplemente las circunstancias los tienen en la cumbre de los poderes gubernamentales dedicándose a manipular la opinión pública en el que las principales víctimas son las poblaciones vulnerables, pues, no se ve solución a la vista.

       Si bien, no se  puede ocultar las tragedias causadas por las políticas agresivas de la mal llamada guerra preventiva de los Estados Unidos a través de décadas contra países pobres e indefensos como en el caso de Irak y Afganistán, y además, la tímida reacción de las potencias europeas frente a los abusos en estas invasiones, no deja de preocupar el factor Putin en la participación de la guerra civil en Siria.

       No sólo por bombardeos constantes a hospitales, ambulancias y escuelas, ni por el apoyo abierto hacia Al Ásad, un dictador, que independientemente por su lógica del poder no ha sido tímido al ordenar masacres contra la población civil, que el gobierno de Putin mantiene una estrecha relación. Sino por el hecho de que la asuntos como las libertades y el respeto por los derechos humanos no se concibe en el pensamiento geopolítico ruso.

       Esto es, que Putin es un dictador en el pleno sentido del concepto, no existe ideologías políticas, sólo existe mantener el poder a costa de lo que sea, así ello signifique continuar con el genocidio en Alepo. Y lo peor, como en algún momento mencionó Ángela Merkel, la sociedad civil y las organizaciones sociales se unen para protestar y manifestarse en contra de asuntos triviales, pero aún no se han hecho movimientos en contra del genocidio en Alepo, que realmente es una reflejo de toda Siria, y que muy seguramente, se seguirá extendiendo por algunos países como está sucediendo ahora mismo en Sudán del Sur.

       ¿Por qué en la guerra de Vietnam sí hubo protestas y manifestaciones? ¿Por qué sí han existido movimientos sociales contra conflictos en diferentes partes del mundo? ¿Por qué nadie se manifiesta contra el genocidio en Siria? ¿Acaso la sociedad está enferma como lo diría alguna vez Martín Luther King  Jr.? O lo que es peor, ¿Ha llegado la sociedad a una insensibilidad extrema?  O, ¿Realmente la guerra civil en Siria es la guerra que a nadie le importa, a ti no te importa?


       Lo que falta es que los miles y miles de refugiados traspasen las fronteras de los países europeos y asiáticos y empiecen a llegar a Latinoamérica, y por ahí derecho empiecen a cruzar por miles y miles la frontera de los EEUU y Canadá, y llegue quizás al barrio a instalar carpas porque están huyendo de la guerra, y entonces, quizás así, nos demos cuenta que es necesario elevar un grito contra la irracionalidad de una guerra sin sentido.