BIENVENIDO A LA DEMOCRACIA TOTALITARISTA

  ¿Acaso estamos repitiendo los sucesos de inicios del siglo XX, cuando las grandes potencias se llenaron de absurdos sentimientos nacionalistas, en el que la gran potencia alemán, que en ese entonces era el imperio alemán, se sentía con el derecho a tener más colonias que sus pares, en el que las sociedades sentían ansías de guerra económica y militar porque así se los vendieron sus líderes demagogos y populistas, porque todo el mundo creyó que los efectos de los conflictos era algo pasajero, sentimiento que se inició en Europa, para luego pasar a Asia  y América?

       Muamar el Gadafi solía decir (palabras más, palabras menos) que Libia era la mejor democracia del mundo, Hugo Chávez Frías insistía una y otra vez que la democracia venezolana era una democracia fuerte, y Fidel Castro estaba convencido de que su régimen era un régimen democrático,  ahora, a todos estos conceptos democráticos, habría que preguntarle al señor Donald Trump qué entiende por democracia, lo mismo que a la señora Ángel Merkel y a todos los líderes de regímenes democráticos, porque, al parecer, las nociones cambian y varían de concepción, dependiendo de quién lo observa.

       ¿De qué sirven las explicaciones de las ciencias políticas sobre el concepto democracia, si personajes como Trump dicen con arrogancia es que yo gané,  insinuando con ello que ahora en adelante puede hacer lo que le dé la gana sin prestar atención a las reclamaciones sociales de los propios ciudadanos norteamericanos?

       La democracia es una gelatina, en el que sus nociones se estiran y se contraen permanentemente, en el que cualquier líder despótico puede afirmar que es democrático sin compartir siquiera la concepción occidental del término. Los periodistas deberían preguntarles a los líderes mundiales ¿qué entiende sobre el término democracia? Para saber con cierta precisión si las nociones coinciden con lo que las ciencias políticas y todo el mundo entiende por democracia.

       Ahora, considero, que en adelante, a la democracia habría que añadirle elementos no tan democráticos. La democracia totalitarista es una de ellas, pues, por medios democráticos Hitler llegó al poder en Alemania, y por medios democráticos se sostienen regímenes como el de Cuba, y Corea del Norte, y por medios democráticos llegó al poder el chavismo en Venezuela.


       ¿Es la democracia la culpable? Mejor, es la distorsión de las virtudes democráticas. La situación en los EE.UU. es un caso tenebroso, el hecho de que Trump hubiese ordenado a los militares completar un oleoducto petrolero para pasar por alto los organismos administrativos federales, significa que se está convirtiendo en un país con democracia totalitarista.

       ¿Será suficiente las expresiones y manifestaciones sociales para detener esto? Las profundas reflexiones de la naciente Organización de las Naciones Unidas fueron suficientes para hacer la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Las sociedades en el mundo, deben volver a traer esas reflexiones, de lo contrario volveremos a la temible época de las democracias antidemocráticas.

NEOCONSERVADURISMO Y NEOLIBERALISMO El enfrentamiento mundial de las doctrinas económicas

       La paradoja del neoconservadurismo y del neoliberalismo se basa en que el primero sigue los lineamientos del proteccionismo económico, y el segundo se basa en el libre mercado, y lo más sorprendente, es que el primero puede considerarse una especie de neocomunismo, las ironías de la vida.

       Y más irónico aún, es que desde mediados de la década de 1980 (por decir lo más próximo en términos históricos), es que sea precisamente los pequeños y medianos empresarios los que a largo plazo han podido beneficiarse de la globalización no sólo económica, sino también en el aspecto cultural dada la imperante hiperconectividad en que se encuentra el mundo de hoy.

       Lo anterior constituye una rara competencia a los grandes oligopolios, a los holdings  y a las principales multinacionales. Es como si aún perviviera el conflicto social y doctrinal entre la aristocracia medieval y el grupo de los llamados burgueses. La situación política que ha estado sucediendo en los Estados Unidos, y que se prevé, sucederá también en algunos países europeos como Inglaterra por ejemplo, ha sido más bien una especie de guerra civil expresada en las urnas.

       Quizás sea una reacción momentánea de parte de las sociedades conservadoras (porque hasta la gente joven es conservadora), como respuesta a los sucesivos cambios económicos estructurales. Parece como si la historia, en el que grupos de trabajadores quemaban fábricas durante el siglo XIX y XX por considerarlas dañinas para ellos y un serio peligro para el futuro, asunto que en su momento fue superado se repitiera, volviendo al rayado, hostigante y antiguo concepto del nacionalismo.

       Los choques ideológicos económicos han sido tan radicales, que han resultado en guerras civiles, en revoluciones y en guerras convencionales entre naciones. Quizás lo rescatable de los fenómenos políticos acaecidos en los últimos años (hay que recordar también la denominada primavera árabe), es que en todos los sectores sociales se ha entrado en una especie de reflexiones, de lo que se ha hecho, de lo que hay, y de lo que falta por hacer.

       Sea como fuere, prefiero que tanto el neoconservadurismo como el neoliberalismo se limiten a un enfrentamiento mundial de doctrinas económicas, y que la sociedad exprese su ansiedad y temores en las votaciones de cualquier elección política que se celebre, prefiero eso a que vuelvan los espantosos recuerdos de una guerra.


LA GUERRA ECONÓMICA DE TRUMP HA COMENZADO


Como neocomunista, es el calificativo que le cabría a Donald Trump. El cierre de fronteras a un sector social de inmigrantes, aumento de aranceles a productos importados, disminución de impuestos a las grandes empresas y a multimillonarios con el hipotético propósito de que estas entidades y personajes concederán un mayor aumento en el empleo a los norteamericanos, son algunas de las características del nuevo (con dudosa legitimidad por el asunto de la intervención rusa en las elecciones) presidente de los EEUU.

       El enfrentamiento diplomático con el gobierno chino, luego con el gobierno japonés, y después, con el gobierno mexicano, es apenas el inicio de una guerra económica que inicia el neocomunista Trump, además, porque de manera inaudita, busca una cierta cercanía con el gobierno ruso, enemigos históricos en el campo miliar y económico. Y, como toda guerra, habrá victoriosos y derrotados, entonces, la pregunta es, ¿quiénes serán los más perjudicados?

       Paradójicamente, el neocomunismo busca proteger los intereses de los grandes holdings porque simplemente la globalización también beneficia, guardada las proporciones, a los medianos y pequeños empresarios. Ahora, ¿Esa guerra económica de Trump generará más empleo en los EEUU? La reflexión está en los efectos secundarios de las políticas económicas.

       Las negociaciones de Trump con los empresarios no son tales, sino que, o son una especie de amenaza a las empresas, o es una especie de soborno a los empresarios. Los efectos a largo plazo de este neocomunista, que siempre trata a las personas como si fueran los sirvientes de sus mansiones, es sólo uno. La devastación económica de los Estados Unidos de América. Para la muestra una Rusia, un Corea del Norte, una Venezuela… tantas cosas horribles que tienen los autoritarismos, o en palabras de Hannah Arendt, al referirse a los totalitarismos.


EL GENOCIDIO RUSO EN ALEPO

       Si bien son múltiples los intereses políticos y económicos que chocan en la terrible guerra civil en Siria, el mundo está presenciando un genocidio mostrando una vez más la irracionalidad de pocas personas que hacen las veces de “líderes” mundiales, ya que simplemente las circunstancias los tienen en la cumbre de los poderes gubernamentales dedicándose a manipular la opinión pública en el que las principales víctimas son las poblaciones vulnerables, pues, no se ve solución a la vista.

       Si bien, no se  puede ocultar las tragedias causadas por las políticas agresivas de la mal llamada guerra preventiva de los Estados Unidos a través de décadas contra países pobres e indefensos como en el caso de Irak y Afganistán, y además, la tímida reacción de las potencias europeas frente a los abusos en estas invasiones, no deja de preocupar el factor Putin en la participación de la guerra civil en Siria.

       No sólo por bombardeos constantes a hospitales, ambulancias y escuelas, ni por el apoyo abierto hacia Al Ásad, un dictador, que independientemente por su lógica del poder no ha sido tímido al ordenar masacres contra la población civil, que el gobierno de Putin mantiene una estrecha relación. Sino por el hecho de que la asuntos como las libertades y el respeto por los derechos humanos no se concibe en el pensamiento geopolítico ruso.

       Esto es, que Putin es un dictador en el pleno sentido del concepto, no existe ideologías políticas, sólo existe mantener el poder a costa de lo que sea, así ello signifique continuar con el genocidio en Alepo. Y lo peor, como en algún momento mencionó Ángela Merkel, la sociedad civil y las organizaciones sociales se unen para protestar y manifestarse en contra de asuntos triviales, pero aún no se han hecho movimientos en contra del genocidio en Alepo, que realmente es una reflejo de toda Siria, y que muy seguramente, se seguirá extendiendo por algunos países como está sucediendo ahora mismo en Sudán del Sur.

       ¿Por qué en la guerra de Vietnam sí hubo protestas y manifestaciones? ¿Por qué sí han existido movimientos sociales contra conflictos en diferentes partes del mundo? ¿Por qué nadie se manifiesta contra el genocidio en Siria? ¿Acaso la sociedad está enferma como lo diría alguna vez Martín Luther King  Jr.? O lo que es peor, ¿Ha llegado la sociedad a una insensibilidad extrema?  O, ¿Realmente la guerra civil en Siria es la guerra que a nadie le importa, a ti no te importa?


       Lo que falta es que los miles y miles de refugiados traspasen las fronteras de los países europeos y asiáticos y empiecen a llegar a Latinoamérica, y por ahí derecho empiecen a cruzar por miles y miles la frontera de los EEUU y Canadá, y llegue quizás al barrio a instalar carpas porque están huyendo de la guerra, y entonces, quizás así, nos demos cuenta que es necesario elevar un grito contra la irracionalidad de una guerra sin sentido.

LA FARSA DE LA SELECCIÓN NATURAL


  Nunca en mi vida he oído hablar sobre el concepto mismo de selección natural, ¿a qué se refieren? ¿Qué definición existe cuando se habla de natural o naturaleza? ¿Acaso la naturaleza es un gran monstruo o ser pensante abstracto que piensa y actúa sobre lo que la compone? ¿Conoce la naturaleza los tiempos, los límites, los espacios y toda la complejidad que se requiere para que la tal selección de la que tanto se justifican los que hablan de ella logre una explicación suficiente sobre cualquier anomalía o transformación de la naturaleza?
   
    Existe una respuesta obvia a todo lo anterior, y es que no existe la selección natural, es una farsa, es simplemente el desvío y des virtualización de las ciencias exactas, ya que por ser exactas no logran acomodar muchísimos de los detalles que la naturaleza exige y que es necesario explicar. Entonces, es cuando aparecen conceptos no relacionados con las ciencias exactas, de esta manera se busca un acercamiento o una conexión entre lo que es exacto y lo que no lo es, es decir, es como si un ladrillo no logra acomodarse a la esquina de una obra y para ello sea necesario rellenarlo con mezcla de cemento y agua, o cuando para ultimar un detalle de alguna obra artística se necesite acudir a otros métodos con el fin de darle ese retoque que se necesita.

       Y claro, como lo exacto equivale al noventa y cinco por ciento (95%) de la totalidad de la observación y estudio de la naturaleza y sus fenómenos, se abusa de ello para forzar una explicación de ese otro cinco por ciento (5%) que hace falta para darle ese retoque o relleno que se necesita con el fin de completar cualquier estudio científico, observación académica, teórica o cualquiera de las formas argumentativas que desarrollan las personas que insisten en que la naturaleza es un especie de entidad pensante que toma decisiones como para que se hable de selección natural.

       ¿Y cómo es posible que el mundo académico, en la mayoría de los casos, aprueben semejante farsa mental e imaginaria? Muy seguramente, de la misma manera que cuando se le hace el retoque al cuadro o se rellena una obra en construcción se ve casi perfecto, tanto, que ni siquiera se nota. De esa misma manera, la explicación global al estudio de la naturaleza y sus fenómenos es casi perfecta y no se nota ese retoque o relleno, entonces se da  por satisfecho las explicaciones, de hecho, cuando se hace imposible darle ese retoque o relleno se acude a la fácil e irresponsable argumento de que se trata de un enigma o un misterio científico que falta por seguir estudiando.

       Y lo más terrible de todo, es que se jerarquiza estas farsas y explicaciones acomodadas para estigmatizar otras explicaciones o argumentos, también académicos, como si fueran sacerdotes de la ciencia que se atreven a señalar si está bien o está equivocado las refutaciones que se hacen en el marco del desarrollo de las disciplinas académicas y del pensamiento de una sociedad.

   

HEROÍNAS ANÓNIMAS EN LA INDEPENDENCIA DE COLOMBIA

LAS MUJERES: anónimas en la historia latinoamericana
(Introducción)

       Las mujeres participaron activamente antes, durante y después del proceso de Independencia de Colombia. Aunque existen muchos escritos sobre heroínas que fueron protagonistas durante el desarrollo histórico de la Independencia a partir de 1810, hay un ejército de mujeres que igualmente cumplieron una serie de papeles que significó en última instancia la Independencia definitiva.

       ¿Quiénes fueron esas mujeres? ¿Por qué fueron próceras de la Independencia? ¿Qué papel desempeñaron? ¿Cuáles fueron los mitos, símbolos e imaginarios de la Mujer independentista que se creó con motivo de las revoluciones? ¿Qué pensaban y cuál era su propósito al apoyar la causa independentista? ¿Cuál era la mentalidad de las mujeres a principios del siglo XIX? ¿Qué actitud tenían las mujeres frente al desarrollo militar, político, económico y cultural que estaba transformando a la sociedad de la naciente república?

       En primer lugar, ese ejército de mujeres, las próceras de la Independencia, están identificadas en los registros históricos. Las hay desde la más humilde pasando por las poderosas, todas ellas cumplieron con objetivos específicos desde las tomas de decisiones políticas hasta las acciones militares que tuvieron lugar a lo largo y ancho de la nación. Las hay desde muy jóvenes pasando por los grupos étnicos, o aquellas que se convirtieron en el motor que impulsaron los ánimos de las poblaciones en la que cada una fue lideresa.

       Calificativos alusivos a la valentía de las mujeres, a sus determinaciones, sus audacias, a veces simplemente se trataba de un cometido, esto es, cuando personajes como Simón Bolívar o alguno que otro testigo que dejaron plasmados algunos de los hechos destacados de las mujeres de la época lo hicieron más por las impresiones que dejaban las mujeres por sus acciones que por la preocupación de escribir sobre el complejo papel de la mujer en todos los ámbitos sociales, políticos, económicos y culturales.

       Las heroínas anónimas de la Independencia en Colombia son el reflejo de las mujeres  durante los demás procesos independentistas. Factores como el comercio y los procesos sociales permitieron generar identidad en las mujeres latinoamericanas. La Independencia de Colombia significó la Independencia de otras naciones, significó participar en los mismos procesos políticos que se desarrolló en el resto del continente y ello a su vez, significó un protagonismo de la Mujer en toda América Latina.

       Muchas mujeres extranjeras, aquellas que no pertenecieron al virreinato neogranadino o que no eran criollas participaron también en el proceso de Independencia, fueron igualmente protagonistas. Sufrieron los rigores de las batallas, de las estigmatizaciones, de las persecuciones, además cumplieron con objetivos sociales, políticos, económicos y culturales que consolidaron la causa independentista.

La Mujer: protagonista

 “Una jaula perpetua debiera ser su abrigo si no estuviera condenada a muerte, porque no hay duda que ha perdido el juicio, y es una loca furiosa”.[1]
     Muchos hombres despertaron con la idea de Independencia pero las mujeres nunca dejaron de sorprender cuando de enfrentar situaciones adversas se trataba, y ante la determinación de ellas lo más -recomendable- era no tratar de provocarla.

       Los calificativos para estigmatizar o descalificar como el que se ha perdido el juicio o que se ha vuelta loca lo que hacía era alimentar ese monstruo que los hombres “veían” que había dentro de las mujeres y por lo tanto se debía mantener mucho cuidado con ellas.

       Cuando una mujer no obedecía las órdenes no de sus superiores sino de sus enemigos hacía inútiles[2]los castigos que le aplicaban. Lo mismo sucedía con las mujeres en las cárceles[3], éstas soportaron todo tipo de vejámenes, muchas de ellas fueron fusiladas o  desterradas, de muchas otras maneras mostraron las mujeres lealtad a sus ideales.

 “Ve a morir con los hombres, nosotras las mujeres marcharemos adelante: presentaremos nuestros pechos al cañón y que la metralla descargue sobre nosotras, y los hombres nos sigan y a quienes hemos salvado de la primera descarga, pasen sobre nuestros cadáveres, se apoderen de la artillería y liberen la patria” [4]
       Las leyendas de las mujeres generadas durante la época de la Independencia hacen parte de la historia, de los procesos sociales, políticos, económicos y culturales y ello también representa una forma de pensar, un paradigma. Y es esta frase que destaca su protagonismo, es ese grito que le da una madre a su hijo que permite distinguir el discurso de la Mujer en los procesos históricos, se puede plantear entonces, que al mismo tiempo esta mamá se está dirigiendo a toda su generación, esto es, se transformaría en un grito de guerra.

       ¿Y qué será, señora, su ofrenda tan espontánea y tan oportuna? Le pregunta un oficial patriota a una mujer también patriota y ésta le contesta -Son cinco de mis hijos – (esto es para 
que hagan parte del ejército libertador)  (…)”[5] son éstos elementos que implican responsabilidad, desprendimiento y una serie de implicaciones que sólo se podría entender comprendiendo la fuerza de la mujer para el pensamiento de la época.

       La autoridad y el poder[6] de la mujer en la familia frente a los estamentos de la sociedad como el religioso o comercial mantuvieron y aumentaron el heroísmo frente algunos hechos epopéyicos como lo fueron los fusilamientos durante la denominada época del terror en el marco de la reconquista de las tropas realistas.

A continuación, una anécdota legendaria que muestra la fuerza de la mujer independentista:

       “Manuela Beltrán había prendido el fervor en el Socorro, el 16 de marzo; pero fue la Negra Magdalena quien, el 30 del mismo mes y en la misma ciudad, puso a los hombres en pie de guerra. Era el viernes  día de mercado. A la una de la tarde la plaza de Chiquinquirá se llenó de gente, aunque nadie le paraba bola al mercado. Al dar la una sonaron las campanas en la iglesia y alguien echó un volador, señal convenida para una reunión masiva en la Plaza Mayor. Se gritaba mucho y se hacía poco. A las tres de la tarde los ánimos comenzaban a pagarse. De pronto una mulata, mayor de treinta y cinco, conocida por todos como la Negra Magdalena, se paró en frente de la puerta de la administración  del tabaco y preguntó con voz estruendosa: ‘¿Hay quién defienda las armas del rey?’. La audacia de la pregunta tomó desprevenidos a los manifestantes. Hubo unos segundos de silencio y alguien al fin gritó: ‘¡Noooo!’ y detrás de esa voz otras miles repitieron un ‘¡Noooo!’ clamoroso. La Negra Magdalena les tenía a los tumultuarios una segunda pregunta: ‘¿Hay alguien que se ponga a la defensa de la renta del tabaco?’. El ‘¡Nooo!’’ esta vez fue coreado de inmediato. La Negra Magdalena formuló su tercera pregunta: ‘¿Hay quién defienda este estanco?’. Se reiteró el ‘Noooo’ unánime. Alguno apuntó: ‘¡Ay de quién defienda este estanco!’. La Negra Magdalena no tenía más preguntas, tomó una piedra de grueso calibre y con puntería infalible la reventó sobre las armas reales colocadas en el lindel de la tercena del estanco. Los vecinos rompieron el miedo que les imponían aquellos escudos, símbolo del poder de una autoridad lejana y despótica.” [7]

       Respecto a la anécdota anterior, hay que tener en cuenta, que la enseñanza de las niñas criollas se efectuaba en los conventos de monjas y en los colegios –internados- que para ellas se habían establecido. El proyecto educativo era el mismo que el presentado en los colegios de la Nueva España; formación integral de la mujer como cristiana y preparándola a la vez para –regir la casa- y actuar en esa sociedad de la que formaban parte y que se define entonces como la –buena política-[8]. Lo cual les abría el camino para realizar sus vidas en el convento o el hogar mediante el matrimonio cristiano unígamo e indisoluble.

       El ideal era la obediencia de parte de la mujer y obtener el grado de conocimientos suficientes para ser una especie de buena mujer,  esto también aplicaba a las mujeres indígenas, en resumen, las mujeres eran educadas para prestar un buen servicio a la casa y a la comunidad. Sin embargo, las revoluciones de Independencia revelaron la capacidad real de las mujeres en todos los ámbitos sociales.

       Dentro de las mujeres protagonistas en el proceso de Independencia de Colombia se encuentran: Madame Julienne[9] fue quien en Jamaica le sirvió de refugio a Simón Bolívar. Andrea Ricaurte de Lozano, esposa de don Judas Tadeo Lozano, casa que era como el cuartel general, el centro bogotano de la conspiración contra los realistas[10].
       Hubo mujeres como Antonia Santos que desesperada por los atropellos, vejámenes y humillaciones que pasaban sobre los patriotas, reflexionaron sobre estas situaciones y muchas veces les produjo un sentimiento de justa reivindicación[11] que reclamaba ya el fin de tantas tristezas y dolores, resolvió organizar y costear con su peculio la célebre guerrilla de Comoro, cuyo centro de actividades fue principalmente su casa de El Hatillo.
       Heroína recordada (casi olvidada) es Rita Duque de Montoya[12], antioqueña. A la caída dela República (alrededor de 1816), tuvo rasgos sobresalientes de generosidad al dar libertad a muchos patriotas recluidos  en las cárceles. Este tipo de hechos son heroicas en tanto se trataba de una época de guerra, de terror y de intimidación y cualquier acción podría significar la muerte.
       Otra prócera fue la esclava Josefa Conde[13], quien trabajó conjuntamente con Josefa Castro (su ama) en  recolección de armas, de hombres y de caballos para la guerra. Por tal motivo, fue sacrificada con su esclava el 13 de septiembre de 1817.
       Significativos hechos llevaron a cabo una serie de heroínas como Ana María Martínez de Nisser, de Sonsón, quien “(…) se hace célebre como heroica combatiente en Salamina, el 4 de mayo de 1841, y muere el 18 de noviembre de 1872”[14].  Está Leonor Guerra, “Heroína-mártir natural de Cartagena, azotada públicamente por defender a los patriotas, murió a consecuencia del castigo” [15]
       Se encuentra también Eugenia Arrazola quien fue “Heroína-mártir natural de Turbaco, fusilada por Morillo en la hacienda de ‘Torrecilla’, situada a una distancia media entre Cartagena y aquella ciudad. Su ejecución tuvo lugar el 30 de agosto de 1815 por habérsele comprobado que servía de enlace para la transmisión de las noticias a sus compatriotas sitiados en Cartagena”[16].
       Y Estefanía  Parra quien fue “patriota de cuna humilde pero de un íntimo interés por su patria amada. Fue uno de los elementos claves en la batalla de Boyacá, porque fue ella quien colaboró  oportunísimamente con Santander en el problema crucial del paso del Río Boyacá (…)”[17]
    
Epílogo:

       Las mujeres en la historia de la Independencia de Colombia debe ser escrita como una reivindicación histórica frente al androcentrismo, debe asumirse el protagonismo de la Mujer en todos los campos sociales, desde su rol en las batallas como las que ayudaron, entre otras cosas, en asuntos tan elementales como bordar[18] significaron factores claves en el triunfo y consolidación de la Independencia de la nación.

       En las diferentes celebraciones se debe escribir y recordar muy especialmente a las mujeres anónimas. En este orden de ideas, cabe recordar para los bicentenarios algunas heroínas como:
Gabriela Barriga, mujer de Villavicencio[19] (desterrada a Anolaima), Bárbara Forero, es  compañera de la Matilde que se presentó en público para arengar; se preciaba de tener  escuela pública abierta en su casa para enseñar a sus compatriotas bellos modales. Es  natural de Zipaquirá y ha sido desterrada a Sesca.

Heroínas anónimas desterradas fueron:

       La mujer de Fruto Gutiérrez[20], también está la familia de Girardot. Hay que recordar que muchas de las mujeres fueron encarceladas o desterradas por causa de las revoluciones independentistas, como Carlota Armero, quien fue fusilada por el oficial español Santacruz, en su ciudad natal, el 28 de mayo de 1816[21].


       Existen también leyendas de heroínas, formadas eventualmente por lo que se podría llamar en –gritos de guerra-, por ejemplo, en los diferentes gritos como el de “¡Viva Santa Fe y mueran los chapetones!”[22]O el de “Nosotras las mujeres (…) marchemos delante (…)”[23]muestran el dinamismo, mostraban el dramatismo y la pasión que suscitó entre los habitantes de cada provincia, el hecho es que esa misma efervescencia política se  concentraría en la provincia de Santafé.

       La valentía de la mujer siempre está encerrada por una áurea, en el sentido de que para la época (1810-1816), una mujer rebelde era considerada potencialmente peligrosa. Y esto lo aumentó el fusilamiento de muchas mujeres que convirtieron esos momentos en leyendas heroicas. El siguiente caso es un ejemplo de ello:
“Las mujeres daban ejemplo a los soldados; un valiente patriota que avanzaba con espada en mano, le pidió a una mujer que se apartase para ocupar el lugar; ésta se injuria y le dice: ‘¿La piedra que yo lance no hará tanto efecto como sus golpes?’ y se mantuvo firme en el puesto”[24]

       Cabe recordar que no sólo los notables sino hasta el mismo Simón Bolívar consideraban como ineptos e incapaces a la población en general, ya fueran los supuestos ideales liberales o conservadores, ésta excusa sirvió no sólo para las “(…) mujeres (…) ni en los menores de veinticinco años (…)”[25]sino para iniciar una larga historia de limitaciones y privaciones políticas en todo el territorio de la futura república.

       “Cumplido el suceso de la toma del convento y rendición de la tropa española, en la cual según afirmación del padre Afanador, testigo presencial de los acontecimientos, tomaron parte activa muchas mujeres del poblado, que refiere las vio subidas junto con sus hombres en los caballetes de los tejados disparando con cañones hechos de guadua liada con bejucos, y muchas en la plazuela arrojando piedras de bastante peso contra los soldados españoles (…)”[26]


Conclusión:

       La Mujer no solo contribuyó con la causa independentista, sino que también fue motor, desarrollo y consolidación inherente de la Independencia de Colombia y de las naciones latinoamericanas. Al participar de los procesos independentistas en factores como la logística, en recursos, en apoyo moral se puede resumir el papel de las mujeres en la independencia y de muchas heroínas anónimas.

      



FUENTES DOCUMENTALES Y BIBLIOGRÁFICAS

Caballero, José María, Diario de la patria boba, incunables, Bogotá, 1986, Pág. 69.
Rodríguez Plata, Horacio, La antigua provincia del Socorro y la Independencia, publicaciones editoriales, Bogotá, 1963.

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Hilario López, José, “Fusilamiento de Policarpa Salavarrieta”, en: Melo, Jorge Orlando (compilador), Reportaje de la historia de Colombia, Vol. 1, planeta, Bogotá, 1989.

Muriel, Josefina, Las mujeres de Hispanoamérica, colecciones Mapfre, España, 1992.

Sánchez Durango, Amelia, Las mujeres: Una historia de las mentalidades. El occidente antioqueño 1717-1820, IDEA, Medellín, 2001.

Santos Molano, Enrique, Mujeres libertadoras. Las Policarpas de la Independencia, Planeta, Bogotá, 2010.

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Rodríguez Gómez, Juan Camilo, “La Independencia del Socorro en la génesis de la emancipación colombiana”, en: Credencial Historia, No. 242, printer colombiana S. A., Bogotá, febrero de 2010, Pág. 07.
Restrepo, Ernesto et all, “Centenario de Mariquita”, en: Boletin de historia y antigüedades, No. 110, Academia Nacional de Historia, junio de 1915, Bogotá, Pág. 65.







[1]Nota: Sobre las contestaciones rebeldes y resueltas de la Pola (Policarpa Salavarrieta) en la cárcel. Tomado de:  Hilario López, José, “Fusilamiento de Policarpa Salavarrieta”, en: Melo, Jorge Orlando (compilador), Reportaje de la historia de Colombia, Vol. 1, planeta, Bogotá, 1989, pág. 337
[2]Gómez Gómez, Amanda, Mujeres heroínas en Colombia y hechos guerreros, primera edición, Interpres, Medellín, 1978,  pág. 317
[3]Gutiérrez Isaza, Elvia, Historia heroica  de las mujeres próceres de Colombia, Imprenta municipal, Medellín, pág. 160
[4]Nota: es una mamá que se dirige a su hijo según la leyenda, tomado de Gómez Gómez, Amanda, Mujeres heroínas en Colombia y hechos guerreros, primera edición, Interpres, Medellín, 1978
[5]Gómez Gómez, Amanda, Mujeres heroínas en Colombia y hechos guerreros, primera edición, Interpres, Medellín, 1978, pág. 41
[6]Sánchez Durango, Amelia, Las mujeres: Una historia de las mentalidades. El occidente antioqueño 1717-1820, IDEA, Medellín, 2001, pág. 55
[7]Santos Molano, Enrique, Mujeres libertadoras. Las Policarpas de la Independencia, Planeta, Bogotá, 2010, pág. 25
[8]Muriel, Josefina, Las mujeres de Hispanoamérica, colecciones Mapfre, España, 1992, pág. 243
[9]Coy Montaña, Alberto (director), Sogamoso 450 años, Talleres Gráficos, Tunja, S. F., pág. 7
[10]Ortega Ricaurte, Daniel, Álbum del Quicentenario, Academia Colombiana de Historia, Bogotá, S. F., pág. 169
[11]Ortega Ricaurte, Daniel, Álbum del Quicentenario, Academia Colombiana de Historia, Bogotá, S. F.,pág. 171
[12]Gómez Gómez, Amanda, Mujeres heroínas en Colombia y hechos guerreros, primera edición, Interpres, Medellín, 1978, pág. 54
[13]Gómez Gómez, Amanda, Mujeres heroínas en Colombia y hechos guerreros, primera edición, Interpres, Medellín, 1978, pág. 318
[14]Gómez Gómez, Amanda, Mujeres heroínas en Colombia y hechos guerreros, primera edición, Interpres, Medellín, 1978, pág. 55
[15]Gómez Gómez, Amanda, Mujeres heroínas en Colombia y hechos guerreros, primera edición, Interpres, Medellín, 1978, pág. 152
[16]Gómez Gómez, Amanda, Mujeres heroínas en Colombia y hechos guerreros, primera edición, Interpres, Medellín, 1978, pág. 153
[17]Gómez Gómez, Amanda, Mujeres heroínas en Colombia y hechos guerreros, primera edición, Interpres, Medellín, 1978, pág. 180
[18] Rodríguez Gómez, Juan Camilo, “La Independencia del Socorro en la génesis de la emancipación colombiana”, en: Credencial Historia, No. 242, printer colombiana S. A., Bogotá, febrero de 2010, Pág. 07.
[19] Ortega, José, “Señoras patriotas”, en: Boletín de historia y antigüedades, No. 119-120, Aguila negra editorial, septiembre-octubre de 1916, Bogotá, Pág. 733.
[20] Ortega, José, “Señoras patriotas”, en: Boletín de historia y antigüedades, No. 119-120, Aguila negra editorial, septiembre-octubre de 1916, Bogotá, Pág. 735.
[21] Restrepo, Ernesto et all, “Centenario de Mariquita”, en: Boletin de historia y antigüedades, No. 110, Academia Nacional de Historia, junio de 1915, Bogotá, Pág. 65.
[22] Op. Cit., Caballero, José María, Diario de la patria boba, p. 92.
[23]Op. Cit.,  Liévano Aguirre, Indalecio, Los grandes conflictos sociales y económicos de nuestra historia, p. 153.
[24] Caballero, José María, Diario de la patria boba, incunables, Bogotá, 1986, Pág. 69.
[25] Ibíd., p. 207.
[26] Rodríguez Plata, Horacio, La antigua provincia del Socorro y la Independencia, publicaciones editoriales, Bogotá, 1963, Pág. 32.

ASÍ SERÁ LA GUERRA EN COLOMBIA DESPUÉS DE HABER SIDO RECHAZADO EL ACUERDO DE PAZ

  Como era impensable prever que la opción del no ganara el plebiscito como evidentemente ocurrió, básicamente no hay ningún plan b como lo diría un funcionario del gobierno. En otras palabras, llana y sencillamente no hay posibilidad alguna de dar marcha atrás sobre el acuerdo, en términos políticos, cuatro años de negociaciones quedaron anulados con la votación del 02 de octubre, y como todo el mundo se hace la pregunta del millón… ¿y ahora qué pasará?

       Es claro, y eso lo recuerdan permanentemente los miembros de las FARC, que ellos nunca aceptarán una cárcel y ninguna especie de sometimiento ni tampoco que sean inhabilitados políticamente. Es claro también, y eso lo recuerdan permanentemente los líderes del uribismo, que dentro de sus exigencias para acercarse al proceso de paz, está el hecho de que se debe modificar algunos puntos de los acuerdos, entre ellos, un sometimiento a la justicia ordinaria, esto es, se exige cárcel para los miembros del secretariado de las FARC e inhabilidad política. Y por último, es claro que el gobierno nacional no puede hacer nada al respecto para modificar los acuerdos, porque, como dicen las parejas de novios, para dialogar y acordar algo se necesitan de dos interlocutores, esto es, que las FARC serían las que decidan, en última instancia, que  modifiquen los acuerdos, y ello, por el momento, nunca sucederá.

       Bajo este escenario la lógica dialéctica (y lógica política) es la siguiente: El gobierno nacional, encabezado por el presidente Santos, lo que está haciendo, es darle largas a un proceso muerto, es decir, se dedicará a atender a la oposición para luego salir a decirle a la opinión pública que se evaluarán las alternativas, etc, etc, sabiendo bien que ya nada se puede hacer, se tratará de una especie de muerte lenta. Las FARC saben que queda poco tiempo para el vencimiento del plazo, aunque el ministro de defensa calme los ánimos diciendo que podría ser prorrogable el plazo del cese bilateral.

       Observando los delegados de las FARC que ya no queda nada que hacer, que cualquier intento de conversaciones significaría perder tiempo, pues, al contrario de la situación que se presentaba antes de la firma final, en este caso, ya todo está acordado. Lo que harán entonces, será retirarse de la mesa en la Habana a pocos días de finalizarse el mes de octubre. Es posible que Santos conceda prórroga del cese al fuego, pero el desgaste de cuatro años de diálogos y la decepción del plebiscito no harán sino motivar a que las FARC se internen en sus campamentos y decidan entonces retomar la dinámica de la guerra.

       De la misma manera que el movimiento político Centro Democrático  ha buscado siempre culpables para acusar de cualquier cosa a cualquier organización o persona, esto, en cabeza del expresidente Uribe, que ha tenido antecedentes de acusar de terroristas a cualquiera que lo contradiga. De esa misma manera, las FARC buscarán culpables de la catástrofe política que sufrieron, esto es, que odiarán, y esta vez con más fuerzas, a todo lo que se llame Centro democrático, dicho movimiento será señalado como objetivo de guerra, y el primero en la lista será por supuesto el expresidente Uribe.

       En algún momento Santos alertó sobre la posibilidad de que la guerra se trasladaría a las ciudades, y esto es posible, ya las FARC han cometido sendos actos terroristas en ciudades como Cali, Medellín o Bogotá. Ahora, las dificultades de un enfrentamiento armado en las calles de las principales ciudades es una opción poco probable, a no ser que decidan tomar control de algunos territorios periféricos.

       Pero históricamente los hechos de guerra en Colombia en las ciudades se ha traducido en atentados terroristas por medio de carro bombas y atentados sicariales. Entonces, no estaría lejos de la realidad considerar la repetición de estos hechos como retaliaciones de las FARC, algo que se supone no debería suceder cuando entrara en vigor el acuerdo. Un atentado de bomba contra una sede del Centro Democrático o contra uno de sus líderes podría desestabilizar el orden público a tal grado que el resurgimiento de grupos paramilitares estaría a la vuelta de la esquina, repitiéndose la espantosa historia de guerra civil que se vivió en Colombia durante las décadas de 1980 y 1990.